domingo, 30 de abril de 2017

Letra 516, 30 de abril de 2017

LAS MUJERES OLVIDADAS EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA: KATHERINE SCHÜTZ ZELL (I)
Lisandro Orlov
ALC Noticias, 26 de febrero de 2015

La reforma protestante es conocida por repudiar la idea medieval católica romana que la virginidad era espiritualmente superior al matrimonio y a la familia. Esto fue positivo para las mujeres porque los roles básicos a los que las confinaron en gran medida ya no fueron considerados viles y pocos honorables. Sin embargo, la fuerte postura de la Reforma contra la vida monástica, y el cierre de conventos, clausurando para las mujeres protestantes, cierra lo que había sido una opción principal para el ministerio de la mujer. Una mujer de espiritualidad e inteligencia excepcionales ya no podía sobresalir por sí misma a través del sistema monástico, tal como ocurrió con Hildegarda de Bingen. Sin embargo, las mujeres protestantes todavía encuentran formas de eludir las restricciones impuestas sobre ellas por las enseñanzas protestantes. Una de esas formas de eludir las restricciones consistió en la de casarse con un líder protestante, y así fue como Katherine Zell (1497-1562) encontró un lugar para su ministerio.
No he podido encontrar ninguna información acerca de los primeros años de vida de Katherine Zell: dónde nació, quiénes fueron sus padres, o cualquier otro detalle. En este sentido los prejuicios de la Reforma contra las mujeres en el ministerio puede jugar un papel significativo, ya que mientras la investigación Católica Romana y la documentación de las vidas completas de sus santos parece igualmente cuidadosos tanto de hombres como de mujeres, una mujer en los comienzos de la Reforma tal como Zell parece haber sido de interés para los historiadores protestantes sólo después de su matrimonio con el predicador luterano (y ex sacerdote católico) Mateo Zell. La única información que pude encontrar acerca de la vida temprana de Katherine Zell proviene de sus propios labios:
“Desde que tenía 10 años he sido una estudiante y una especie de mujer de iglesia, muy dado a asistir a los sermones. Me encantaba y frecuentaba la compañía de los sabios, y conversé mucho con ellos, no sobre bailes, mascaradas, y otros mundanos placeres, pero sobre el Reino de Dios”.
Mateo Zell finalmente fue excomulgado de la Iglesia Católica por casarse, pero Katherine defendió su matrimonio señalando que los sacerdotes católicos de la época eran conocidos por sus amantes y sus seducciones, y que el matrimonio con un sacerdote era el ministerio de una mujer que “levantaba de la degradación moral al clero”. Mateo Zell ciertamente parecía considerar a su esposa como su socia y compañera en el ministerio: Como la misma Katherine dijo, “Mi marido y yo nunca hemos tenido 15 minutos desagradables No podríamos tener mayor honor que morir desechados entre los hombres y crucificados sobre dos cruces y aún allí tendríamos palabras de consuelo de uno para con el otro”.

ISABEL, MADRE TARDÍA (I)
Margot Kässmann

Si la maternidad temprana tiene la ventaja de la ingenuidad, la tardía tiene el privilegio de la madurez, de una vida ya sopesada. Son dos modos de vida radicalmente distintos. Una mujer que es madre de joven puede afrontar el embarazo y el nacimiento de sus hijos de una manera más despreocupada, y experimenta también antes una cierta libertad en el cuidado de sus hijos. Una mujer que ya es mayor cuando queda embarazada espera con una ilusión muy especial la llegada de ese hijo, cada paso que da lo hace a conciencia, aprovecha esta oportunidad que le brinda la vida como un gran regalo.
No obstante, también creo que hay límites de edad naturales. La menopausia marca estos límites: que una mujer sea madre a los 65 años, como ocurrió hace poco en Italia, es un poco irresponsable, si pensamos en el hijo. Hay que hacerse la pregunta: ¿se trata de satisfacer los deseos de una mujer, o de ser responsable con respecto al hijo? De todos modos, esto vale también en el caso de los varones de edad avanzada, aunque la sociedad acepta mucho más fácilmente su paternidad que la de las mujeres mayores.
Mucho más dramático es el caso de las mujeres que no consiguen quedarse embarazadas en países en los que el honor y la protección de la mujer dependen directamente de que sea madre. En su libro Mil soles espléndidos, Khaled Hosseini describe de un modo angustioso lo terriblemente brutal que resulta la vida en Afganistán para una mujer que no cumple con su «obligación de parir». En muchos países musulmanes, pero también en la India o en Etiopía, se conocen historias espeluznantes sobre la desgracia de las mujeres que son incapaces de quedarse embarazadas. En el caso de Isabel, faltaron la reputación y el honor. En otros casos, estas mujeres se ven privadas de su derecho a formar parte de la sociedad en que han nacido.
En su sexto mes de embarazo, Isabel recibe la visita de su pariente, María, que también está embarazada. En la Biblia se cuenta que Isabel siente cómo el niño se mueve en su seno al llegar María. Esta es mucho más joven y está todavía en la primera fase del embarazo. Isabel es mayor, y su embarazo está ya en el último tercio. María se queda durante tres meses, así que hasta poco antes de que Isabel salga de cuentas y hasta el punto en que su propio embarazo es manifiesto. ¡Debieron de ser unas semanas intensas para las dos futuras madres! Y no es de extrañar que, más tarde, los dos hijos que crecían en ellas se hicieran tan cercanos. Sus madres hablaron largo y tendido sobre la felicidad que sentían y sobre sus miedos; el temor ante posibles complicaciones sería un tema de conversación tan recurrente como la risa acerca de los primeros movimientos que sintió Isabel, y la duda de cómo se enfrentarían los padres al nacimiento de esos hijos. Cuando están embarazadas, las mujeres tienen verdadera necesidad de comunicarse.
El que el corazón y la cabeza se intercambien los papeles por momentos se muestra en el cántico de María, en el que da rienda suelta a su felicidad para plasmarla en un grito de esperanza de cambio en las circunstancias políticas. El Magnificat (Lucas 1,46-55) es uno de los cantos más bellos de la Biblia. Isabel tendrá que soportar más tarde el rumbo especial que tomará la vida de su hijo Juan; finalmente, este es asesinado y su cabeza exhibida en público. Tuvo una relación especial con Jesús, a quien conocía ya desde el seno materno, dada la unión que había existido entre sus madres, y a quien, siendo ya adulto, bautizó. Debió de impresionar a muchos. Él mismo se veía como una especie de precursor que le preparó el camino a Jesús. Juan «se fortalecía espiritualmente», cuenta el Evangelio de Lucas (1,80). Seguro que eso también tenía que agradecérselo a su madre Isabel.
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¿LLEGÓ LA REFORMA LUTERANA A AMÉRICA LATINA? (II)
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Estolas tejidas de la iglesia luterana de Bolivia, comunidad involucrada en las celebraciones por los 500 años de la Reforma.“Al igual que el idioma, la religión tenía un papel muy importante para mantaner la identidad nacional de los inmigrantes”, indica Daniel Lenski, quien realiza su tesis doctoral sobre la historia de la iglesia luterana en Chile. Hoy, a pesar de mantenerse en un lugar discreto, el luteranismo es una alternativa entre la hegemonía de la Iglesia católica y las numerosas iglesias pentecostales de estilo carismático y misionero.
"Es un tercer camino para los cristianos que buscan una iglesia con cierto nivel de formación de los pastores y que sea una alternativa intelectual a la Iglesia católica, y con una teología más sistematizada que la de las iglesias carismáticas. Que no dependa de las emociones, sino de la comprensión integral de la persona”, apunta Daniel Lenski.

Luteranismo ante tiempos difíciles
Para los grupos que querían conservar firmemente su identidad alemana, el nacionalsocialismo significó una dura prueba. "Había un fuerte vínculo entre el pueblo alemán y la identidad protestante; proclamar el evangelio y defender la cultura alemana para ellos era casi lo mismo. En muchos países como Argentina, Brasil y Chile, hubo algunos pastores que estuvieron en contra del nacionalsocialismo, pero no fue la mayoría”.
Más tarde, las reacciones en las comunidades luteranas ante las dictaduras militares en América Latina fueron muy diversas y pusieron a prueba las diferencias internas. "Lutero tuvo posturas controversiales sobre la situación política de su época y las iglesias hicieron interpretaciones diferentes de su teología. Algunas dijeron que ayudar a las víctimas de la dictadura era un deber eclesiástico y no tenía nada que ver con política, mientras que otras optaron por enfocarse en el culto”, sostiene Daniel Lenski.
"Una de las razones de la división de la iglesia luterana chilena en los años 70 fue la postura ante los derechos humanos, pero en el  fondo  había distintos   conceptos  de  la
iglesia”, explica el teólogo alemán. En El Salvador, en tanto, surgió una figura emblemática, el obispo Medardo Gómez. "Él fue un ejemplo para muchos países de cómo la iglesia luchó a favor de los derechos humanos y sufrió mucho por la dictadura, sin abandonar nunca esa lucha, junto con otras iglesias”, dice Lenski.

Desafíos de la Reforma
La comunidad luterana, ligada principalmente a la inmigración alemana, es minoría en América Latina.Iglesias luteranas en Latinoamérica promueven hoy un gran número de actividades acordes con los tiempos. Proyectos sociales, justicia de género, medio ambiente, pobreza, violencia o plataformas ecuménicas son temas que atraen a nuevos miembros hacia esta comunidad que se maneja en forma participativa y democrática, a diferencia del modelo jerárquico del catolicismo.
En Argentina, el pastor Carlos Nagel se suma a la lucha por una nueva ley de culto, que dé igualdad de oportunidades a todas las iglesias. También muchas congregaciones participan en la educación. La IELA, por ejemplo, tiene diez colegios, además de un seminario teológico.
La preparación para el aniversario de la Reforma comenzó hace algunos años, trabajando sobre la actualidad de su mensaje. "La Reforma tuvo mucho que decirles a las familias, al gobierno y también a la iglesia", dice Nagel. "Hoy la gente ya no está bajo la presión de una institución religiosa, pero muchos siguen siendo liberados por el mensaje de la palabra de Dios”.
"Ha sido todo un renacer sobre el tema de la Reforma y el hecho de que es una ciudadana del mundo. Otras iglesias se hacen parte también, pues no es sólo nuestra, es mucho mayor”, destaca Patricia Cuyatti.
"La Reforma cuestiona a la sociedad con respecto a la fe. Uno de los lemas de la FLM para el aniversario es "la salvación no está en venta", indica Daniel Lenski, refiriéndose a iglesias pentecostales que invitan a asistir al culto y entregar grandes donaciones. "El concepto luterano es todo lo contrario. Dios te ama, independiente de lo que tienes o haces. Esa afirmación era tan actual en el siglo XVI como ahora, sobre todo viendo la difícil situación en muchos países y cómo algunos quieren lucrar con la religión", agrega.
En opinión del teólogo, "la sociedad latinoamericana vive grandes transformaciones políticas, sociales y también en el ámbito de la religión. Es una gran oportunidad para las iglesias luteranas de América Latina ofrecer una perspectiva cristiana basada en los principios de la libertad, de la escritura y del bienestar del ser humano”.






Actividades

OREMOS POR TODOS LOS ENFERMOS DE LA IGLESIA

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 2 de mayo, 19 hrs.
Modera: A.I. Rubén Núñez C.

Llamamiento: Salmo 115.1-9
Oración de ofrecimiento
Himno: “Oh, yo quiero andar con Cristo” (544)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Jeremías 40.1-6
Tema: Liberación de Jeremías
Himno: “Seguridad me dio Jesús” (282)
Ofertorio
Bendición pastoral

JEREMÍAS ES LLEVADO A VIVIR CON EL PUEBLO
José María Ábrego de Lacy

E
n vez de seguir con interés la marcha de los deportados a Babilonia, que son la semilla de la futura esperanza, el libro de Jeremías se detiene a contarnos la historia de los que quedaron, de los higos podridos (Jr 24). ¿Por qué? Jerusalén ha caído, pero los pobres del pueblo aún siguen en la tierra. ¿Cabe esperar una palabra de alivio para ellos o todavía pueden perder más? De hecho, el pueblo desaparecerá en Egipto, donde había nacido, y con él estará el representante de la "palabra", el profeta.

40,1-6 Jeremías se queda con el pueblo. Jeremías ha predicado la sumisión al rey de Babilonia. El general extranjero le concede la libertad, pues entiende la palabra del Señor. Pero la supone totalmente acabada. Por eso, ofrece su favor al profeta en Babilonia. Jeremías escoge libremente la solidaridad física con los que quedan. La clave está en Jr 45.1, en donde se anuncia una palabra de Dios a Jeremías, que no aparece por ningún lado; hasta el profeta guarda un riguroso süencio. Su actuación desvela la palabra: si el Señor no tiene ya nada nuevo que decir, puede irse tranquilamente a Babilonia; el "resto" no significa nada. El hecho de que prefiera quedarse, denota que acepta la posibilidad de que en el "resto" pobre exista una nueva palabra salvífica del Señor, y él sigue siendo su profeta. La capital ha sido destruida, pero puede que acepten la situación y conserven la tierra. En Jr 40,5 hay una expresión enigmática: Y ni aun así se retiraba, que en la traducción que nos sirve de base se empalma con el resto, pero que más bien manifiesta una explosión admirativa del redactor del texto. En esta escena asistimos a una tentación para Jeremías; el profeta se resiste de modo admirable.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

MAYO

“MI FAMILIA Y YO SERVIREMOS AL SEÑOR”: FAMILIAS FIELES EN TIEMPOS DE CRISIS


7 – Santa Cena / Día de las Madres / Reunión de Consistorio

La fortaleza que da el Señor garantiza la esperanza, L. Cervantes.O.



30 de abril, 2017

Sean fuertes y valientes, pues Dios peleará por ustedes; no tengan miedo de esos países, porque Dios no los abandonará.
Deuteronomio 31.6, TLA

La presencia del Señor siempre es para el bien de su pueblo.
La lectura del libro del final del libro de Deuteronomio y de Josué, obliga a entender el contexto de Moisés y Josué en su circunstancia bélica y de lucha, además de que exige una lectura poscolonialista, es decir, no ligada ya a la celebración de la “guerra santa” del Dios de los hebreos en contra de los demás pueblos de una forma etnocéntrica. A la luz de la universalidad del amor de Dios no es posible referirse a los “enemigos del pueblo de Dios” sin considerar la vida de los demás pueblos y naciones.
Las exigencias del momento, siempre críticas para el naciente pueblo de Dios de la época, señalaban que el mismo debía estar a la altura de las nuevas situaciones que experimentarían. Ante el cambio de liderazgo, el pueblo esperaba firmeza y fidelidad en quien ocupara el lugar de Moisés, lo cual marcó un momento de tensión entre algunas de las tribus. La certeza de que el llamado específico para esa tarea debía realizarse siguiendo lo establecido por el propio Señor, hacía que el pueblo estuviera expectante ante el cambio de estafeta.
Cada líder tiene diferentes características, pero la constante debería ser la obediencia a Yahvé, por lo que la presión para todos era manifiesta: cada uno debía ocupar el lugar que Dios había establecido y eso, en ocasiones, producía malos entendidos, celos y nuevas intenciones en los diversos grupos. La vocación para dirigir debía desarrollarse con todas las capacidades, sobre todo porque la labor no consistía sólo en ser un buen estratega sino también en ser un buen dirigente espiritual, consciente de las responsabilidades ante el Dios de la Alianza.
El encargo para Josué era llevar adelante al pueblo al territorio prometido por Dios, una labor demandante y que exigía valor y fortaleza. La visión del nuevo líder debía empatarse con los proyectos divinos y no al revés: Josué debía ser, como Moisés, un líder inspirado en la más absoluta confianza hacia el Dios que había liberado al pueblo y someter su ego y sus intereses al proyecto más amplio de Dios.

El apego a los mandamientos divinos
La palabra escrita de Dios era un conjunto de leyes que buscaban la implantación de la justicia en todos los aspectos de la vida del pueblo. La repetición de la Ley en el Deuteronomio marca varios momentos cruciales en la vida del pueblo: primero, porque remite a un pasado que debía seguir siendo aleccionador a instructivo en otras épocas. Y, en segundo lugar, porque remite a la época del rey Josías, cuando se intentó una profunda “reforma estructural” desde las bases mismas de la fe originaria del pueblo. No había sido fácil compaginar los ideales antiguos con las necesidades que las diversas coyunturas plantearon a la nación.
El perdón de deudas era una condición básica para garantizar la igualdad en el pueblo de Dios y los líderes debían estar atentos a que el proyecto divino se cumpliera cabalmente. Esa muestra de búsqueda de la igualdad era un auténtico desafío profético y material para todo el pueblo. Los cambios profundos que el Señor esperaba que acontecieran en medio de su pueblo serían una condición firme y clara de la aceptación de la fuerza con que Dios quería que su pueblo fueses diferente a los demás. La renuncia a bienes obtenidos por las urgencias de los demás fue una condición vital para situarse ante los designios divinos de justicia y armonía.
La “fiesta de las enramadas” (de los tabernáculos) debía ser el símbolo de la obediencia a Dios y de una práctica social de los mandamientos. Fue también el testimonio de la presencia transformadora del Señor en medio de su pueblo. Las fiestas religiosas demandaban cambios auténticos en el comportamiento del pueblo y no meramente el ritual y la efervescencia, por unos cuantos días, del impulso original con que Dios se había manifestado a los fundadores del pueblo. Cada vez que la fiesta se realizase, el pueblo debía recordar, de manera pedagógica, la importancia de las acciones divinas para instalar una mentalidad acorde con los planes de Dios.
Ante los cambios de dirección y la ansiedad producida por ellos, únicamente la fortaleza divina podía sostener al pueblo creyente. De la misma forma, hoy es necesario que la confianza en el Señor se sustente en elementos firmes, históricos y bien discernidos por el pueblo para que, así, se puedan resistir los embates de las modas, las tendencias y los comportamientos que flotan en el ambiente y que amenazan verdaderamente la fe del pueblo. Las creencias populares, dominadas por la superstición y el miedo a lo desconocido, no pueden tener lugar en medio del pueblo de Dios, que es informado y formado por la Palabra profética, actual y exigente en todo momento. Lo esencial de la respuesta a ella es la profunda autocrítica ante todo lo que se realiza al interior de la comunidad.

La única garantía de la esperanza es la fortaleza que Dios proporciona a cada integrante de su pueblo, como parte de un proceso de fe y obediencia constantes. La certeza de la protección divina viene de esa dinámica de fe y acción, pues debe estar anclada en la dinámica correcta: si dios conduce la vida de su pueblo, Él mismo proporcionará los recursos para sobrevivir con esperanza: “…porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2.13).

Deuteronomio 31.1-13

1 Moisés habló otra vez con el pueblo y le dijo: 2 "Ya tengo ciento veinte años de edad, y no puedo seguir siendo el jefe de Israel. Por otra parte, Dios no va a dejarme cruzar el río Jordán.Pero él mismo los guiará, y destruirá a todos los países que ustedes encuentren a su paso. Así el territorio será de ustedes. Además, Dios ha ordenado que Josué sea su nuevo jefe.
A los países que se enfrenten con ustedes, Dios los destruirá como destruyó a los reyes Og y Sihón, y a sus países. Cuando ustedes los hayan vencido, harán con ellos todo lo que les he ordenado. Sean fuertes y valientes, pues Dios peleará por ustedes; no tengan miedo de esos países, porque Dios no los abandonará".
Enseguida, Moisés llamó a Josué y, delante de todo el pueblo, le dijo: "Tú, Josué, tienes que ser fuerte y valiente, pues vas a llevar a este pueblo al territorio que Dios prometió dar a sus antepasados. Tú los harás conquistar ese territorio. Dios mismo será tu guía, y te ayudará en todo; él jamás te abandonará. ¡Echa fuera el miedo y la cobardía!".
Moisés escribió todas estas enseñanzas, y entregó el texto escrito a los jefes israelitas y a los sacerdotes, que eran los encargados de transportar el cofre del pacto. 10-11 Luego les dio esta orden: "Cada siete años se celebrará el año del perdón de deudas. Cuando llegue ese año, y todos los israelitas estén reunidos en el santuario de Dios para celebrar la fiesta de las enramadas, se leerán estas enseñanzas. 12 Todos, sin falta, deben ir a esa fiesta: hombres, mujeres, niños y refugiados. Allí escucharán la lectura de estas enseñanzas, y aprenderán a respetar a Dios y a obedecer sus mandamientos.13 También los hijos que tengan, y que aún no conocen estos mandamientos, los oirán y aprenderán a obedecer a Dios. Esto lo harán mientras vivan en el país al otro lado del río Jordán, que ahora van a conquistar".

jueves, 27 de abril de 2017

Letra 515, 23 de abril de 2017

NICOLÁS VON AMSDORF, AMIGO Y FIEL DEFENSOR DE LUTERO
lutheranreformation.org

Nacido de una noble familia sajona, Nicolás von Amsdorf estudió teología primeramente en Leipzig y luego fue uno de los primeros estudiantes en la recientemente fundada Universidad de Wittenberg. Allí obtuvo su maestría y un cargo como profesor. A menudo también sirvió como rector. Fue entrenado y enseñó teología escolástica hasta que fue ganado para la causa de la Reforma por su colega Martín Lutero, a quien acompañó al debate de Leipzig y a la Dieta de Worms. La amistad con Lutero sería el aspecto más saliente de la actividad teológica de Amsdorf.
Luego de visitar Magdeburgo con Lutero en 1524, Amsdorf fue alentado por Lutero a aceptar un llamado allí, donde sirvió por casi dos décadas. En Magdeburgo batalló contra los radicales y los papistas a través de sus sermones y folletos redactados de forma simple, y fue fundamental para convertir la ciudad y sus alrededores en un bastión para el luteranismo.
A petición de su príncipe, Juan Federico, y contra los deseos del emperador, Amsdorf fue hecho obispo de Naumberg-Zeitz en 1542. Debido a la oposición del clero en su obispado, su tarea tuvo poco éxito y su trabajo fue frustrado. Luego de que la guerra de Esmalcalda estallara en 1546, Amsdorf fue expulsado de su cargo. Tras la captura de Juan Federico por las fuerzas imperiales en la batalla de Mühlberg, Amsdorf sirvió por un corto período de tiempo como consejero de los hijos de su príncipe en Weimar. Después de eso, Amsdorf se retiró a Magdeburgo, donde fue una voz rectora contra las concesiones hechas por Melanchthon y sus seguidores para el Ínterin de Augsburgo impuestos sobre Sajonia por el Emperador Carlos I.
De 1552 en adelante, Amsdorf vivió en Eisenach, donde, aunque retirado, estuvo involucrado en asuntos de la iglesia y la academia, incluyendo la fundación de la Universidad de Jena. Hasta su muerte en 1565, él estaba involucrado en una serie de controversias teológicas y prodigiosamente publicó trabajos polémicos. Entre las más famosas de estas controversias estaba su disputa con Jorge Major, quien discutía que “las buenas obras eran necesarias para la salvación.” Amsdorf empujaba por el otro extremo y proclamaba que las “buenas obras” eran perjudiciales para la salvación, refiriéndose a aquellas “buenas obras” que son vistas como contribuyentes para la salvación. Los escritos de Amsdorf, aunque buscan reproducir el legado de Lutero, son simples, poco originales y les falta la  profundidad  e  intensidad  del  trabajo  de  Lutero. En  algunos  casos,  Amsdof perdió la sutileza de la teología de Lutero, como se puede ver en el tratamiento sistemático de la predestinación, el cual es similar a las opiniones de los seguidores de Calvino. Sin embargo, el enfoque casi singular de Amsdorf en la exclusiva acción de Dios en Cristo para nuestra salvación y el prestigio que él disfrutó como un amigo cercano de Lutero evitó que el movimiento luterano se ahogara en un mar de concesiones en los tumultuosos años que le siguieron a la muerte de Lutero.
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ISABEL, MADRE TARDÍA (I)
Margot Kässmann

T
ener hijos no es algo que ocurra sin más, por mucho que algunas parejas lo deseen. La Biblia nos recuerda el sufrimiento de algunas mujeres por no tener hijos: Isabel en el Nuevo Testamento, y Sara y Ana en el Antiguo Testamento. Igual que hoy, también antiguamente el tema “Hijos, ¿sí o no?” preocupaba a la gente a lo largo de sus vidas. Al menos en el sentido de la libertad de elección.
Isabel y su esposo Zacarías son descritos como personas piadosas, intachables y «de edad avanzada»; en el caso de Isabel, se añade que es «estéril». Tal y como suena en la Biblia, parece que nos encontramos ante una pareja anciana encantadora que ya se ha hecho a la idea de no tener niños. Seguro que la «edad avanzada» tenía un significado muy distinto en los tiempos en que la esperanza de vida era limitada; tal vez tuvieran entre cuarenta y cincuenta años.
Zacarías es sacerdote y un día se le aparece un ángel en el templo. Este le dice que sus plegarias han sido escuchadas; su mujer tendrá un hijo, al que él debe poner el nombre de Juan. Zacarías no puede creerlo. El ángel se lo repite; Zacarías se quedará mudo hasta que tenga lugar el nacimiento del hijo...
Isabel queda encinta. ¿Qué clase de experiencia fue un embarazo en esas condiciones? ¿Tal vez su marido le contó, por gestos o por escrito, algo de la experiencia que él había tenido? ¿Tal vez se le había interrumpido el periodo y pensó que se trataba del principio de la menopausia, lo que hacía que el embarazo no entrase ya en sus expectativas? ¿O tal vez había descartado ya sencillamente de su vida esa perspectiva? El asombro ante tal milagro terminará abriéndose paso en su interior.
La historia cuenta que Isabel “se oculta” durante cinco meses. Es bien comprensible. ¿Durante cuánto tiempo se estuvo preguntado - en tiempos en que no era posible acudir a la ecografía - si realmente debía creer que estaba embarazada? Nunca lo había estado antes, de modo que no sabía lo que se sentía. Y seguro que desconfiaba de todas las señales que le emitía su cuerpo. Probablemente más tarde fue consciente de los peligros que amenazan a un embarazo en sus primeros pasos: Isabel temía que el embarazo acabara en un aborto involuntario prematuro. Su esposo, Zacarías, había enmudecido desde la aparición del ángel que le anunciara el nacimiento. ¡Qué miedo debieron de pasar los dos! Pero, ¡qué alegría experimentarían también!
Estos primeros meses son especialmente críticos. Y cuando ya les has hablado a todos del embarazo, aumentan las preocupaciones y la humillación, si este se interrumpe antes de tiempo. ¡Con qué prudencia manejó Isabel la situación! La carga que le suponía el que su deseo de tener hijos no se hubiese cumplido solo se refleja en las escasas palabras que pronuncia a lo largo de esos meses: “Así me ha tratado el Señor cuando dispuso remover mi humillación pública” (Lucas 1.25).
Ella sintió la humillación. Por eso Isabel representa a todas las mujeres que, a lo largo de los siglos y por todo el mundo, han ansiado ser madres y no se han quedado embarazadas o han sufrido abortos involuntarios. Hasta nuestros días, este es un tema tabú incluso en los países industrializados. ¿Con quién hablar de ello, qué significa ver cochecitos para niños, a madres con sus hijos en los parques infantiles, a mujeres embarazadas, a padres que parecen tan felices, cuando tú misma anhelas un hijo con todas tus fuerzas, tal vez esperanzada un mes tras otro de que llegue por fin ese embarazo, del que también un mes tras otro tienes que olvidarte decepcionada? En ese punto puede aparecer la amargura: “¿Por qué pueden quedarse embarazadas las demás, y yo no?”. Un deseo tan profundo que no llega a cumplirse daña también a la pareja, y puede sugerir una vida sin perspectivas. Los buenos consejos de los demás son muchas veces otro peso que soportar. Además, en países como el nuestro, donde la natalidad ha disminuido, las mujeres se sienten presionadas y tienen que justificarse: “¿Por qué no tienes hijos?”. Todo ello puede dar lugar a un círculo vicioso de ansiedad, frustración y búsqueda de respuestas que hipoteca toda la vida, desgasta y humilla.
En Alemania, uno de cada siete matrimonios no tiene hijos, aunque desearía tenerlos. Las parejas que buscan descendencia con tanto fervor deben llevar una vida de continua desilusión. Con la esperanza de quedar embarazadas, las mujeres se someten actualmente con frecuencia a complicados y dolorosos tratamientos, como la extracción de un óvulo, la fecundación in vitro o las relaciones sexuales regladas por una planificación. Todo empieza con una idea que se mete en la cabeza: "Si tuviera un hijo...". Los tratamientos para lograr tener niños no son un programa de salud y bienestar, y la mayoría de las veces implican un desgaste anímico y económico considerable.
Isabel no conocía todavía todos estos métodos clínicos. Pero el ansia de tener un hijo, la infelicidad asociada a la propia infecundidad y la percepción básica de estos sentimientos eran entonces las mismas que tienen las mujeres actuales. Si se presenta una maternidad tardía, casi siempre es un motivo especial para sentirse feliz. Me parece duro que haya quienes se muestran críticos con las mujeres que se convierten en madres a una edad tardía, porque personas que no tienen nada que ver con esos embarazos piensan que son demasiado mayores, y que tal vez sean incapaces de responder a los retos que supone acompañar a un hijo en su desarrollo, sobre todo en su pubertad. Sin duda, el riesgo para estas madres tardías es mayor, en principio; por eso muchas “madres jóvenes” más maduras pierden menos los estribos y son más pacientes con sus hijos. Las madres que han esperado un embarazo durante mucho tiempo lo viven con mayor conciencia. De hecho, en nuestro país son cada vez más las mujeres que se convierten en madres por primera vez a una edad mayor, porque primero se forman y desarrollan una carrera profesional, o porque las parejas muestran una tendencia clara a casarse más tarde. Antes se sentía lástima de las madres mayores; a partir de los 36 años, se consideraba a una mujer demasiado mayor para tener un hijo. Hoy, la maternidad tardía es más bien algo normal. Muchas madres mayores irradian tranquilidad, ya han vivido muchas experiencias y no suelen tener miedo a perderse nada importante.
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¿LLEGÓ LA REFORMA LUTERANA A AMÉRICA LATINA? (I)
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Deutschland Gemälde von Martin Luther (picture-alliance/akg-images)El panorama luterano en América Latina es diverso. No se trata de una, sino de varias iglesias con diferentes historias, desde la inmigración alemana hasta las nuevas misiones. En un continente dominado por el catolicismo -allí vive el 49 por ciento de los más de 1 280 millones de católicos del mundo-, la iglesia protestante enfrenta el desafío de hacerse visible, a pesar de ser minoría. La conmemoración del aniversario de la Reforma es una gran oportunidad.
La mayoría de las comunidades están reunidas en la Federación Luterana Mundial (FLM). "En América Latina y el Caribe tenemos alrededor de 850 000 miembros, en 17 iglesias de 15 países”, indica a DW la reverenda Patricia Cuyatti, secretaria de la región en la FLM. Muchas de ellas tienen una larga tradición, ligada a las migraciones principalmente alemanas y de otros países europeos. Las iglesias más antiguas, las de Guyana y de Surinam, tienen 275 años de existencia.
Donde la migración fue mayor, el luteranismo es más numeroso, como ocurre en Argentina con la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y en Brasil con la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana. No obstante, en los últimos años Patricia Cuyatti observa un crecimiento en algunos países: "Hay una fuerte presencia luterana en países de Centroamérica, como Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, con una iglesia líder en la construcción de la paz frente a la violencia social. También hay gran fuerza en Colombia y Perú, liderando importantes diálogos ecuménicos por los 500 años de la Reforma, y una iglesia indígena en Bolivia con una presencia sólida y un trabajo diaconal muy respetado”.
México, aunque con una presencia luterana menor, está en la vanguardia en la formación teológica junto con los centros de formación en Brasil. En Colombia, lidera un proceso ecuménico que ha involucrado a iglesias, universidades y gobierno, generando interés académico por el aporte de la Reforma a las ciencias y el desarrollo. "Eso habla de la fuerza, el impacto, el reconocimiento y la visibilidad de las iglesias luteranas" apunta Cuyatti. "Sean pequeñas o grandes, su fortaleza está siendo visible y reconocida".

Iglesia de origen migrante
"La iglesia luterana en América Latina tiene una historia muy compleja", indica a DW el teólogo luterano y politólogo Daniel Lenski. "Está la iglesia que viene de la inmigración alemana, como la de Chile, Argentina y Brasil, pero también hay grupos que llegaron desde Europa o Estados Unidos, como el Sínodo de Missouri, que empezó con una misión propia. Ambas corrientes fundaron iglesias y no siempre han tenido contacto entre sí. Eso explica la fragmentación del paisaje luterano en América Latina”.
No todas las iglesias son miembros de la FLM. Un ejemplo es la Iglesia Evangélica Luterana Argentina (IELA), que se formó a partir de inmigrantes ruso-alemanes del Volga, que llegaron a Argentina y Brasil en la segunda mitad del siglo XIX. Luego se vinculó con el Sínodo de Missouri, "formado a partir de alemanes que emigraron a Estados Unidos disconformes con la unificación religiosa protestante de la unión prusiana. Nuestra iglesia es conservadora moderada”, dice a DW su presidente, el pastor Carlos Nagel, de padre alemán y madre lituana, llegados a Argentina en los años 20.
En sus inicios, las comunidades religiosas de inmigrantes eran bastante cerradas, lo que les impidió crecer. "En Brasil y Argentina, los moldes culturales, sanguíneos y étnicos han sido como un chaleco de fuerza. Siempre se cuidó mucho de preservar la historia, la cultura, la fe, las costumbres, y no era fácil abrirse hacia quienes no eran de sangre alemana”, indica el reverendo Nagel.

La iglesia de Cristo ante los desafíos presentes, Lic. Olivia Quezada

23 de abril de 2017

II Timoteo 4.1-8

Desafío. Término puede entenderse en varios sentidos. En primer lugar, como un reto, en una meta por alcanzar y que se torna en algo prioritario. O también podríamos entenderlo como una situación difícil o peligrosa con la que alguien se enfrenta. Un verbo que hace referencia a competir, retar o provocar a alguien. Un desafío puede ser, por lo tanto, una competencia donde una rivalidad queda en manifiesto.
Recuerdo aquella película que vi hace más de veinte años, llamada Despertares, la cual trataba de un médico que había hecho algunos descubrimientos con un medicamento o unas sustancias que parecía ser, curaban el Alzheimer. No obstante, así debía ponerlo en práctica con pacientes que estaban ya internados por las etapas severas que sufrían, a los cuales les comenzó a aplicar estas sustancias ya observar sus reacciones, para de esta forma dar seguimiento a los procesos y resultados de ellas. Casi de inmediato se dio cuenta de que había efectos positivos; algunos de ellos, sobre todo uno, comenzó a ser funcional y este médico, cada vez más, le fue confiando algunas actividades, incluso ambulatorias ya que su finalidad era ver si podrían incorporarse a la vida funcional por si mismos. Pero como en todo proceso, siempre hay regresiones o eventos secundarios con los cuales no contaba, y que tenía que ir atendiendo conforme iban surgiendo, no obstante, esto no impidió que sus descubrimientos si bien no fueron lo que él esperaba en la cura de dicho mal, si fueron determinantes en la progresión de los estudios para combatirlo.
El Apóstol Pablo, consciente de su pronta partida y preocupado por la Iglesia de Efeso, le da instrucciones precisas a su discípulo, reconociendo ante todo, su vocación al servicio de Dios y sus dones. Así que, partiendo de esta premisa, veremos que la Iglesia de Cristo ante los desafíos presentes, debe seguir instrucciones precisas esto es, si es que en realidad asume su vocación al servicio de Dios y pone en práctica sus dones.
Nietzsche es probablemente el pensador moderno que primero ha pensado esta situación. El ya ve al cristianismo como el denominador común de toda modernidad anterior, inclusive el liberalismo y el socialismo. Nietzsche no percibe —o no quiere percibir— la inversión del conjunto de sentido, por la cual pasa el cristianismo al constituirse como cristianismo desde el poder. Por tanto, hace arrancar el cristianismo imperial en Pablo, mientras en realidad se deriva de Augustinus. Pero su confrontación es ésta: el nihilismo activo frente al cristianismo de 2000 años. Nietzsche es a la vez un antijudaico furioso. Pero lo es más bien porque ve en el judaísmo la verdadera raíz del cristianismo. Por tanto, su confrontación es con un cristianismo que para él es denominador común para el judaísmo, el cristianismo, el liberalismo y el socialismo. Esta es la confrontación que ya trataba de llevar a cabo el fascismo, pero es hoy la confrontación subyacente al capitalismo cínico y nihilista de la globalización actual. Se trata de un anticristianismo metafísico.
En este sentido, la crisis fue anunciada y también provocada por el pensamiento de Nietzsche. El mundo se emancipa del cristianismo del mundo. La modernidad de hoy se lanza en contra de sus orígenes. No es posmoderna, sino poscristiana. Hay muchos fines que se anuncian. Fin de la utopía, fin de la historia, fin de la ideología, fin del humanismo, fin de los sueños. Lo que resume todo eso es: fin del cristianismo imperial, fin de la sustentación del poder por el cristianismo desde el poder, por el cristianismo del mundo, fin de cualquier cristianismo. Los fundamentalismos cristianos y sus evangelios de la prosperidad no son más que la venta en baratillo de este cristianismo.
Pero este anticristianismo metafísico no se lleva a cabo en las facultades de teología, que siguen siendo tranquilas. Por eso para los teólogos es difícil captar la situación. Sin embargo, este anticristianismo metafísico opera en las calles, en los medios de comunicación y lleva la voz cantante de la opinión pública.
En esta situación hace falta repensar nuestra propia historia. Pero este repensar tiene que empezar con repensar el propio cristianismo. No se trata simplemente de salvar el cristianismo, sino más bien de preguntarse si tiene sentido siquiera tratar de salvarlo.
Franz Hinkelammert, El grito del sujeto

1.        Instrucciones precisas - Dirección: La sana doctrina vs. gnosticismo de la época.
1.1.        v. 2 :  Anuncia el Mensaje en todo momento. Aun cuando ese no parezca ser el mejor.
1.1.1.        Problemas políticos a nivel mundial que tienen desde luego repercusiones de toda índole.
1.1.2.        Problemas a nivel nacional, que tal pareciera ya nos hemos hasta acostumbrado a escucharlos y tal vez hasta a lidiar con ellos.
1.1.3.        Problemas internos de la misma Iglesia.
1.2.        v.2b: Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala
1.2.1.        Argumenta, dice la versión Hispanoamericana Traducción Interconfesional.  Trabajo arduo el de este joven, ya que para argumentar, necesitaba prepararse lo suficiente.
1.2.2.        Animar y exhortar, equivalen a lo mismo, sólo que con diferente contexto que no es regaño. Motivar: cualquier cosa que incita al organismo a una acción, la sostiene y le da dirección.
1.3.        v.2c: Instruye con mucha paciencia. Nuevamente la versión hispanoamericana nos dice: echando mano de toda tu paciencia y competencia en enseñar.
1.3.1.        Aquí sí bien vale la pena la acotación y quiero recordarles lo que al
inicio decía acerca de una de las acepciones en la definición de la palabra desafío y es la situación difícil o peligrosa con la que alguien se enfrenta.
1.3.2.       Cuando una Iglesia aprende a identificar sus problemas internos, llámense afanes protagónicos, luchas de poder, complejos de espiritualidad, búsquedas de identidad no adquiridas previamente en su entorno social, puede decirse que es una Iglesia que está practicando la sana doctrina.

2.        La Iglesia de Cristo asume su vocación al servicio de su Señor
2.1.        Buscarán halagadores del oído, toda clase de cuentos y novelerías
2.2.        La gente no querrá escuchar la verdadera enseñanza, la que tiene que ver con ese Jesús que acompañaba al pueblo, la que tiene que ver con el compromiso.

Sin la proclamación de Jesucristo como Señor no hay evangelio integral, y sin éste tampoco puede haber misión integral. aquí radica el problema con versiones del mensaje cristiano que restringen la acción de Jesucristo al ámbito de la religión privada, “lo espiritual”, y excluyen toda referencia a su soberanía sobre otros ámbitos de la vida humana. Si Jesucristo es el Señor de todo el universo, a quien le ha sido dada autoridad en el cielo y en la tierra, su soberanía se extiende tanto al ámbito económico como al político, tanto al ámbito social como al cultural, aún al ámbito estético como al ecológico, tanto al ámbito personal como al comunitario. Nada ni nadie queda excluido de su señorío.
Cuando la Iglesia pierde de vista la centralidad del Señor Jesucristo, deja de ser Iglesia y se constituye en una secta religiosa incapaz de relacionar el mensaje con la vida práctica y la vida pública. La iglesia integral es aquella que entiende que todos los ámbitos de la vida son “campos misioneros” y busca maneras de afirmar la soberanía de Jesucristo en todos ellos”.
René Padilla, “La Iglesia local, agente de transformación integral”

2.3.        Pero tú, haz bien tu trabajo. La versión hispanoamericana dice “mantente siempre alerta, proclama el mensaje de salvación, desempeña con esmero el ministerio”, esto es el servicio.
2.3.1.        Timoteo es convidado a mantener la calma en todo momento.
2.3.2.        Soportar sufrimientos. Ap. 2:10
2.3.3.        Anunciar siempre la buena noticia
Si la iglesia es la comunidad que confiesa a Jesucristo como Señor y vive a la luz de esa confesión, entonces la proclamación de Jesucristo como Señor y la invitación, dirigida a todos, a someterse a su soberanía son aspectos ineludibles de la misión de la iglesia. Como argumenta Pablo.

No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan, porque a todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.

E insiste René Padilla:

Desde la perspectiva bíblica, la ortopraxis (la obediencia a todo lo que Jesús mandó a sus discípulos) es por lo menos tan importante como la ortodoxia, si no más, ya que tiene como meta que los discípulos vivan en función del amor y sean así hijos de su Padre que está en el cielo “perfectos, así como su Padre celestial es perfecto” (Mt. 5,45,48). Los discípulos de Jesús no se distinguen por ser meros adherentes de una religión (un culto a Jesús) sino por un estilo de vida que refleja el amor y la justicia del Reino de Dios. Por lo tanto, anunciar el evangelio del Reino no puede limitarse a “salvar almas”; su misión es “hacer discípulos que aprendan a obedecer al Señor en todas las circunstancias de la vida diaria, tanto en lo privado como en lo público, tanto en lo personal como en lo social, tanto en lo espiritual como en lo material. El llamado del evangelio es un llamado a una transformación integral que refleje el propósito de Dios de redimir la vida humana en todas sus dimensiones. Un desafío entonces para la iglesia es llevar una misión integral y ésa es posible solo cuando hay discípulos que tienen la visión de lograr que la levadura de los valores del Reino de Dios leude todas las esferas de la sociedad.


3.        La Iglesia de Cristo es incluyente 
3.1.        Pablo reconocía los dones de su discípulo
3.2.        Pablo no se sentía agredido por el desarrollo de su discípulo
             
3.3.        Una Iglesia verdaderamente carismática, es aquélla que ejerce todos sus dones

Conclusión

Si podemos repensar de esta manera nuestro cristianismo, seguramente estamos haciendo la misión al estilo de Jesús y seguramente tendremos nuestros despertares.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

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