domingo, 27 de septiembre de 2015

Letra 437, 27 de septiembre de 2015

LA MUERTE DE LA MUERTE
Karl Barth
Instantes. Santander, Sal Terrae, 2005, pp. 131.

¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
I Corintios 15.55


He Qi, Jonás y el gran pez

¿
Qué es la muerte junto a Dios? La muerte es nuestro último enemigo, sí, pero no tiene en su mano la posibilidad de hacer con nosotros cuanto quiera. Dios la ha movilizado, pero también puede desmovilizarla. Dios la ha armado, pero también puede desarmarla. Así, en la muerte no estaremos solos con la muerte, ni en el reino de un “segundo Dios”, sino que con la muerte entrará también en escena el Señor de la muerte. Caeremos en sus manos, no en otras. No hemos de temer a la muerte, sino a Dios. Pero ni siquiera podemos temer a Dios sin consolarnos precisamente con él. ¿Y qué otra cosa significa esto, entonces, sino que Dios es, en medio de la muerte, nuestro salvador y redentor? Nos sobrevendrá la obra ineluctable, amarga y terrible de la muerte. Pero Dios será para nosotros la plenitud de todo bien, incluso en el momento en que eso nos suceda. Así, en la muerte no podrá ocurrimos en ningún caso que dejemos de estar bajo el señorío de Dios, de ser su propiedad y objeto de su amor.
El poderío de la muerte no llega hasta el punto de que ésta pueda modificar de algún modo tal situación. Nuestra muerte es nuestro límite, pero nuestro Dios es también el límite de nuestra muerte. Ésta puede arrebatárnoslo todo, pero es incapaz de conseguir que Dios deje de ser Dios, nuestro salvador y redentor y, como tal, nuestra esperanza. No puede hacerlo. Y si no puede hacerlo, hay que preguntar muy en serio: ¿de qué es, entonces, realmente capaz?
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AMMI-SHADDAY (PUEBLO DEL DIOS TODOPODEROSO)
(aprox. 1996)

Quiénes somos
Ammi-Shadday es una comunidad cristiana que adora y sirve al Dios único y verdadero, Padre, Hijo y Espíritu Santo. En ella se reúnen hombres y mujeres de todas las edades y de todas las condiciones para celebrar agradecida, gozosa y conscientemente el amor divino revelado en Jesucristo, y para ofrecer humilde pero sinceramente el afecto fraterno a todas las personas que buscan el consuelo de Dios y el calor de la comunidad humana.
Las personas que integramos este grupo aspiramos a servir de forma sencilla y desinteresada a la comunidad del vecindario a que pertenecemos y en donde nos reunimos; anhelamos llegar a ser como Jesucristo, nuestro Señor, y nos comprometemos a promover los intereses del Reino de Dios entre las gentes de nuestro pueblo.
Esta tarea incluye la predicación del Evangelio así como la generación de esfuerzos concretos en pro de la paz, la justicia, la bondad, la reconciliación la solidaridad, la compasión, la dignidad, la redención integral de todas las personas.
Oramos a Dios y nos esforzamos por la transformación de nuestro mundo, a fin de lograr una sociedad más profundamente humana y fraterna, donde todas las personas tengan acceso al Señor y a los bienes materiales y espirituales que Dios ha otorgado para beneficio de todas sus criaturas sin distinción.
Esta comunidad confiesa a Jesucristo como su Señor y Salvador, se identifica con la familia de las iglesias reformadas (que constituyen unos setenta millones de miembros alrededor del mundo) […].
En el amor del Señor Jesucristo invitamos a todas las gentes a reconciliarse con Dios. Asimismo, damos la bienvenida a todas las personas que desean asociarse a nuestra comunidad de adoración a Dios y de servicio al prójimo, a quienes desean conocer el amor de Dios, ser edificadas en la Palabra divina, adorar sinceramente al Señor en espíritu y en verdad, vivir de acuerdo con los principios del Evangelio y comprometerse en la transformación del mundo de acuerdo con los valores del Reino de Dios. […]
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SOBRE LA ORDENACIÓN DE MUJERES A LOS MINISTERIOS (2002)

Desde hace algunos años los miembros de la Iglesia Presbiteriana Ammi-Shadday asumimos la tarea de reflexionar y orar en torno al ministerio de la mujer en las iglesias. Las siguientes páginas constituyen un esfuerzo por sintetizar nuestras principales conclusiones con respecto a este asunto tan significativo. Presentamos este documento con todo amor y oración con la esperanza de que pueda ser de bendición para quienes lo reciban.

Perspectiva bíblica
Creemos, efectivamente, que las Sagradas Escrituras son el medio por el cual Dios, por medio de su Espíritu, nos guía hacia la verdad. Según afirmó el propio apóstol Pedro al referirse a las epístolas de Pablo, hay algunas porciones en las Escrituras que son “difíciles de entender”. Algunas porciones de las Sagradas Escrituras han sido interpretadas como prohibiciones al ministerio de la mujer. El propósito de este documento no es presentar una exégesis de estos textos, pues esto excedería a la brevedad de este documento. Sin embargo, creemos conveniente referirnos en términos generales a dos textos que suelen emplearse para negar el reconocimiento pleno del ministerio de la mujer en las iglesias. Nos referimos particularmente a 1 Corintios 14 33b-35 y 1 Timoteo 2:8-15.1. Tras estudiar estos textos en un espíritu de oración y al aplicar las reglas hermenéuticas y exegéticas ampliamente aceptadas, hemos concluido que estos textos no contienen base alguna que prohíba el reconocimiento pleno al ministerio de las mujeres dentro de la Iglesia.
Creemos que una interpretación literal y legalista de estos textos no es fiel al espíritu del Evangelio y a la interpretación fiel de las Escrituras. Es indispensable comprender que nuestras circunstancias históricas son distintas a aquellas de los receptores originales de las epístolas paulinas. En las circunstancias del apóstol era considerado “indecoroso” que las mujeres hablaran en público. Pero dado que nuestras circunstancias no son las mismas, resulta necesario re-interpretar la Palabra de Dios para que, sin dejar de ser fieles a la bendita Palabra del Señor, incorporemos plenamente la riqueza espiritual de las mujeres creyentes. […]
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CONSTITUCIÓN DE LA INPM. LIBRO DE ORDEN Y GOBIERNO(2002)

1. La Iglesia, su naturaleza y su misión
2. Principios generales
3. De los objetivos generales de la Iglesia
4. De la Iglesia local
5. Del nombre oficial de la Iglesia y sus símbolos oficiales
6. De la Iglesia y su relación con respecto al Estado
7. De la forma de gobierno de la INPM y la autoridad eclesiástica
8. De los Sacramentos
9. Del culto cristiano: sus elementos y sus formas diversas
10. De las organizaciones de la Iglesia
11. De los miembros en plena comunión de la Iglesia
12. De los oficiales de la Iglesia en general
13. De los ministros de la Palabra y los Sacramentos, Presbíteros o Pastores y su obra
14. Otros ministerios
15. El ministerio de los laicos
16. De los Ancianos de la Iglesia
17. De los Diáconos
18. Del establecimiento de centros misioneros, congregaciones e iglesias
19. De los cuerpos de gobierno de la Iglesia
20. Del Consistorio
21. Del Presbiterio
22. Del Sínodo
23. De la Asamblea General
24. Disposiciones para la elección de Mesas Directivas de los cuerpos eclesiásticos y personal de trabajo
25. Del Concilio general
26. De la integración y funciones de los ministerios de trabajo de los cuerpos eclesiásticos
27. De las instituciones de servicio de la Iglesia
28. De las reuniones congregacionales
29. De la doctrina de la vocación para el desempeño de un oficio definido
30. De la doctrina de la ordenación para un oficio específico
31. De la elección, ordenación e instalación de Ancianos y Diáconos
32. De los candidatos al Santo Ministerio
33. Del licenciamiento de candidatos para el Santo Ministerio
34. De la ordenación de los candidatos a Ministros de la Palabra y de los Sacramentos
35. De la elección e instalación de pastores
36. De la terminación de relaciones pastorales con una iglesia
37. De los símbolos doctrinales: credos, confesiones de fe, catecismos; la Constitución, Libro de Disciplina y Libro de Liturgia, reformas a las mismas
38. La Iglesia presente en la vida de la nación
39. La integración constitutiva de la Iglesia
40. Las comunidades indígenas
41. De la responsabilidad ecológica de la Iglesia para con la creación
42. Problemas de separación de miembros y cuerpos eclesiásticos
43. La INPM frente a las diversas realidades de los tiempos modernos
44. La INPM como miembro de organismos reformados y relación con entidades evangélicas en general

Apéndice 1. Código de ética cristiana para regular el trato y las relaciones fraternales entre los ministros de la Palabra, miembros y cuerpos eclesiásticos
Apéndice 2. Realidades y desafíos del mundo actual
Apéndice 3. Modelos de certificados varios
Apéndice 4. Declaratoria, promulgación y juramentación
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LIBRO DE ORDEN (PCUSA, 2009)

El Libro de Orden contiene la Forma de Gobierno, el Directorio para la Adoración y las Reglas de Disciplina.

I. Principios preliminares
II. La Iglesia y sus confesiones
III. La Iglesia y su misión
IV. La Iglesia y su unidad
V. La Iglesia y sus miembros
1. El significado de ser miembro
2. Votos en calidad de miembros
3. Categorías de miembros y privilegios de los que no son miembros
5. Preparación para ser miembro
6. Evaluación de los miembros
VI. La Iglesia y sus Oficiales
1. Oficios del ministerio
2. Ministros de la Palabra y los Sacramentos
3. Ancianos/as
4. Diáconos/ diaconisas
5. Renuncia de jurisdicción
VII. La Iglesia local
1. Organización, misión y gobierno
2. Organizando la iglesia local
3. Reuniones congregacionales […]
VIII. La Iglesia y sus propiedades
1. Decisiones relacionadas
2. Toda propiedad tenida en fideicomiso
3. Uso anticonstitucional de la propiedad
4. Propiedad de Iglesia disuelta o extinta
5. Venta, gravamen o arrendamiento
6. Propiedad de Iglesia en cisma
7. Excepciones
IX. Cuerpos gobernantes […]
2. Oficiales
3. Reuniones [o asambleas]
4. Principios de administración
5. Comités y comisiones […]
7. Personal administrativo […]
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DINÁMICA DE TRABAJO

1. Reglamento interno (Estructura)
1.1 Análisis breve del contenido de los ejemplos: preguntas y comentarios
1.2 Aspectos:
·    Necesidad de un reglamento
·    Áreas que debe incluir
·    Estructura
1.3 Propuesta de redacción.
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PROPUESTA DE REDACCIÓN

1. ¿Cuáles son las áreas fundamentales a considerarse en un reglamento interno de la iglesia?

ancianos/as, autoridad, Consistorio, Coro, culto, cultura, diáconos/diaconisas, días de reunión, disciplina, educación, estudiantes de teología, evangelización, familias, finanzas, gobierno, horarios, juventud, laicos, liturgia, matrimonios, membresía, ministerios, misión, misiones, música, niñez, nuevos miembros, organización, pastorado, participación social, sacramentos, servicio a la comunidad

2. Agruparlas por bloques ordenados en una estructura viable y funcional que refleje los objetivos de la iglesia
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Actividades

Participemos activamente en las mesas de trabajo para la elaboración de los nuevos documentos básicos de la iglesia

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 29 de septiembre, 19 hrs.
Modera: A.I. Vicente Orozco G.

Llamamiento: Salmo 12
Himno: “Eres mi protector” (322)
Oración de ofrecimiento
Himno: “Santo Espíritu renueva” (275)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías 17
Tema: Damasco e Israel
Himno: “Guarda el contacto” (523, 1ª y 2ª)
Ofertorio
Bendición pastoral

DAMASCO (SIRIA)

El término Siria no aparece en el A. T. hebraico. En las traducciones latina y griega S. y siriaco corresponden a Aram y arameo. En el Génesis (10,22) se habla de Aram como de una persona, uno de los hijos de Sem (v.). En el N. T. se entiende por S. una provincia romana: “Siendo Quirinio propretor de la Siria” (Lc 2.2). La sirofenicia de Mr 7.26 es una mujer fenicia de la provincia romana de Siria.
S. comprende la mayor parte de las regiones que el A. T. denomina Canaán y Aram. Por eso, es inexacta la traducción de Aram por Siria. Las principales ciudades sirias son: Damasco, Antioquía, Tiro, Sidón y Karkemish. La existencia de Damasco consta ya en Gen 15.2: “el damasceno Eliecer”.
Las primeras tribus ocupantes de S., nómadas, eran descendientes de Cam y luego se mezclaron con ellas los semitas, probablemente procedentes del E. A fines del s. XIII a.C., los israelitas tenían ya por vecinos a los arameos. En general, las relaciones entre ambos pueblos fueron de carácter bélico. […]
La división de la monarquía hebrea en el 922 a.C. favoreció la política de los reyes de Damasco. Asá, rey de Judá, envió tesoros del Templo y del palacio real a Ben-Hadad, rey de S., residente en Damasco, pidiéndole que rompiera su alianza con Basá, rey de Israel, lo cual hizo (I R 15.18-20; II Cr 16.2-4). […]
Durante el reinado de Joacaz, sucesor de Jehú, Israel estuvo a merced de Siria. Jazael dejó a aquél una fuerza de 15 jinetes, 10 carros y 10 000 infantes (II R 13.17). Jazael se dispuso a subir contra Jerusalén, pero Joás, rey de Judá, le envió oro y tesoros del Templo y del palacio real, y Jazael se retiró de Jerusalén (II R 12.17-18). Jeroboam II, que subió al trono de Israel en Samaria hacia el 785 a.C., recuperó Damasco (II R 14.29).
En el 734 a.C. Ajaz, rey de Judá, contra el consejo del profeta Isaías (Is 7.1-25), solicitó la intervención asiria para hacer frente a la coalición de Resín, rey de S., y Péqaj, monarca de Israel, que habían subido contra Jerusalén. Envió a Tiglatpileser III, rey de los asirios, embajadores que llevaban oro, plata y tesoros que se encontraban en el Templo y en el palacio real. El monarca asirio le respondió favorablemente, devastando en el732 a.C. los 16 distritos de Damasco y 591 poblados, y dando muerte a Resín (II R 16.5-9). Israel se convirtió en Estado tributario de Tiglatpileser III. Fueron talados los célebres árboles de Damasco y sus habitantes deportados. […]
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

Octubre
“Castillo fuerte es nuestro Dios”: Reformar personas, culturas y sociedades

La responsabilidad cristiana ante la nación y el Estado, L. Cervantes-O.

27 de septiembre, 2015


En atención al Señor, presten acatamiento a toda autoridad humana, ya sea al jefe del Estado en su calidad de soberano, ya a los gobernantes puestos por Dios para castigar a los malhechores y premiar a quienes observan una conducta ejemplar.
I Pedro 2.13-14, La Palabra (Hispanoamérica)

Dos apóstoles de Jesucristo asesinados por el Estado imperialista romano, que corrieron la misma suerte de su Señor y Maestro, hablaron, se podría decir, de una manera casi favorable acerca de él en algún momento de su vida. Ambos participaron de la evolución que muestra el Nuevo Testamento en la comprensión de lo político, el gobierno y el Estado, y coinciden en la obligación que tienen los/as seguidores de Jesús de Nazaret de mostrar una conducta intachable ante los gobiernos. Pedro, particularmente, completaría las tres estaciones que lo caracterizaron. Discípulo, apóstol, mártir. Esa cadena de comprensión y acción la encabeza el propio Jesús, la continúan los apóstoles en algunos de sus escritos y la completa el Apocalipsis. El rastro ideológico de las posiciones generadas por ellos va desde el escepticismo apocalíptico del Nazareno, en el límite del anarquismo, hasta el rechazo y la denuncia contundente del Apocalipsis, pasando por la visión apostólica del respeto a las leyes y los gobernantes, tal como lo expusieron San Pedro y San Pablo.

Si la posición paulina es la más conocida gracias al capítulo 13 de la carta a los Romanos, la de su contraparte petrina lo es menos, aunque se refiere de manera muy similar a la responsabilidad cristiana como parte de una ciudadanía de cualquier nación, sin olvidar tampoco el énfasis escatológico como base de la visión espiritual sobre cualquier asunto: “Queridos hermanos, ustedes son gente de paso en tierra extraña” (I P 2.11a). “Portarse ejemplarmente” entre los demás conciudadanos es la consigna a fin de desmentir “las calumnias de que eran objeto los creyentes (v. 12). Y por amor al Señor es que debe guardarse “acatamiento [jupotájete] a toda autoridad humana”, agregando una distinción muy clara entre los “jefes del Estado” (13) y los “gobernantes”, pues todos han sido colocados en sus puestos por Dios “para castigar a los malhechores y premiar a quienes observan una conducta ejemplar” (14). Esta percepción punitiva del gobierno, típica de la época, representa la manera en que se apreciaba la “función policiaca” del Estado para responder a la presencia del mal en el mundo.

Al hacer el bien, los seguidores de Jesús cerrarán la boca a los que no distinguen adecuadamente las cosas (15) y de esa forma el ejercicio de la libertad cristiana para servir a Dios brillará como la mayor virtud que se espera de la iglesia en el mundo (16). La actitud cristiana predominante es delineada inmediatamente: tratar a todos con deferencia (consideración), amor fraternal, temor a Dios y respeto al jefe del Estado (17). Acatar las órdenes y someterse sin tomar en cuenta la condición moral de quienes mandan (18). Para algunos, estas recomendaciones orientadas aparentemente hacia la sumisión, no son tal, sino que son más bien instrucciones pata mantener una presencia intachable de la iglesia en medio de la sociedad, pues aunque ni la iglesia ni el Estado constituyen una sociedad perfecta, ella debe guiarse, por ser portadora del mensaje divino, por los estatutos que proceden de su fe y convicción, centrada en la presencia actuante y eficaz de los signos del Reino de Dios en el mundo.
Tal como resume Oscar Cullmann sobre la función de la iglesia en relación con el Estado en todos los tiempos: a) “Debe dar lealmente al Estado todo lo que sea necesario para su existencia”, b) “Debe cumplir ante el Estado una función vigilante. Es decir: debe permanecer, por principio, crítica ante todo Estado y prevenirle de la transgresión de sus límites”, y c) “Debe negar al Estado que traspase sus límites lo que éste pida de ella en el terreno de la transgresión religioso-ideológica”.[1]





[1] O. Cullmann, El Estado en el Nuevo Testamento. Trad. de E. Gimbernat. Madrid, Taurus, 1966, p. 105.

I Pedro 2.11-18

Caravaggio, La crucifixión de San Pedro



11 Queridos hermanos, ustedes son gente de paso en tierra extraña. Por eso les exhorto a que luchen contra los apetitos desordenados que hacen guerra al espíritu.
12 Pórtense ejemplarmente entre los paganos, para que sus buenas acciones desmientan las calumnias de quienes los consideran malhechores, y puedan también ellos glorificar a Dios el día en que venga a visitarlos.
13 En atención al Señor, presten acatamiento a toda autoridad humana, ya sea al jefe del Estado en su calidad de soberano,
14 ya a los gobernantes puestos por Dios para castigar a los malhechores y premiar a quienes observan una conducta ejemplar.
15 Porque la voluntad de Dios es que, haciendo el bien, cierren ustedes la boca de los ignorantes e insensatos.
16 Son libres, pero utilicen la libertad para servir a Dios y no como patente de libertinaje.
17 Traten a todos con deferencia, amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al jefe del Estado.

18 Que los empleados acaten con todo respeto las órdenes de sus jefes, no sólo de los buenos y amables, sino también de los impertinentes.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Letra 436, 20 de septiembre de 2015

LOS PREDECESORES
Karl Barth
Instantes. Santander, Sal Terrae, 2005, pp. 126-127.

Para él todos viven.
Lucas 20.38



He Qi, Después de la resurrección

E
n la única “comunión de los santos” no sólo tienen razón quienes viven en un determinado momento, sino también los muertos; tampoco hablan y actúan tan sólo quienes viven en un determinado momento, sino, juntamente con ellos, sus predecesores: sus palabras y obras; su historia, que en modo alguno se cierra con su tránsito, sino que muy a menudo sólo entra en su fase decisiva mucho tiempo después de su partida y en medio de la posteridad, y que está conectada de manera absolutamente indisoluble con la historia del respectivo presente. En dicha comunión rigen entre los pecadores allí reunidos en Cristo diversas acciones recíprocas: sostener y ser sostenido, preguntar y ser preguntado, y un deber de rendir cuentas. En la Iglesia no hay pasado. “Para él todos viven”. Alguien verdaderamente pasado, que no tuviera ya nada más que hablar con los demás, no podría ser sino el archihereje, el que incluso para la Iglesia invisible de Dios está totalmente perdido. Sólo hay herejes relativos, y por eso los considerados siempre como tales pueden y deben también tomar parte en la conversación con su reconocida necedad.
Dios es el Señor de la Iglesia. No podemos anticipar qué colaboradores de tiempos pasados nos vienen bien en nuestro propio trabajo y cuáles no. Siempre cabe la posibilidad de que necesitemos de manera muy especial voces totalmente insospechadas, y entre ellas, ante todo, voces totalmente rechazadas. La historia quiere dar testimonio de la verdad de Dios, no de nuestros logros, y por eso ante ella hemos de deponer continuamente todo supuesto saber previo y estar dispuestos a enterarnos de algo nuevo.
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CONFESIÓN DE FE DE LA IGLESIA PRESBITERIANA DE ÁFRICA DEL SUR (1973)
J..N. Bezançon et al., Para decir el Credo. Estella, Verbo Divino, 1988
www.mercaba.org/mediafire/bezancon,%20jean%20noel%20-%20para%20decir%20el%20credo.pdf

Creemos en Dios Padre,
que creó el mundo entero,
que reunirá todas las cosas en Cristo,
y que quiere que todos los hombres vivan juntos
como hermanos en una misma familia.

Creemos en Dios Hijo,
que se hizo hombre,
que murió y resucitó glorioso,
reconciliando al mundo entero con Dios,
derribando todas las murallas
que separan a los hombres,
todas las barreras de religión, de clase,
de raza y de cultura,
a fin de crear una humanidad unida.

Él es el único Señor que tiene autoridad
sobre todo.
El llama a cada hombre y a la sociedad,
a la iglesia y al estado,
a la reconciliación, a la unidad,
a la justicia y a la libertad.

Creemos en Dios Espíritu,
que es la promesa del reino venidero,
que nos da el poder de anunciar el juicio de Dios
y su perdón a los hombres y a las naciones,
de amar y servir a todos los hombres,
de luchar por la justicia y la paz,
y de llamar al mundo entero a reconocer
aquí y ahora el reino de Dios.
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UNA BREVE DECLARACIÓN DE FE
IGLESIA PRESBITERIANA DE ESTADOS UNIDOS (1983)
www.pcusa.org/site_media/media/uploads/curriculum/pdf/confessions-spanish.pdf

En la vida como en la en muerte pertenecemos a Dios.
Por la gracia de nuestro Señor Jesucristo,
el amor de Dios,
y la comunión del Espíritu Santo,
confiamos en el Dios único y trino, el Santo de Israel,
a quien sólo adoramos y servimos.

Confiamos en Jesucristo,
plenamente humano, plenamente Dios.
Jesús proclamó el reinado de Dios:
predicando buenas nuevas a los pobres
y libertad a los cautivos,
enseñando por medio de palabra y hechos.
y bendiciendo a los niños,
curando a los enfermos
y sanando a los quebrantados de corazón,
comiendo con los despreciados,
perdonando a los pecadores,
y llamando a todos a arrepentirse y a creer en el evangelio.
Condenado injustamente por blasfemia y sedición,
Jesús fue crucificado,
sufriendo la profundidad del dolor humano
y dando su vida por los pecados del mundo.
Dios levantó a este Jesús de los muertos,
vindicando su vida sin pecado,
rompiendo el poder del pecado y del mal,
rescatándonos de la muerte a la vida eterna.

Confiamos en Dios,
a quien Jesús llamó Abba, Padre.
En amor soberano Dios creó al mundo bueno
e hizo a cada uno igualmente a imagen de Dios,
varón y hembra, de toda raza y pueblo,
para vivir como una sola comunidad.
Pero nos rebelamos contra Dios; nos escondemos de nuestro Creador.
Desconociendo los mandamientos de Dios,
violamos la imagen de Dios en otros y en nosotros mismos,
aceptamos las mentiras como verdad,
explotamos al prójimo y a la naturaleza,
y amenazamos de muerte al planeta confiado a nuestro cuidado.
Merecemos la condenación de Dios.
Sin embargo Dios actúa con justicia y misericordia para redimir a la creación.

Con amor perdurable,
el Dios de Abraham y Sara escogió a un pueblo del pacto
para bendecir a todas las familias de la tierra.
Escuchando su clamor,
Dios liberó a los hijos e hijas de Israel
de la casa de servidumbre.
Amándonos aún,
Dios nos hace, con Cristo, herederos del pacto.
Como madre resuelta a no abandonar a su niño de pecho,
como padre que corre a dar al pródigo la bienvenida al hogar,
Dios sigue aún siendo fiel.

Confiamos en Dios el Espíritu Santo,
en todo lugar dador y renovador de vida.
El Espíritu nos justifica por la gracia mediante la fe,
nos deja libres para aceptarnos, y para amar a Dios y al prójimo,
y nos unifica con todos los creyentes
en el cuerpo único de Cristo, la Iglesia.
El mismo Espíritu
que inspiró a profetas y apóstoles
norma nuestra fe y vida en Cristo por medio de la Escritura,
nos compromete por medio de la Palabra proclamada,
nos hace suyos en las aguas del bautismo,
nos alimenta con el pan de vida y la copa de salvación,
y llama a mujeres y hombres a todos los ministerios de la Iglesia.
En un mundo quebrantado y temeroso
el Espirítu nos da valor
para orar sin cesar,
para testificar de Cristo como Señor y Salvador ante todos los pueblos,
para desenmascarar idolatrías en la Iglesia y en la cultura,
para oír las voces de pueblos por largo tiempo silenciados,
y para laborar con otros por la justicia, la libertad y la paz.
En gratitud a Dios, dinamizados por el Espíritu,
nos esforzamos por servir a Cristo en nuestras tareas diarias
y por vivir vidas santas y gozosas,
mientras aguardamos el nuevo cielo y la nueva tierra de Dios,
orando: “Ven, Senor Jesus!”

Con creyentes en todos tiempos y lugares,
nos gozamos de que nada en la vida o en la muerte
puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Gloria sea al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.
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CONFESIÓN DE ACCRA (2004)
(Fragmentos)

17. Creemos en Dios, Creador y Sustentador de toda la vida, que nos llama asociados en la creación y redención del mundo. Vivimos bajo la promesa de que Jesucristo vino para que todos tengan plenitud de vida (Jn 10:10). Guiados y sostenidos por el Espíritu Santo nos abrimos hacia la realidad de nuestro mundo.

18. Creemos que Dios es soberano sobre toda la creación. "De Jehová es la tierra y su plenitud" (Sal 24:1). […]

20. Creemos que Dios ha sellado un pacto con toda la creación (Gn 9:8-12). Dios ha creado una comunidad terrenal sobre la base de una visión de justicia y de paz. El pacto es un don de gracia que no se vende en el mercado (Is 55:1). Es una economía de la gracia para toda la creación como nuestro hogar. Jesús nos muestra que se trata de un pacto incluyente, en el cual los pobres y los marginados son las partes preferentes, y nos insta a que la justicia para con "los más pequeños" (Mt 25:40) sea el eje de nuestra comunidad de vida. En este pacto se bendice e incluye a toda la creación (Os 2:18 sigs.).
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DINÁMICA DE TRABAJO

1. Breve Declaración de fe
1.1 Análisis breve del contenido de los ejemplos: preguntas y comentarios
1.2 Aspectos:
·    Declaración trinitaria
·    Cristocéntrica
·    Pertinente con los principios del sacerdocio universal de los creyentes.
1.3 Propuesta de nueva redacción.
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PROPUESTA DE REDACCIÓN

Esquema

a) Creemos (Doctrinas básicas)
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b) Por lo tanto, afirmamos (Actualización)…
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c) Nos comprometemos a (Acciones concretas)…
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Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...