sábado, 27 de septiembre de 2014

Letra 387, 28 de septiembre de 2014

EL DIOS SUPLANTADO
Karl Barth, Instantes
Santander, Sal Terrae, 2005, p. 64.

“Quien se ensalce será humillado”. Mateo 23.12

Esta es la humildad divina, y precisamente en su demostración estriba la obra inconcebiblemente grande y maravillosa de Dios: Dios se hace y es como nosotros. Pero nosotros, por quienes Dios es como es, queremos ser como Dios. El pecado del ser humano es su soberbia, el obrar humano que no corresponde al obrar divino en Jesucristo, sino que lo contradice. No es verdad que Dios sea un Señor al que tenga sentido alguno tratar de suplantar. No es verdad que al ser humano pueda afligirle, ni siquiera de lejos, ser siervo de Dios.

Dios es desde el principio su Señor, un Señor que para él es real y absolutamente benévolo, que no sólo no le priva de lo que es saludable para él, sino que se lo regala en abundancia. Más aún: quiere hacerle partícipe de su señorío precisamente en calidad de siervo suyo. ¡Cómo se engaña el ser humano, ante todo sobre Dios, al cometer tan terrible equivocación...! Al elegirse a sí mismo dejando de lado la gracia de Dios y sacudiéndose su responsabilidad con respecto a él, elige la vaciedad en sí. Convierte a Dios en el diablo. Pues si "existe" un diablo, es idéntico al concepto límite de un ser solitariamente despótico y, por tanto, “absoluto”. Y el hecho de que el ser humano, al escoger esa dirección, venda su alma al diablo y “se vaya al diablo”, resultará innegable. Ésta es la situación del ser humano, al que Dios reconcilia consigo en Jesucristo. Ante el proyecto de aquél, Dios respondió con la contra-medida que a dicho proyecto correspondía: se abajó.

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CUANDO EL SER HUMANO ORA… (I)
Pedro Finkler
Madrid, Paulinas, 1981



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MÉXICO PAGA UN MILLÓN DE DÓLARES POR RECUPERAR UN DOCUMENTO FUNDACIONAL (I)
Pablo de Llano
El País,  24 de septiembre de 2014

·  El Gobierno compra el Códice Chimalpáhin, del siglo XVII, a la Sociedad Bíblica de Londres

·  La entidad británica poseía el texto desde hace 187 años y lo iba a subastar en Christie's

187 años después, México ha recuperado uno de sus documentos fundacionales a cambio de un millón de dólares (unos 780 000 euros). El Códice Chimalpáhin, escrito en el siglo XVII por dos historiadores indígenas, estaba desde 1827 en manos de la Sociedad Bíblica de Londres. El Gobierno mexicano logró comprarlo el pasado mes de mayo en vísperas de que saliese a subasta. Desde la semana pasada, se expone al público en el Museo Nacional de Antropología como pieza estrella de la muestra Códices mexicanos. Memorias y saberes.

“Aquí comienza la crónica y antigüedad de los mexicanos”, se lee al principio de uno del centenar de manuscritos que componen el códice, redactado en náhuatl, la lengua franca prehispánica, con pasajes en español. Sus autores fueron Domingo Chimalpáhin (1579-1660) y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (1578-1650), miembros de poderosos linajes locales, el primero descendiente de los Señores de Chalco y el segundo, del rey poeta Nezahualcóyotl.

La obra, por ser de autoría y de punto de vista indígena, es considerada el inicio de la historiografía mexicana. Es una fuente fundamental sobre la vida cotidiana, la sociedad y la política de antes de la colonización y también de la Nueva España. Una lectura de cómo se veían los mexicanos y de cómo los veían los españoles, además de un relato de los orígenes, como estas frases que relatan la llegada de los aztecas a Tenochtitlán —que hoy es esa megalópolis llamada México D.F.—:...lugar señalado y famoso, donde crece el nopal en medio de las aguas, donde el águila reposa y grita, donde despliega sus alas al sol y come, donde bufa la serpiente y nada el pez, donde se mezclan el agua azul y el agua amarilla, donde se incendian las aguas, donde se conocen las fatigas...”.

La historia del extravío del documento tuvo sus prolegómenos en la segunda mitad del XVII, cuando el intelectual jesuita Carlos de Sigüenza y Góngora reunió en tres volúmenes todo el códice en su biblioteca, que luego pasó a formar parte del Colegio de San Ildefonso de la ciudad de México. Ahí, en 1827, el bibliotecario del colegio, José María Luis Mora, acordó con el inglés James Thoms0n, representante de la Sociedad Bíblica, intercambiar el Códice por una partida de Biblias protestantes, no con el propósito de usarlas para evangelizar sino como libros de alfabetización. Thomson se volvió con el códice a Londres y Mora, con los años, se convertiría en un iniciador del pensamiento liberal en México.

Actividades

PIDAMOS AL SEÑOR POR LAS ACTIVIDADES DE OCTUBRE. QUE ÉL LAS DIRIJA EN SUS PROPÓSITOS ESPECÍFICOS.

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 30 de septiembre, 19 hrs.
Modera: D.I. Laura Cabrera B.

Llamamiento: Amós 8.9-14
Oración de ofrecimiento
Himnos: “El fruto del Espíritu” (265)
                “Eres mi protector” (322)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías 65.16-25
Tema:: El final de los días
Himno: “Guarda el contacto” (523, 1ª y 4ª)
Ofertorio
Bendición pastoral

“EL FINAL DE LOS DÍAS”
Louis Monloubou

Al mismo tiempo que se universaliza el día de Yavé de una forma muy discreta, la transformación que significa, que tiene que realizar, aparece cada vez más radical, hasta el punto de que no puede tratarse ya de un día como todos los demás, sino de un día especial. “El final de los días”, dicen el texto yavista (Nm 24.14), el Deuteronomio (4.30), Isaías (2.2), Jeremías (23.20), Ezequiel (38.16), etc. Se trata de una expresión ambigua; hablando del final de una época, puede hacer pensar que la época siguiente será una novedad radical; puede llevar también a la idea de una historia que sea meramente distinta. La descripción de ese día decisivo o último puede aportar algunas precisiones. En el texto de Sofonías: “Ese día será un día de cólera...” (Sof 1.14-18), la humanidad se ve comprometida con el cosmos entero en la gran revolución de la historia. ¿Qué es lo que significa esta ampliación repentina de las perspectivas?

La verdad es que este carácter repentino que nos sorprende parece más aparente que real; la fe en Dios señor del cosmos conduce fácilmente a empalmar las energías cósmicas con el gran juego de la historia. Uno de los textos más antiguos de la biblia muestra a las estrellas participando en la batalla de Tanac (Jue 5.20).

Además, la intervención del cosmos es, al menos en parte, un cliché literario que tiende a expresar la importancia de los acontecimientos que Israel se ve obligado a tolerar. Cada vez más, el juego de la historia parece ser, no ya el crecimiento o la reducción del estado, sino su permanencia pura y simple. El tema del combate final, inaugurado por Ezequiel, que le da proporciones gigantescas (38-39), y recogido por los apocalípticos (Ap 20, 7-10; 2 Tes 2, 3-10; etc.), señala de otra manera el mismo riesgo que corre Israel. Si está en discusión la existencia misma del pueblo de Dios, ¿cómo no va a sentirse afectado el cosmos en sus mismas profundidades? […]
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

Octubre: La práctica de la oración en la tradición reformada


5 – Santa Cena/ Reunión de Consistorio

Orar por toda la humanidad en su situación específica, L. Cervantes-O.

28 de septiembre, 2014

Así pues, recomiendo ante todo que se hagan rogativas [deéseis], súplicas [proseujas], peticiones [enteúxeis] y acciones de gracias [eujaristías] por toda la humanidad… […] Es éste un proceder hermoso y agradable a los ojos de Dios, nuestro Salvador, […] Es, pues, mi deseo que en cualquier circunstancia los varones eleven una oración pura, libre de odios y altercados.
I Tesalonicenses 2.1, 3, 8, La Palabra (Hispanoamérica)

La oración, para los escritos paulinos, es una práctica fundamental para mantener viva la fe y la comunión con Dios mediante Jesucristo. Para el apóstol Pablo “…la auténtica oración ha de hacerse en el espíritu (Rom 8.15, 26; Gal 4.6; en ambos pasajes Pablo emplea —junto a proseúchomai en Rom 8.26— el verbo krázo, gritar, clamar, que aquí expresa la libertad, el gozo y la confianza de la oración que proceden de la conciencia de ser hijos de Dios)”.[1] Para él, la oración “no nace de las posibilidades humanas ni puede considerarse como una obra meramente humana. Al igual que la fe, de la cual procede y con la cual casi se identifica, es un don de arriba (cf. también Ef 6.18: “orar en el espíritu”)”. La oración a fin de cuentas, es “una conversación del espíritu que habita en el creyente y que lo ‘mueve’ (Rom 8.14), con el mismo Dios, que ‘es espíritu’ (2 Cor 3.17; cf. Jn 4.23 s)”. Por todo ello, la eficacia de la oración tampoco depende de humanas de persuasión “ni de una determinada condición interior”. El apóstol siempre destacó “que la oración en el espíritu da testimonio de la certidumbre de la salvación y a la vez la corrobora (Rom 8.16)”.

En el Nuevo Testamento se manejan diversos matices para referirse a la oración y, particularmente, en el inicio de I Timoteo 2 aparecen desplegados con singular intensidad, sobre todo por la forma en que el texto exhorta a la práctica de la oración “por toda la humanidad” (2.1) y, más adelante, porque todos los creyentes lo hagan “en cualquier circunstancia” como “oración pura” (“levanten manos santas”, RVC) ajena a todo tipo de odio o enemistad (2.8). En el primer caso se emplean hasta cuatro términos relacionados que corroboran la orientación del conjunto de documentos neo-testamentarios de acuerdo con sus significados propios como se resume aquí. El primero de ellos, “rogativas” (deéseis) designa la súplica, “que casi siempre hace mención de la persona a la que va dirigida y sólo se pronuncia en el acto de orar propiamente dicho”,[2] es interceder. El segundo, “súplicas” (proseujas) “designa la oración en el sentido más amplio” y “expresa toda manera de entrar en contacto con Dios”.[3] La tercera, “peticiones” (enteúxeis), originalmente en el sentido de dirigirse a un monarca para solicitar algo. La última, es una plegaria de alabanza y acción de gracias.

Todo esto va encaminado, en el lenguaje de las llamadas “cartas pastorales”, a establecer un ambiente de oración propicio para canalizar las diversas preocupaciones humanas ejemplificadas en la plegaria permanente por los gobernantes, pero sin olvidar que, al colocar delante a “toda la humanidad”, el énfasis de la oración es, diríamos hoy, “democrático”, abierto e incluyente. Es decir, que ninguna realidad humana debería quedar fuera del horizonte de oración de los seguidores/as de Jesucristo. Eso se logrará, además, con un adecuado conocimiento de las realidades humanas presentes, sociales, políticas y, por supuesto, espirituales. La comunidad en donde ejerce Timoteo es una expresión de la diversidad que obliga a orar de esta manera:

Otros sectores sociales se han arrimado, y ahora conviven con los esclavos y artesanos de los primeros tiempos grupos cada vez más numerosos de comerciantes, algún propietario de tierras de mediana extensión, gentes con otros recursos y posibilidades. Si bien estos no son mayoría, y difícilmente estemos en presencia de los sectores más altos y ricos de la sociedad, su presencia se hace sentir en las comunidades y plantean problemáticas distintas. […]
El paso del tiempo y su crecimiento han ido transformando a las iglesias en comunidades más amplias, donde se han agregado nuevas experiencias que tienen otro origen, donde hay familias de dos o tres generaciones de “cristianos” (II Tim 1.5). Los cristianos no son aún mayoría ni mucho menos, así que han tenido que encontrar formas de convivencia con sus vecinos, de interactuar con el mundo circundante en términos de colaboración y convivencia.[4]

La universalidad de Dios (vv. 4-5: “que quiere que todos se salven y conozcan la verdad. Porque uno solo es Dios y uno solo es el mediador entre Dios y la humanidad: el hombre Cristo Jesús”) deberá mostrarse en la apertura para tratar de comprender las necesidades y urgencias de toda la humanidad. La consigna parece ser: “Nada humano me es ajeno”, es decir, avanzar en la práctica de un humanismo cristiano bien entendido y asumido, capaz de superar nacionalismos, etnocentrismos y de salir hacia una serie de “encuentros misioneros” que posibiliten la comunicación más efectiva del Evangelio en medio de un “diálogo cultural” para el que no siempre se está dispuesto. El texto agrega que este encuentro puede y debe darse porque se basa también en la auto-entrega de Jesús: “que se entregó a sí mismo como rescate por todos, como testimonio dado en el tiempo prefijado” v. 6). Esa entrega abre las puertas para que los seguidores de Jesús sean, dentro de lo posible, los seres humanos más sensibles a las necesidades humanas mediante una clara comprensión de las mismas en sus contextos específicos.

La actitud para orar por toda la humanidad será, finalmente, una muestra de la superación de las enemistades y conflictos humanos: “Es, pues, mi deseo que en cualquier circunstancia los varones eleven una oración pura, libre de odios y altercados” (v. 8). A través de una práctica sana e inclusiva de la oración, con una mirada universal, los/as creyentes podrán capacitarse también para el servicio en todas sus manifestaciones y no hallarán conflicto alguno entre fe y acción en medio del mundo, puesto que cada creyente será “de aquí, de allá y de todas partes”: “Ya no ve el mundo rodeado por la nada y por el caos, sino abarcado por la fidelidad de Dios y puede en adelante trabajar dentro de él con confianza y poner en él sus esperanzas. Oración y acción en el mundo están, pues, íntimamente relacionadas. Pero la una no puede reemplazar a la otra; la oración no dispensa de la acción, ni ésta de aquélla”.[5]



[1] H. Schönweiss, “Oración”, en L. Coenen et al., Diccionario teológico del Nuevo testamento. III. 3ª ed. Salamanca, Sígueme, 1993 (Biblioteca de estudios bíblicos, 28), p. 221.
[2] Ibid., p. 212.
[3] Idem.

[4] Néstor Míguez, “Yo soy de aquí y soy de allá. La ‘oiko-nomía’ en 1 Timoteo”, en RIBLA, núm. 51, www.claiweb.org/ribla/ribla51/yo%20soy%20de%20aqui.html.

[5] H. Schönweiss, “Para la praxis pastoral”, en L. Coenen op. cit., p. 225.

I Timoteo 2.1-8



1 Así pues, recomiendo ante todo que se hagan rogativas [deéseis], súplicas [proseujas], peticiones [enteúxeis] y acciones de gracias [eujaristías] por toda la humanidad: 2 por los reyes y por todos los que tienen autoridad para que podamos llevar una vida tranquila y sosegada, plenamente digna y religiosa. 3 Es este un proceder hermoso y agradable a los ojos de Dios, nuestro Salvador, 4 que quiere que todos se salven y conozcan la verdad. 5 Porque uno solo es Dios y uno solo es el mediador entre Dios y la humanidad: el hombre Cristo Jesús, 6 que se entregó a sí mismo como rescate por todos, como testimonio dado en el tiempo prefijado. 7 De todo ello he sido constituido pregonero y apóstol —estoy diciendo la pura verdad— con el fin de instruir a los paganos en la fe y en la verdad. 8 Es, pues, mi deseo que en cualquier circunstancia los varones eleven una oración pura, libre de odios y altercados.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Letra 386, 21 de septiembre de 2014

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MANOS VACÍAS

Karl Barth, Instantes

Santander, Sal Terrae, 2005, p. 63.



“A los hambrientos colma de bienes”.
Lucas 1.53

http://elsembradorministries.com/esne/carta%20mensual/2011/images/p004_0_01_02.jpg

¡Padre nuestro que estás en el cielo! Nuestra vida es muy confusa: ¡muéstranos el orden que tú le diste y que quieres darle de nuevo! Nuestros pensamientos andan completamente dispersos: ¡reúnelos en torno a tu verdad!
El camino que tenemos por delante está envuelto en tinieblas: ¡precédenos con la luz que nos prometiste! Nuestra conciencia nos acusa: ¡haznos caer en la cuenta de que podemos levantarnos para servirte a ti y al prójimo! Nuestro corazón anda inquieto en nuestro interior: ¡danos, Señor, tu paz!

Tú eres la fuente de todo bien, eres la bondad misma, junto a la cual no hay ninguna otra. Tú no quieres que cada cual te busque por su cuenta e intente arreglárselas por sí solo con sus problemas. Tú quieres que en nuestra miseria y en nuestra esperanza seamos un único pueblo de hermanos.

Como tal pueblo, nos tomamos ahora de la mano para darte juntos las gracias y extender hacia ti estas manos nuestras, siempre tan vacías. Amén.

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“EN LOS DÍAS DE TU JUVEN… ¿QUÉ?”: SALTO DEL CICLO VITAL JUVENIL ENTRE EVANGÉLICOS

Raúl Méndez Yáñez

Razón y Pensamiento Cristiano, 19 de septiembre de 2013

www.revista-rypc.org/2013/09/en-los-dias-de-tu-juven-que-salto-del.html





Desde la perspectiva de los ciclos de vida, las iglesias evangélicas no tienen juventud. El ciclo vital el estatus generacional de un sujeto en su incorporación a la sociedad, no se corresponde a segmentos etarios definidos, ni al desarrollo de competencias pedagógicas estrictas. La perspectiva del ciclo vital enfatiza el modo en el cual un sujeto debe de cumplir con ciertos ritos y gestos sancionados culturalmente a fin de incorporarse en la dinámica social de acuerdo a las expectativas que penden sobre él en determinado momento de su vida. De este modo un niño para una cultura, puede ser un adolescente para otra. En las sociedades urbanas, por ejemplo, la juventud suele extenderse más que en las sociedades agrícolas debido a que el sujeto tiene la posibilidad de postergar el contrato matrimonial y la parentalidad.
Arnold van Gennep en su obra clásica, Los ritos de paso demostró que: “La vida individual, cualquiera que sea el tipo de sociedad, consiste en pasar sucesivamente de una edad a otra y de una ocupación a otra. Allí donde tanto las edades como las ocupaciones están separadas, este paso va acampanado de actos especiales”. Estos “actos especiales” son los ritos de paso que le permiten al sujeto saberse abandonando un momento de su vida e ingresando a otro. Un rito de paso es, por tanto, el performance que transforma a un sujeto al otorgarle un nuevo estatus social, generacional, religioso, institucional, laboral, político. Se compone de tres fases: Separación – Margen - Agregación, llamadas por Víctor Turner: Preliminar – Liminar – Postliminar. Una etapa liminar es cuando la persona se encuentra “entre el cielo y la tierra”, ya no es lo que era, pero no se ha convertido en lo que puede llegar a ser.

La Fiesta de XV años, en los países latinoamericanos, en especial en su ritualidad católica, es útil para ilustrar la dinámica de los ritos de paso en los ciclos de vida. Seguimos la etnografía de Lorena Favier sobre la celebración de XV años en la ciudad de México.


· Fase preliminar. Es niña. Incluye la planeación de la Fiesta de XV años por parte de la familia, fiesta con la que la quinceañera podrá o no estar de acuerdo, pues impera el mandato social y familiar. Es un momento de convivencia donde hombres (padres, padrinos, hermanos) u mujeres (madres, madrinas, hermanas, amigas) participan. Se realizan ensayos de los bailes supervisados por adultos, se le exige una dieta especial a la quinceañera a fin de que “luzca” el vestido, se realiza una campaña de comunicación para informar del evento a invitados y a no invitados.

· Fase liminar. Ya no es niña, pero tampoco mujer. El día de la Fiesta se separa a la quinceañera del resto de la familia, especialmente de los hombres. Solo conviven con ella la madre y quien vaya ayudarle en su atuendo. Es un periodo de ambigüedad de género donde hombres homosexuales son apreciados por su conocimiento respecto al maquillaje y el vestido. Durante la fiesta la quinceañera se suspende ente el cielo y la tierra mientras baja las escaleras del Salón o camina por el pasillo de la casa hacia el patio. Sale una niña, terminará una mujer. Se le dan regalos rituales y realiza un vals o baile acompasado de música instrumental, y posteriormente diversos performances eróticos con música popular.

· Fase postliminar. Ya es una mujer. El objetivo de la Fiesta de XV años es “presentar en sociedad a la hija”, se anuncia que “ya es casadera”. Desde luego, en las sociedades urbanas esto, se espera, no se tome al pie de la letra. Pero tras la Fiesta, la antes niña ya tiene más libertad para usar maquillaje, salir con sus amigas, vestir menos infantilmente. Es reincorporada a la sociedad con un estatus distinto.


Hasta el siglo xix la adolescencia no existía como ciclo vital diferenciado, pues se pasaba de la niñez a la juventud. Michel Foucault refiere que para los estoicos la vida era comparada a una jornada: La niñez el alba y la mañana, posteriormente la juventud cerca del Medio Día, la edad adulta en el pleno de la tarde, y la vejez el ocaso. Algo semejante se encuentra en Eclesiastés 12:1-7, donde se pueden encontrar los ciclos vitales juvenil y senil en un contraste quiásmico del pasaje.

Si preguntamos qué define ahora el ciclo vital de la juventud, este radica en la independencia económica, residencial y familiar. La juventud actualmente está marcada por la inserción laboral del sujeto. “El primer empelo” que posibilite la independencia es el rito de paso para advenir joven, cuando ya no se está “bajo el techo” del padre. Se entiende también de que en esta etapa ya se ha superado la educación básica y media, se cuenta con al menos una preparación técnica.

De este modo se diferencia de la adolescencia (Grupo de Intermedios en algunas iglesias) en que este ciclo vital está caracterizado por la formación escolar, la virginidad, la dependencia y vigilancia de la familia. Por su parte la vida adulta tiene como principal rito de paso al matrimonio, y subsecuentemente la parentalidad, “formar la propia familia”. Las iglesias evangélicas en Latinoamérica han asumido esta perspectiva generacional, este arco que va de “la familia de origen” a la “nueva familia”, de la adolescencia a la vida adulta. […]

De inocente a responsable de un hogar, de virgen a un conocedor de los amoríos (a veces esto es apoyado cándidamente por algún Curso o Taller para Recién Casados o próximos a casarse donde se les explica algunos aspectos operativos de gran importancia para el matrimonio). Siguiendo la lógica de los ciclos vitales y los ritos de paso el tránsito del sujeto evangélico es de adolescente a adulto. Debido a que para las iglesias evangélicas la juventud no debe ser autónoma económica ni residencialmente, los jóvenes perciben que, en realidad, uno no puede ser joven.

Ariel Corpus ha testimoniado estas contradicciones entre ciclos de vida juveniles según la organización religiosa, y las juventudes en la zona de los Altos de Chiapas, México. Entre estos jóvenes, la sociedad de Esfuerzo Cristiano, organismo presbiteriano que busca aglomerar a las juventudes en un cause misional, no tiene mayor atractivo que el de la convivencia, pues se dificulta generar una agenda o un plan organizacional debido a que los esfuerzos de los jóvenes por independizarse son desalentados por la autoridad religiosa y sancionados como negativos. […]

Estas “expectativas” no son meramente de atractivo clientelar: sí les dan o no posibilidad de dirigir la alabanza, de predicar, de ocupar puestos eclesiásticos sin requerir credenciales ministeriales, etc. Las iglesias evangélicas ocultan la expectativa que el joven tiene sobre sí mismo: la autonomía. Desde luego este deseo se encuentra marcado por un imperativo macro-estructural que es la construcción de la juventud a nivel global. En el fondo es un conflicto, por tanto, entre los valores religiosos localizados y las expectativas globalizadas.

El desafío que tienen las iglesias evangélicas respecto a las juventudes es atender a esta “contradicción de términos” respecto a la configuración de los ciclos vitales normativos y los deseados efectivamente por su membrecía, en este caso las juventudes. La reflexión y actuar eclesiástico debe poner el acento en la autonomía de los jóvenes, pues de hecho está ocurre de facto, y de un modo creciente. Pero mientras el discurso religioso siga siendo pasar de la inocencia a la responsabilidad, sin una fase liminar de autonomía que medie entre estos niveles, las juventudes seguirán siendo invisibilizadas, pasadas por alto, un ciclo completo que es saltado olímpicamente.


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TEOLOGÍA DEL GOZO: LA ALEGRÍA DE DIOS (II)

Juan Stam

Protestante Digital, 31 de agosto de 2014




De este origen divino nace una fuente inagotable de gozo. El pueblo de Israel celebraba las misericordias de Dios en la exuberante alegría de sus fiestas (cf. Sal 122:1). La consigna festiva era "te alegrarás delante de Yahvéh tu Dios...y tu alegría será completa" (Dt 16:11, 14,15). ¡Los hijos e hijas de Dios vivimos en fiesta permanente! De la Fiesta de Enramadas se comentaba: “Quien no ha visto la alegría de esta fiesta, nunca ha visto alegría en su vida” (Zorrilla 1981:54). "Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Yahvéh iremos" (Sal 122:1). La consigna de nuestros cultos es, “Cantad alegres al Señor, habitantes de toda la tierra” (Sal 100:1). Nuestras celebraciones cristianas, como Navidad, Semana Santa, bautismo, eucaristía, renuevan la alegría de las hazañas salvíficas de Dios y también miran adelante hacia su reino definitivo.
La alegría bíblica a menudo se relaciona con la esperanza escatológica. A los perseguidos el Señor les exhorta, "Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo" (Mt 5:12). A los mayordomos fieles se les invita a entrar en el gozo de su señor (Mt 25:21,23). Sin haber visto a Jesús, los fieles "se alegran con un gozo indescriptible y glorioso" en la espera de su venida (1 P 1:7-8), anticipando con alegría ese encuentro (4:13).

En el Apocalipsis “la idea de gozo se proyecta hacia adelante” (Richardson 1951:117). Apocalipsis 7 compara el cielo a la muy alegre fiesta de Enramadas (Cf. Stam 2003:149-151, "El cielo será una fiesta"). Aquí en Ap 18-19 Juan está celebrando con júbilo la futura derrota de Babilonia (Ap 18:20; 19:7; cf. 12:12). Bien comentan Mesters y Orofino (2003:317-318): “Esta alegría tan grande nace del futuro y, a través de una lectura diferente de los hechos penetra el presente, provocando el canto de las comunidades perseguidas. Aquí [en el canto] ellos verifican que no han sido engañados. La resistencia y la lucha de hoy son simiente de este futuro tan atrayente...”.

El Apocalipsis es uno de los libros más alegres de la Biblia. En su pobreza, los perseguidos viven una felicidad que los poderosos, en su riqueza, no consiguen entender ni poseer... Detrás del dolor de la persecución, los apocalípticos encuentran la certeza de estar en la mano de Dios. La alegría explosiona en cantos de loor y de acción de gracias.

Finalmente, esta teología de la alegría debe producir un teologizar también alegre. Nuevamente Karl Barth lo expresa elocuentemente:



La teología en su totalidad, y en todas sus partes y en sus interconexiones, en su contenido y su método es... una ciencia peculiarmente bella. De hecho, podemos decir con confianza que es la más bella de todas las ciencias. Encontrarla desabrida es la marca del filisteo. Es una forma extrema del filistinismo poder encontrar la teología desabrida. El teólogo que no tiene gozo en su trabajo simplemente no es teólogo. […]

Actividades


TODOS/AS ESTAMOS INVITADOS A LA MESA REDONDA SOBRE LAS JUVENTUDES EN LAS IGLESIAS, HOY, A LAS 17.30 HRS.

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 23 de septiembre, 19 hrs.
Modera: A.I. María Elena Paredes

Llamamiento: Amós 9.5-15
Oración de ofrecimiento
Himnos: “El mundo es de mi Dios” (67)
                “¡Cuán grande es Él!” (74)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías 13.1-9
Tema:: El día de Yahvé
Himno: “Dios cuidará de ti” (366)
Ofertorio
Bendición pastoral

EL DÍA DE YAVÉ
Louis Monloubou


Para el conjunto del pueblo, la esperanza está ligada a la llegada de un día decisivo; será el día de una intervención divina, eficaz, que establecerá finalmente el equilibrio y la plenitud deseada; será “el día de Yavé” (Am 5.18). Amós critica la representación que la gente se hace de ese día, pero no rechaza el principio de su esperanza. ¿De dónde procede esa certeza de un día venidero? No cabe duda de que el pueblo saca su seguridad, la esperanza de ese día, del recuerdo de las acciones pasa- das, de “los días antiguos” en que Yavé se había manifestado y “dado la salvación”. Este razonamiento está atestiguado en Isaías (9.3), que sucede poco después a Amós; pero se encuentra ya en los textos más antiguos, como los oráculos yavistas de Balaán (Nm 24.3-9.15-19).
Resulta ya entonces que, acordándose de las victorias conseguidas por David, el autor profético adquiere la certeza de una serie de victorias reales que llegarán “al final de los días” (v. 14).
Así, pues, la fórmula “el día de Yavé” se convierte en la expresión técnica que resume el mensaje de esperanza propuesto por los profetas. Y ese mensaje evoluciona: las representaciones del día de Yavé adquieren dimensiones cada vez más amplias. Y esto de dos maneras.
Se trata en primer lugar de la esperanza en una victoria de la que Israel será el único beneficiario, pero ese día se va refiriendo cada vez más a todas las naciones. Es que Israel se siente cada vez más dependiente de su mundo circundante y sobre todo de los bloques que cierran su horizonte por el este (Mesopotamia con sus grandes imperios) o por el sur- oeste (Egipto). Israel se siente cada vez menos capaz de pensar en su porvenir sin referirse a esas diversas poblaciones. Por otra parte, los profetas las integran en su visión de la historia. Objetos de condenación por parte de Amós (1-2). las naciones se convierten para Isaías en instrumentos que Dios utiliza para juzgar a Israel. […]
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

28 – Comida especial

Octubre: La práctica de la oración en la tradición reformada

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...