domingo, 28 de julio de 2013

Letra 329, 28 de julio de 2013

PASTOR PRESBITERIANO ESPERA APOYO DEL GOBIERNO
DEL ESTADO PARA SU IGLESIA
Ignacio Carbajal
e-veracruz.mx, 23 de julio de 2013

El pastor de la Iglesia Presbiteriana de Veracruz, Sergio Morales, se mostró satisfecho con el respaldo del gobierno de Veracruz a la joven Ángel de María Soto, y acotó que la comunidad evangélica ahora espera que Javier Duarte también les apoye.
El pastor dijo es de esperar que así como el Ejecutivo dio ayuda a esta chica, “ojalá nos apoye a todos los veracruzanos a cumplir nuestros sueños religiosos”.
Afirmó que para que el trato sea justo, el gobierno de Veracruz tendrá que responder las peticiones de recursos para remodelar iglesias, construir nuevos templos y para organizar congresos evangélicos que se han solicitado a lo largo del año y que no se han materializado.
Puntualizó que si “así de rápido se apoyó a la iglesia (católica), esperamos que a todos nos atiendan de la misma manera”.
Sobre el viaje, recalcó que “lo debería pagar la iglesia pero si así van a apoyar a todas las iglesias pues bienvenido el apoyo, aun que lo dudo”.
Sin embargo, señaló que desde sus iglesias, los evangélicos trabajan a diario para contar con los beneficios necesarios para atender a sus comunidades pues “nosotros no buscamos beneficios”.

Ángel de María Soto, después de ser exonerada de acusación de narcotráfico, dijo que fue beneficiada por un “milagro”. El gobierno estatal anunció hoy que le pagarán el viaje a Brasil a ella y a su familia.

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TRES OBSTÁCULOS
Yván Pinto Sierralta
Protestante Digital, 20 de julio de 2013

Tres obstáculosEn mi primer artículo hablé del reto de considerar la juventud como la etapa biológica de paso de la niñez a la madurez y en el siguiente intenté hacer un análisis de la juventud dentro de la sociedad, con sus características y retos, desde la perspectiva bíblica de intentar ser entendidos en los tiempos y que sepamos qué curso debemos tomar, reflejada en 2 Crónicas 12.
En el presente texto, intento acercarme a la categoría juventud dentro de las estructuras eclesiales en la cuales se encuentra embebida. Sé que es una empresa un tanto desafiante, al menos para mí, debido a que a partir de ahora, intentaré analizar el estado de la cuestión e indefectiblemente he de hablar de ciertos elementos y características considerados “cuasi-sagrados” para muchos miembros de estas estructuras. Así que si crees que mi análisis raya la crítica, te pido que utilices el apartado de comentarios que se encuentra al final de este artículo.
De aquí en adelante, en donde utilice la palabra “iglesia”, me estaré refiriendo al grupo de cristianos, separados para Dios, bajo pacto de redención por lo hecho por Jesús. En ningún caso querré correlacionar la palabra a una reunión, un programa, o a un edificio o local en particular. Cuando quiera referirme a lo que hoy vemos y se denominan Iglesias Cristianas, preferiré denominarlas como iglesias oficiales o estructuras eclesiales.
Primero que nada me gustaría dejar claro que no creo que debamos hacer una separación entre juventud e iglesia, puesto que ese grupo de chicos y chicas, por jóvenes que sean, también son iglesia, y no un grupo separado de ella. Y aquí está una característica que se ve en algunas de las estructura eclesiales de hoy en día, en donde se trata al grupo de jóvenes como personas de menor categoría que no son capaces de aportar y contribuir a la organización, y se encuentran fuera de toda esfera de toma de decisiones. Me viene a la mente el consejo de Pablo a Timoteo: “Que nadie tenga en poco tu juventud...”.
La sociedad moderna, con su origen en la Ilustración, influyó de manera directa en lo que vemos y denominamos como iglesias oficiales —oficiales porque necesitan de la oficialidad del gobierno o de algún organismo para que certifique dicha oficialidad—. Esta influencia viene dada en la manera de procesar el concepto de la verdad, que según la propuesta modernista, puede ser entendida utilizando solamente la razón y por ende, todo esfuerzo apologético o expositivo solo contemplará el aspecto cognitivo e intelectual, y aquí es donde muchas iglesias de hoy día están experimentando retos, cuando tratan de comunicarse y/o relacionarse con los jóvenes.
Éstos últimos, están teniendo también una dificultad para conectar con una forma de comunicación caduca, cuando es situada dentro del contexto social en el cual viven. El aparato cognitivo es necesario para acceder a cualquier propuesta de conocimiento, pero no el único que ha de ser puesto en marcha para intentar acceder a tal conocimiento. Acaso, ¿qué fue lo que le dijo Felipe a su hermano cuando intentaba que supiera de Jesús? ¿Ven y aprende? ¿Ven y lee? ¿Ven y procesa con tu mente? No, le dijo: “ven y ve”, que a mi parecer le dice “ven y utiliza tus sentidos físicos y procesa luego con tu aparato cognitivo, para que luego tu espíritu tome la decisión acerca de si es el Mesías o no”. Pero sólo a través de la relación con la persona de Jesús, no a través de una serie de conceptos y dogmas.
Por ello, estas iglesias oficiales están teniendo este reto, el de comunicar la verdad como una persona, que es Jesús, y por el contrario desean que se acepte una serie de lista de propuestas conceptuales. Y mientras los jóvenes asientan intelectualmente a estas propuestas, estaremos todos tranquilos, que la meta se ha alcanzado (perdón por la ironía).
Sin embargo, de esta práctica cognitiva se despliegan otros tres retos para la comunicación de la iglesia con la juventud: a) El no ser una estructura de credibilidad, b) La fe como un listado de normas y reglas y c) la falta de fruto como identificador de su conversión.
El primero, que la comunidad no actúa como una estructura de credibilidad, no es más que el reclamo de que un grupo humano viva lo que dice, y lo que diga, lo viva. ¿Acaso no es esto una de las principales razones por la cual los jóvenes abandonan o se decepcionan de las iglesias oficiales? Esto sucede cuando intentamos explicar algún concepto, pero luego en la práctica no se nos ve que ese concepto sea vivido o experimentado en nosotros, o en la vida de la comunidad.
En segundo lugar, para muchos jóvenes, la propuesta de fe que se les hace consiste en una serie de normas que han de cumplir, que por lo general contemplan el no fumar, el no beber, y el no tener sexo. Particularmente puedo estar de acuerdo que para un/a joven cristiano/a estos deberían ser elementos identificadores de sus convicciones, pero siempre como resultado de esas convicciones, y no de manera inversa. Muchas veces he tratado con jóvenes a
quienes se les ha intentado que se conformen a una serie de reglas, sin hacer ningún esfuerzo en buscar el crecimiento espiritual y que la fe sea la que condicione la conducta. Entiendo que esto no puede ser una generalización de la realidad juvenil en las estructuras eclesiales, pero la verdad es que pasa a menudo y por ende es una preocupación personal a la hora de formar y desarrollar jóvenes.
Por tanto, y como tercer punto, se busca que el testimonio del joven sea el que se espera de un cristiano, pero a través de normas, y no a través del fruto espiritual como elemento básico de su identificación con Jesús y de sus convicciones. El peligro en el cual pueden entrar los jóvenes es pensar que, mientras se conformen a las expectativas, o al listado de reglas, estarán haciendo lo correcto y puede que se consideren hasta cristianos, solo por seguir algunas normas.
Sin embargo, además de estos tres puntos, existen muchos otros elementos que podríamos analizar en la relación juventud e iglesia, pero a mi parecer, hay cuatro aspectos que considero básicos, los cuales nos pueden ayudar a marcar una hoja de ruta para el desarrollo de la juventud en nuestras iglesias y comunidades. A ellos me dedicaré en los próximos cuatro artículos.
Para concluir, en la iglesia de hoy tenemos un gran reto por delante, si deseamos alcanzar y formar jóvenes. Hemos de buscar sabiduría, y humildad, para acercarnos y entendernos con esta generación de jóvenes, pero reconociendo el contexto donde viven e informándonos de la verdad bíblica para ayudarles en su andar cristiano. Estoy convencido que no nos sirven fórmulas de tipo “aquí siempre lo hemos hecho así”, sino por el contrario, hemos de ser entendidos en los momentos y tiempos en los que viven los jóvenes, para identificar, analizar, y hacer propuestas de vida basadas en la obra de Jesús.
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VIDA EN EL AMOR
Ernesto Cardenal

Todas las cosas se aman. La naturaleza toda tiende hacia un tú. Todos los seres vivos están en comunión unos con otros. […]
Y todas las cosas nos hablan de Dios, porque todas las cosas suspiran por Dios: el cielo estrellado lo mismo que las cigarras, las inmensas galaxias y la ardilla listada que juega todo el día con todo lo que la rodea y teme a todo lo que la rodea y se esconde de todo (y todo cuanto hace es un movimiento inconsciente hacia Dios).
Hacia Él se mueven todos los astros y la expansión del universo es hacia Él, hacia Él de donde han salido todos los astros y de donde salió el primer gas original, y sólo en Él descansará el universo. […]

Actividades

OREMOS POR LAS ACTIVIDADES DE LA ESCUELA BÍBLICA DE VACACIONES QUE COMIENZA MAÑANA A LAS 10 AM
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MESA REDONDA SOBRE CULTURAS JUVENILES
17.30 hrs.
Modera: A.I. David Palomino López

Presentación

Oración

·  Usos juveniles actuales de la Biblia, Raúl Méndez Yáñez
·  “Los jóvenes y sus diversas formas de creer, Ariel Corpus
·  Cristo, el primer punk. Resignificaciones religiosas entre jóvenes indígenas, Alan Llanos

Preguntas y comentarios

Despedida

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SE SUSPENDE EL CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO DEL MARTES 23

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VIDA EN EL AMOR (FRAGMENTO)
Ernesto Cardenal

La juventud es la edad de entregarse a Dios, porque es la edad de las ilusiones y del amor —del amor del hombre a la mujer, y de la primavera y del Cantar de los Cantares—, y la entrega a Dios es una entrega de amor. Y mientras más sueños tengas tú y más ilusiones (“una sed de 

ilusiones infinita”) y más amor a lo que dejas, es mayor el don que das y es mayor lo que recibes y el amor mutuo es mayor. Si uno estuviera desengañado de la vida, ¿qué vida va a dar? Dios pide la juventud y el ardor y la pasión y los sueños. Pide lo que te pide el matrimonio, porque su amor es matrimonio.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

AGOSTO: LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS, RAZÓN DE SER DEL MENSAJE CRISTIANO

4 – Santa Cena/ Reunión de Consistorio
5-7 agosto – Campamento
5-10 Visitas de evangelización
18 – VII Aniversario del Coro Laudate Dominum/ Apertura de cursos
25 – Día de la Biblia/ Clase unida: La Biblia en la vida cotidiana/ Día del Abuelo/a/ testimonio de evangelización

Juventud cristiana y renovación del mundo y la iglesia, L. Cervantes-O.

28 de julio, 2013

Y es que la creación entera está gimiendo, a una, con dolores de parto hasta el día de hoy. Pero no sólo ella; también nosotros, los que estamos en posesión del Espíritu como primicias del futuro, suspiramos en espera de que Dios nos haga sus hijos y libere nuestro cuerpo.                                         
Romanos 8.22-23, La Palabra (Hispanoamérica)

La juventud es la edad de entregarse a Dios, porque es la edad de las ilusiones y del amor —del amor del hombre a la mujer, y de la primavera y del Cantar de los Cantares—, y la entrega a Dios es una entrega de amor. Y mientras más sueños tengas tú y más ilusiones (“una sed de ilusiones infinita”) y más amor a lo que dejas, es mayor el don que das y es mayor lo que recibes y el amor mutuo s mayor. Si uno estuviera desengañado de la vida, ¿qué vida va a dar? Dios pide la juventud y el ardor y la pasión y los sueños. Pide lo que te pide el matrimonio, porque su amor es matrimonio.[1]                                                         Ernesto Cardenal, Vida en el amor

Un lugar común sobre la mentalidad de muchos jóvenes consiste en afirmar que durante un tiempo desean “cambiar el mundo” y, en el caso de la juventud cristiana, también quieren cambiar a la iglesia, darle otro rostro y contribuir a superar muchos de sus dilemas y problemas. Si esto es cierto, habría que decir que en esa etapa, de duración indeterminada, los vientos de cambio producidos por el Espíritu de Dios se apoderan de ellos y los conducen por caminos impredecibles. Pero también es un lugar común el hecho de que las mayoría de las fuerzas a su alrededor (familia, escuela, iglesia) se encargan de someter la ardiente rebeldía juvenil para canalizarla y situarla en beneficio, se les dice a los muchachos/as, de ellos mismos. Precisamente, la caracterización de “el cristiano como rebelde”, debida al teólogo bautista Harvey Cox se hizo muy famosa en los años setenta, pues destacaba la forma en que los creyentes pueden y deben sumarse a los proyectos de transformación de Dios por todas partes, en todos los planos y niveles, no únicamente en los espacios religiosos.[2] Así, los impulsos juveniles en términos de transformaciones de hábitos y costumbres (comenzando con su apariencia personal), en los espacios ajenos a la iglesia, y los propios de las iglesias (evangelización dinámica, testimonio activo de la fe y demás), para no hablar de la movilización social o política, son literalmente domesticados para dar lugar a “juventudes bien portadas”, maleables y funcionales al sistema.
Romanos 8, parte de la exposición paulina de las consecuencias de la obra de Dios en Cristo, se refiere a la renovación futura de la creación y al papel que corresponde a los hijos e hijas de Dios. Éstos/as, esperan también manifestarse como tales, como acompañantes y protagonistas de todos los esfuerzos divinos por cumplir ese plan, pero además, el apóstol afirma que ellos/as están “en posesión del Espíritu como primicias del futuro”, es decir, participan de una visión en la que el futuro de Dios es lo primordial. Ciertamente estas palabras van dirigidas a la totalidad de la iglesia, pero bien podría colocarse el énfasis en los integrantes de las nuevas generaciones, quienes por definición tienen una perspectiva más fresca de los tiempos y se supone que aceptan los ritmos de cambio con mayor naturalidad. Mientras varios grupos cristianos tenían conflictos acerca de la ley, la circuncisión y el templo, Pablo presenta la acción del Espíritu en medio de un mundo siempre problemático como aquél que está sembrando siempre la semilla del futuro en el mundo. Sumarse a su labor es también fruto de una “conversión al futuro” (J. Moltmann) requerida y exigida para ser capaces de dar pasos firmes hacia adelante en el sendero de un Reino divino que se manifiesta por todas partes. Y, por supuesto, la iglesia no puede quedar excluida de los cambios que Dios quiere realizar en el mundo, pues a veces pareciera que ella misma se deslinda de las novedades que su Señor introduce en otros ámbitos y ella como que los observa muy de lejos, como si no le incumbieran esos procesos directamente. El papel de las juventudes en la denuncia de esas actitudes es fundamental.
Elsa Tamez resume la enseñanza de esta sección de la epístola partiendo de la acción del Espíritu: “No hay condenación para nadie, ni de parte de Cristo ni de Dios ni de ningún sistema económico-político, porque la lógica del Espíritu que da la vida, ha liberado de la lógica del pecado y de la muerte. El Espíritu de Dios habita en los que se orientan por la lógica del Espíritu que lleva a la vida, justicia y paz. Por la solidaridad de Dios al acoger la humanidad en Jesucristo, todos pueden dejar de ser esclavos y pasar a ser hijos o hijas libres de Dios, para hacer justicia; son hermanas y hermanos de Jesús el Mesías, coherederos del Reino”.[3] Además, el Espíritu que habita en los creyentes introduce una nueva lógica (ley) en todas sus relaciones (vv. 1-11), “una fuerza de vida”, puesto que si “la carne hacía a la ley impotente, […] Dios hizo fracasar los mecanismos del pecado” y ahora el mismo Espíritu “hace impotentes los propio deseos negativos (de la carne), que tienden a la muerte” para entrar a la libertad de los hijos e hijas de Dios (vv. 12-21), “capaces de hacer frente al pecado”. Se participa ahora del Reino de Dios como herencia y de su gloriosa libertad. Jesús es el primogénito de una multitud de hermanos/as (8.22-30) y la esperanza se vive en la solidaridad liberadora de Dios para toda su creación, con la mirada siempre orientada hacia el futuro. “El amor infinito de Dios es la garantía de nuestra realización humana digna”.
Por todo ello brota una canción de victoria histórica, existencial y escatológica que a veces sólo se interpreta de manera individualista restando el impacto totalizante que la obra de Dios en Cristo tiene en todas las esferas de la vida humana. Y las juventudes cristianas deben formar parte de las vanguardias de cambio y renovación en el mundo y en la iglesia, tal como lo expresaba el viejo canto “Surjan regias vanguardias”.



[1] E. Cardenal, Vida en el amor. Buenos Aires-México, Carlos Lohlé, 1970, p. 103.
[2] H. Cox, El cristiano como rebelde. Madrid, Marova-Fontanella, 1974.
[3] E. Tamez, “¿Cómo entender la carta a los Romanos?”, en RIBLA, núm. 20, http://claiweb.org/ribla/ribla20/como%20entender%20la%20carta.html.

Romanos 8.18-30

La Palabra (Hispanoamérica)



18 Considero, por lo demás, que los sufrimientos presentes no tienen comparación con la gloria que un día se nos descubrirá. 19 La creación, en efecto, espera con impaciencia que se nos descubra lo que serán los hijos de Dios. 20 Sometida a la caducidad, no voluntariamente, sino porque Dios así lo dispuso, abriga la esperanza 21 de compartir, libre de la servidumbre de la corrupción, la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Y es que la creación entera está gimiendo, a una, con dolores de parto hasta el día de hoy. 23 Pero no sólo ella; también nosotros, los que estamos en posesión del Espíritu como primicias del futuro, suspiramos en espera de que Dios nos haga sus hijos y libere nuestro cuerpo. 24 Porque ya estamos salvados, aunque sólo en esperanza. Es lógico que esperar lo que uno tiene ante los ojos no es verdadera esperanza, pues ¿cómo seguir esperando lo que ya se tiene ante los ojos? 25 Pero si esperamos algo que no vemos, es que aguardamos con perseverancia.
26 Asimismo, a pesar de que somos débiles, el Espíritu viene en nuestra ayuda; aunque no sabemos lo que nos conviene pedir, el Espíritu intercede por nosotros de manera misteriosa. 27 Y Dios, que sondea lo más profundo del ser, conoce cuál es el sentir de ese Espíritu que intercede por los creyentes de acuerdo con su divina voluntad. 28 Estamos seguros, además, de que todo colabora al bien de los que aman a Dios, de los que han sido elegidos conforme a su designio. 29 Porque a quienes Dios conoció de antemano, los destinó también desde el principio a reproducir la imagen de su Hijo, que había de ser el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a quienes Dios destinó desde un principio, también los llamó; a quienes llamó, los restableció en su amistad; y a quienes restableció en su amistad, los hizo partícipes de su gloria.

domingo, 21 de julio de 2013

Letra 328, 21 de julio de 2013

DIEZ IDEAS DE JUAN CALVINO PARA PLANEAR EL CULTO
Larry Sibley
Reformed Worship, junio de 2009


La gente con frecuencia pregunta: “¿Cómo podemos mejorar o renovar nuestro culto?”. Mi respuesta es que deberíamos restaurar los elementos centrales y practicarlos robustamente, usando formas contemporáneas arraigadas en la práctica de Juan Calvino, un pastor y reformador litúrgico del siglo XVI. Aun cuando Calvino es más ampliamente conocido como un teólogo sistemático (Institución de la Religión Cristiana, 1536-1559) y exegeta (comentarios sobre casi todos los libros de la Biblia), la iglesia del siglo XXI no debería ignorar su liderazgo en la renovación litúrgica.

Calvino publicó en 1541 La forma de las oraciones y los cánticos eclesiásticos [adaptación de un libro de culto usado en Estrasburgo], a fin de que cada quien supiera lo que debía decir y hacer en la asamblea cristiana… y qué forma los fieles deberían mantener y seguir cuando se reunieran en el nombre de Jesucristo”.

Ésta es una lista de ideas para planear el culto, procedentes de los escritos de Calvino. Es posible desarrollar y aplicar estas ideas e improvisar dentro de los parámetros de la liturgia, en el contexto de la congregación local. Al hacerlo, se alcanzará profundidad litúrgica, consistencia y continuidad con los creyentes que lo han hecho antes.

1. Recordar las prácticas necesarias e incluirlas cada semana: la Palabra, la oración, la eucaristía y el compartir. Calvino escribió en la Institución, acerca del relato de Lucas sobre la práctica de la iglesia apostólica, que los creyentes “…perseveraban en la enseñanza de los apóstoles y en la comunión, el partimiento del pan y en las oraciones” (Hch 2.42). Así se estableció la regla invariable de que ninguna reunión de la iglesia debía tomar lugar sin la Palabra, las oraciones, la celebración de la Cena y las ofrendas. Calvino tomó este pasaje como una norma central para el culto dominical. Debía haber cuatro elementos presentes: lectura y exposición de las Escrituras, oraciones en el idioma del pueblo, la Cena del Señor y compartir los bienes, principalmente mediante las ofrendas.

2. Mantener el orden tradicional: reunión, Palabra, sacramentos, envío. Calvino hizo esto, reformado sin ruptura el patrón de culto. De particular importancia es reunirse primero alrededor de la Palabra leída y predicada. Eso marca la agenda para la oración de intercesión que sigue y permite a los sacramentos del bautismo y la Cena del Señor sellar el mensaje de la Palabra. Calvino subrayó que fuimos creados con la necesidad de ver, tocar, oler y el sabor y escuchar; de ahí los sacramentos.

3. Pone a las Escrituras por delante. Adviértase cuántas veces habla la Palabra en el culto ginebrino. Abre con una cita de las Escrituras e incluye la Ley y los Salmos, así como una lección y el sermón. La Palabra no sólo es central, es penetrante, guiando incluso nuestras alabanzas y oraciones.

4. Conectar la lectura y la predicación con la oración y los sacramentos, balanceando las prácticas necesarias como medios de gracia. En Ginebra, la predicación era una exposición de la porción bíblica que se había leído. En su momento, la lectura y predicación eran confirmadas por el bautismo y la Cena del Señor, y la Palabra se respondía en la alabanza y las oraciones del pueblo. El secreto está en integrar estrechamente el culto completo alrededor de las lecturas escriturales del día. Permitir al pueblo ver y escuchar las conexiones.

5. Proveer un régimen completo de oración. Incluir una invocación, confesión de pecados, oración de iluminación, de intercesión, oración eucarística y de acción de gracias, como se muestra en las Formas de las oraciones. Hoy en día, la oración pública se ha atrofiado para ser pequeña y general. Para enriquecer el culto hay que dar a cada oración su lugar propio e identidad. Las oraciones deberían ser precisas y cumplir funciones específicas. Hay que estimular a la gente para que aprecie los himnos y salmos como oraciones-

6. Utilizar el Padrenuestro como la columna vertebral de la oración. En el manual de Calvino se usa en tres lugares: al final de la oración de iluminación antes de leer y predicar la Palabra; durante la oración de intercesión después del sermón; y en la mesa de oración durante la comida. Afirma que Dios “prescribió para nosotros la forma en la que es posible buscarlo en la mesa, y todo eso es de beneficio para nosotros, todo lo que necesitamos pedir”.
 ¿Qué tanto se refleja esta petición en un himno o salmo, o cómo apoyan las lecturas y el sermón y conducen a otra petición? “Danos nuestro pan diario” no se refiere sólo al pueblo reunido sino a la necesidad de pan para todo el mundo. Y no sólo por el pan perecedero sino también por el pan, la carne del Hijo del Hombre en la Cena que da vida (Jn 6.25-51). Se trata de los cultivos y los medios de gracia. Se suplica que Dios sostenga el mundo en su misericordia.

7. Dejar que el pueblo ore: cantando las oraciones, salmos, el Credo, el canto de Simeón en el lenguaje del pueblo. Esta fue la manera en que Calvino restauró la oración en voz del pueblo después de siglos en que sólo el clero oraba (y en latín). Hacer la oración de intercesión una oración común mediante el uso del mismo patrón semana tras semana para que el pueblo pueda anticiparse y entrar en las oraciones por la iglesia, por el mundo y por los pobres, necesitados y enfermos. Entremezclar los temas de la oración con respuestas del pueblo tales como “Señor, escucha nuestra oración”.

8. Enfocar el bautismo para confortar la conciencia atribulada de los creyentes. Una manera de hacer esto es conducir a la confesión de pecado y la seguridad del perdón desde la fuente bautismal (Ro 6.3-4). Para Calvino, los sacramentos son instrumentos con poder. “Primeramente, el Señor nos enseña e instruye con su Palabra. Enseguida, la confirma con los sacramentos. Finalmente, ilumina nuestras mentes por la luz de su Espíritu Santo y abre nuestros corazones por la Palabra y los sacramentos para entrar, lo cual de otra manera sólo golpearía nuestros oídos y aparecería ante nuestros ojos, pero no nos afectaría en el interior”-

9. Alimentar a los pobres desde la mesa del señor. Calvino y los primeros reformadores reintrodujeron donaciones para los pobres en la liturgia principal. El ensayo sobre el significado y la práctica de la Santa Cena, que aparece en alunas ediciones de las Formas de las oraciones traza una conexión directa entre las bendiciones ofrecidas en la cena y nuestro ofrecimiento en el servicio a Dios, y más aún, a “ofrendas santas y dones que son administrados para Jesucristo en sus más pequeños, a aquellos hambrientos, sedientos, desnudos”.  Ofrendar para los pobres (dinero y comida), una práctica semanal relacionada con la Santa Cena. A partir de ello, desarrollar un mayor ministerio a los pobres y necesitados en su área.

10. Concluir con el Nunc dimittis (el cántico de Simeón, Lc 2.29-32. Esto conduce al pueblo a dar gracias por lo que han escuchado y visto en la Palabra y los sacramentos.

(Versión: LC-O)
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ESCUCHAN CON LOS OJOS Y PIENSAN CON EL CORAZÓN
Yván Pinto Sierralta
Protestante Digital, 13 de julio de 2013

Escuchan con los ojos y piensan con el corazón

En el artículo anterior expuse el reto de considerar a la juventud tomando sólo en consideración el aspecto biológico, ya que cualquier otro aspecto es una mera construcción social que, a mi juicio, nos hace tratar a personas ya maduras como jóvenes aún, lo cual puede que esté en el fondo de la impronta social juvenil actual. Y es desde esta perspectiva que me gustaría hilar el artículo de esta semana.

Antes de comenzar a hablar de jóvenes y sociedad, me gustaría dejar clara una buena razón bíblica de por qué creo que debemos tomarnos la molestia y analizar todos los aspectos que conciernen a la sociedad y en nuestro caso específico, los relacionados con la juventud. El ejemplo: el ejército de David. En elprimer libro de Crónicas, en el capítulo 12, se nos describe al ejército de David, y en la narrativa se da cuenta del número de soldados activos, que llega a sumar la bicoca de 339 400 soldados. Junto a estos se nos habla de 1.022 capitanes, y de 200 jefes, los hijos de Isacar, que eran entendidos en los tiempos, y que sabían qué curso debía tomar Israel.

Me llama particularmente la atención la narrativa bíblica en este punto que, además de mencionar la fuerza y potencia de guerra que poseía David, resalta también que dicha potencia existía porque contaba con personas apercibidas de los tiempos, o como lo expresa la traducción Palabra de Dios para Todos: “que entendían muy bien lo que pasaba en ese tiempo”.

A mi parecer, creo que la Iglesia de hoy día sigue necesitando “Hijos de Isacar”, que “entendían las señales de los tiempos” en los cuales nos ha tocado vivir y movernos como Pueblo de Dios.

La sociedad actual
¿Qué se puede decir de la sociedad actual que ya no se haya dicho con anterioridad? que es post-moderna, que es post-cristiana, que es hiper-compleja, además, si hacemos caso a Zygmut Baumann, podemos decir que es incluso “líquida”. Pero en realidad, ¿qué debería preocuparnos al acercamos a la sociedad en la cual vivimos y a la realidad de los jóvenes que conviven en ella?

Primero, creo que tenemos que reconocer el cambio sociológico que hemos sufrido. Una de las características de nuestra actualidad es el cambio. En otras palabras, lo único constante de hoy día es el cambio. Y es por ello que en los últimos siglos hemos cambiado de un mundo nómada a uno sedentario, de un mundo agrícola a uno industrial, y de uno industrial a uno digital. Algunos opinan que cada 10 años se inaugura un nuevo siglo, debido a la rapidez de los cambios. Pero estos cambios se ven a nivel sociológico en el mundo juvenil y en lo que se refiere a procesar el mundo y las cosmovisiones.


Nuestra generación de jóvenes - biológicos - ya no procesa el mundo y su entorno como quizás lo hacemos los mayores. El proceso racional, intelectual y cognitivo que se nos ha enseñado desde pequeños para entender la realidad ya no es el primordial método utilizado por esta juventud para comprender su realidad circundante. Podríamos decir que los jóvenes tienden a ser más primarios, puesto que absorben el mundo también a través de sus sentidos y emociones. Para comprender esto, qué mejor manera que leer la frase atribuida al teólogo y apologeta Ravi Zacharias: “Los jóvenes de hoy día escuchan con los ojos y piensan con el corazón”. Da a entender esta frase que la imagen y los sentimientos juegan un papel importante en la vida juvenil. […]

Actividades

SIGAMOS ORANDO POR LOS PLANES Y LAS PERSONAS IMPLICADAS EN LA ESCUELA BÍBLICA DE VACACIONES

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 23 de julio, 19 hrs.
Modera: Hno. Pablo Sandoval Luna

Llamamiento: Salmo 135
Oración de ofrecimiento
Himno: “A Cristo doy  mi canto” (241)
Momentos de oración
Lectura bíblica: II Reyes 12
Tema: Reinado de Joás (835-796 a.C.)
Himno: “Dicha grande es la del hombre” (656)
Ofertorio
Bendición pastoral

EL REINADO DE JOÁS DE JUDÁ
Damien Noël

Está documentado por los archivos del templo (II Re 12.5-19) y por los anales reales (II Re 12.20-22). Este rey, que debe su trono a un sacerdote, trata de mostrar a todos, incluido el clero, que es el señor del lugar. No vacila en entrar en conflicto con el poderoso gremio sacerdotal a propósito del  mantenimiento del templo (II Re 12.5-17).
Durante su reinado, Jazael, rey de Aram, sale de campaña por Filistea y se dispone a subir hacia Jerusalén. Joás es obligado a pagar tributo (II Re 12.18-19).
La invasión aramea, tan lejos en el sur, indica que Jazael ha batido con anterioridad a Israel.
Según II Re 12.20-22, Joás es víctima de un complot militar. El Cronista, más sensible a las tensiones aparecidas entre el rey y el clero, presenta el asesinato del rey como una venganza del partido sacerdotal (II Cr 24-25).
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

28 – Conferencia sobre culturas juveniles
29-4 ago. – Escuela Bíblica de Vacaciones


AGOSTO
4 – Santa Cena/ Reunión de Consistorio
5-7 agosto – Campamento
5-10 Visitas de evangelización
18 – VII Aniversario del Coro Laudate Dominum/ Apertura de cursos

Juventud y cristianismo en el mundo actual, L. Cervantes-O.

21 de julio, 2013

Agárrate a la instrucción y no la sueltes;/ consérvala, pues te va la vida en ello. […] Vigila atentamente tu interior,/ pues de él brotan fuentes de vida./ […] Observa el sendero que pisas/ y todos tus caminos serán firmes.
Proverbios 4.13, 23, 26

Marchad, oh juventud,
de Jesucristo nunca pierdas la visión.
¡Luchad contra Satán!,
ése es el lema del cristiano en oración.
Confiad en el Señor,
Por cada triunfo cantaré nueva canción.
Marchad, oh juventud,
en pos del galardón
“Marchad, oh juventud”, himno juvenil de otra época

La insistencia adulta en retener a la juventud en la iglesia ha resultado más problemática de lo que parecía puesto que cuando Al intentar estrategias y alternativas para lograrlo, se ha incurrido muchas veces en una cerrazón que consigue todo lo contrario. La apertura excesiva, lamentablemente, tampoco ha logrado los objetivos anhelados: la migración juvenil sigue su curso, ya sea en goteo o en masa, como también se ha visto. Si en otras épocas se trataba de azuzar a la juventud para luchar contra el mundo y vencerlo, la identificación de “sus enemigos” hoy es más complicada debido a que el cúmulo de situaciones psicológicas, familiares, educativas, laborales, sociales y económicas ha transformado las esperanzas y preocupaciones de las nuevas generaciones. Las imposiciones arbitrarias e impersonales del sistema en que vivimos hace que muchas personas sean, literalmente, “desechables”, lo que impone hasta en el inconsciente la supremacía de los más fuertes o de quienes cuentan con más recursos en todos los sentidos. Y es justamente ahí donde entra la participación de las comunidades cristianas, en dotar de recursos espirituales a las personas para superar tales condicionamientos y vivir sanamente. Ésa ha sido y deberá seguir siendo una de sus tareas esenciales.

Asediados por las presiones familiares, las transformaciones tecnológicas, los diversos atractivos actuales, el mercado laboral y un sinfín de cosas más, se espera que respondan con cordura, responsabilidad y creatividad, y que además continúen las cosas buenas que recibieron, como una suerte de cadena vital que antes hallaba expresión en el tipo de trabajo u oficio que desarrollaban las familias durante generaciones, una tradición que nadie podía romper. Se creía, también, que un lenguaje y una himnología marciales estimularían permanentemente a las juventudes cristianas para perseverar en la fe, luchar por ella y heredar la dirección de la iglesia en el futuro. Todo en el mismo paquete. Pero en realidad se seguía el juego a las coyunturas políticas predominantes, incluso al calificar a la iglesia como “ejército de Dios” y promoviendo formas veladas de violencia que hoy deben abandonarse consciente y críticamente. La exaltación de la llamada “guerra espiritual” sigue promoviendo esos valores contrarios al espíritu del Evangelio del Reino de Dios predicado por Jesús de Nazaret. La actitud belicosa no es más que es un negocio, un discurso y un “valor” adulto y burgués introyectado en la conciencia por los dueños del poder transitorio.

¿Cómo podría actualizarse en estos tiempos el ímpetu exhortativo, propio de la generación adulta, que aparece en el libro de los Proverbios? ¿Cómo se lograría relanzar el vigor juvenil cristiano con base en las nuevas mentalidades? ¿Acaso la religiosidad que en las últimas décadas se ha desarrollado carece de la fuerza de otras épocas para apasionar a los jóvenes creyentes de hoy? Estas preguntas y otras más bien podrían servir para plantear la desazón, la preocupación y el deseo que invade a muchas comunidades por el presente y futuro de sus miembros más jóvenes. Lo que proponían las generaciones adultas del libro en cuestión era una serie de prácticas y actitudes que le permitieran a la “juventud inexperta” superar las pruebas y tentaciones de la vida para no desbarrancarse en el fracaso y la decepción. Todo ello con una visión que no se diferencia mucho de la manera en que hoy se les sigue exhortando. Disciplina en los caminos de la fe para alcanzar la sabiduría y vivir de la mejor manera. Así se podría resumir la intención de Proverbios para influir de manera determinante en la conducta juvenil. Pero ese propósito tan loable debería ser traducido, en nuestros tiempos, a formas concretas de reflexión y acción que permitan aterrizar la enseñanza.

Una importante aportación es Sabiduría para vivir. Estudio del libro de Proverbios, del doctor Edesio Sánchez Cetina (Sociedades Bíblicas Unidas, 2001) pues ofrece un plan basado en el acercamiento a palabras clave del libro para trabajarse en discusiones y debates prácticos: amistad, necedad, educación, pereza y trabajo, riqueza y pobreza, y actitudes, precisamente algunas de las que implican exigencias vitales urgentes para la actualidad, aunque siempre lo han hecho. Escribe Sánchez Cetina, al referirse a la clásica afirmación “El principio de la sabiduría es el temor de Dios” (1.7ª; cf. 9.10; 15.33): “En la enseñanza del Antiguo Testamento, la expresión ‘el temor de Dios’ no debe de entenderse en el sentido de pánico o miedo servil. Se refiere, más bien, a la admiración, la obediencia y la entrega entusiasta y confiada a Dios y a su voluntad. Lo que se define por ‘temor’ es realmente el poder misterioso de la atracción del ser humano hacia Dios. […] Por ello es un temor que da vida” (p. 92).

Tres ejemplos tomados de Proverbios capítulo 4 podrían ayudarnos en esta ocasión. El primero habla de “agarrarse fuertemente de la instrucción y no soltarse de ella”, pues “la vida está en juego” (v. 13). La importancia de la formación o educación es resaltada como algo fundamental en una época en que no existían más instancias que la familia o la comunidad religiosa para agenciarse algún grado de instrucción, de conocimiento que pudiera ser llevado a la práctica siempre. Usos, oficios, costumbres y hábitos que se realizarían en toda la existencia. Hoy que supuestamente se cuenta con mayor acceso a la educación no pierde vigencia esta exhortación, pues por el contrario, es como si proverbios dijera: “Aprovecha todos los recursos a tu alcance para seguirte informando y formando. Y mucha atención: dije todos”.

El segundo advierte sobre la “vigilancia continua de la vida interior o espiritual”, de los valores que rigen la existencia, y que de ella “brotan fuentes de vida” (v. 23), esto es, que de allí irradia hacia fuera, hacia la gente cercana lo que vive en el corazón de la persona. La devaluación o declive de las instituciones religiosas no es sinónimo de la invalidez de los valores y creencias que promueven. Allí surge la responsabilidad de acopiar aquello que sirva efectivamente como sostén espiritual y moral en todas las circunstancias. La ética y la espiritualidad de cada persona es una responsabilidad intransferible.


Por último, se sugiere “observar el camino que se pisa”, saber bien qué terreno o situación se está experimentando a fin de que “todos los caminos sean firmes” (v. 26). Esto implica obtener, desarrollar y mejorar continuamente la capacidad de análisis y discernimiento para tomar las mejores decisiones en todos los terrenos, desde los afectos y la amistad, hasta el trabajo y la vida familiar, entre tantas cosas. He ahí un ámbito casi interminable de reflexión para la práctica que propone la Escritura en estos tiempos tan difíciles.

Proverbios 4.10-15, 20-27


La Palabra (Hispanoamérica)

10 Escucha, hijo mío, acoge mis palabras
y vivirás muchos años.
11 Te he enseñado el camino de la sabiduría,
te he orientado por sendas de honradez.
12 Cuando camines, no se trabarán tus pasos;
cuando corras, no tropezarás.
13 Agárrate a la instrucción y no la sueltes;
consérvala, pues te va la vida en ello.
14 No te adentres en senda de malvados,
ni pises en camino de perversos;
15 evítalo, no lo transites;
apártate y sigue adelante. […]
20 Presta, hijo mío, oído a mi discurso,
pon atención a mis palabras.
21 No las pierdas de vista,
consérvalas en tu corazón,
22 pues son vida para quien las descubre
y salud para todo su cuerpo.

23 Vigila atentamente tu interior,
pues de él brotan fuentes de vida.
24 Aparta de tu boca el engaño
y aleja la falsedad de tus labios.
25 Que tus ojos miren de frente,
que sea franca tu mirada.
26 Observa el sendero que pisas
y todos tus caminos serán firmes.
27 No te desvíes a ningún lado

y aleja tus pasos del mal.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

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