domingo, 27 de marzo de 2011

La espiritualidad del seguimiento de Jesús


27 de marzo, 2011


Piensen en el ejemplo de Jesús. Mucha gente pecadora lo odió y lo hizo sufrir, pero él siguió adelante. Por eso, ustedes no deben rendirse ni desanimarse, pues en su lucha contra el pecado todavía no han tenido que morir como él.

Hebreos 12.3, Traducción en Lenguaje Actual


1. ¿Es necesaria una “preparación espiritual” para Semana Santa? Y si lo es, ¿en qué sentido?

2. Dios estuvo presente en la cruz de Cristo, por lo que se puede hablar de un Dios crucificado por amor a la humanidad.

3. La espiritualidad del seguimiento de Jesús pasa, inevitablemente, por la experiencia de la cruz.

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LA ESPIRITUALIDAD DE LA CRUZ EN EL SEGUIMIENTO DE JESÚS

José Luis Caravias

Lo que solemos llamar "la cruz" o "las cruces" no es otra cosa que los sufrimientos y contradicciones de la vida. Cruz es lo que limita la vida (las cruces de la vida), lo que hace sufrir y dificulta el caminar a causa de la imperfección o la mala voluntad humana. De suyo, las cruces no tienen ningún valor en sí. Son una experiencia humana negativa, de la que nadie se puede escapar. Pero con Jesús el sufrimiento humano ha encontrado sentido. No es que él nos haya enseñado a eliminar la cruz o le haya dado un valor a la cruz en sí misma, sino porque le ha dado un valor santificante liberador. Desde Jesús toda cruz puede encontrar un lugar en la construcción del Reino de Dios.

Gracias a Jesucristo, el hecho de la cruz puede ser tomado como una dimensión de la espiritualidad. Por eso su llamado a "cargar la cruz" (Mt 10,38) para poder seguirle: "Quien no carga con su cruz y se viene detrás de mí, no puede ser discípulo mío" (Lc 14,27). Sólo siguiendo a Cristo, la cruz nos hace crecer en la vida según el Espíritu. Por eso podemos afirmar que no existe propiamente una espiritualidad de la cruz, sino una espiritualidad de seguimiento del Crucificado. La espiritualidad de la cruz no es meramente la aceptación de la tristeza, del dolor; no es pasividad y resignación. La cruz no se busca en sí misma; pero se la encuentra ciertamente en la medida en que seguimos a Jesús. Nuestras cruces no tienen sentido si no nos incorporamos por ellas a la cruz de Cristo. No todo sufrimiento es específicamente cristiano, sino el que nace del seguimiento de Jesús.

Por eso es de suma importancia entender cómo soportó Jesús la cruz. Él no buscó la cruz por la cruz. Buscó el espíritu que hace evitar que se produzca la cruz para uno mismo y para los demás. Predicó y vivió el amor. Quien ama y sirve no crea cruces para los demás con su egoísmo. El anunció la Buena Nueva de un Dios que es amor para todos, especialmente para con los despreciados. Se comprometió por el Reinado de este Dios. Y el mundo se cerró a él; puso cruces en su camino y acabó alzándolo en el madero de la cruz. La cruz fue la consecuencia de un anuncio que cuestionaba y de una acción liberadora. El no huyó, no contemporizó, no dejó de anunciar y testimoniar, aunque eso le costase ser crucificado. Siguió amando a pesar del odio. Asumió la cruz en señal de fidelidad a Dios y a los hombres. Según el ejemplo de Jesús, ¿en qué, consiste, pues, la espiritualidad cristiana de la cruz?


a) En primer lugar se trata de comprometerse, siguiendo a Jesús, a fin de que se vaya construyendo un mundo en el que sea menos difícil el amar, la paz, la fraternidad, la apertura y la entrega a Dios. Esto implica la denuncia de situaciones que engendran odio, división y ateísmo en términos de estructuras, valores, prácticas e ideologías. Implica también el anuncio y la realización, con hechos concretos, de la justicia, la solidaridad y el amor en la familia, en las escuelas, en el sistema económico, en las relaciones políticas.


Este compromiso acarrea como consecuencia crisis, confrontaciones y sufrimientos. Aceptar la cruz proveniente de esta lucha y cargar con ella lo mismo que cargó con ella el Señor, forma parte integral del compromiso cristiano. La cruz que hay que soportar en este empeño, la cruz con la que hay que cargar en ese camino, son un sufrimiento y un martirio por Dios y por los hermanos.

b) Cargar con la cruz tal como lo hizo Jesús significa, por consiguiente, solidarizarse con los crucificados de este mundo: los que sufren violencia, los que son empobrecidos, deshumanizados y ofendidos en sus derechos. Defenderlos, ayudarles a abrir los ojos y organizarse, atacar todo lo que los convierte en infrahombres, asumir la causa de su liberación, sufrir por ella: en eso consiste cargar con la cruz de Jesús. La cruz de Jesús y su muerte fueron consecuencia de ese compromiso a favor de los desheredados de este mundo.

Sólo en la solidaridad con los crucificados se puede luchar contra la cruz; sólo desde la identificación con los atribulados por la vida se puede efectivamente liberar de las tribulaciones. No fue otro el camino de Jesús, la vía del Dios encarnado.

El cristiano solidario con los pobres es el que como Pablo ama la cruz de Cristo, es decir, la lucha por la justicia a través del amor sufriente. Amor sufriente que entraña la radicalidad de un dar la vida por el otro. La praxis de liberación tiene sabor de cruz y de eficacia que sólo conoce el que ama al prójimo.

c) La solidaridad con los crucificados de este mundo, en los que está presente Jesús, lleva consigo la necesidad de dar vuelta a lo que el sistema opresor considera como bueno. El sistema dice: los que asumen la causa de los pobres son gente subversiva, enemigos de la "justicia y del orden", maldecidos por la religión y abandonados por Dios. Los que cargan la cruz de Cristo se oponen tenazmente a este sistema y denuncian sus falsos valores y prácticas, que no son sino un ordenamiento del desorden. Lo que el sistema llama justo y bueno, en realidad es injusto, discriminatorio y malo.

El que sigue a Jesús desenmascara el sistema y por eso sufre violencia de su parte. Sufre a causa de una injusticia mayor, sufre en razón de otro orden: la justicia y el orden de Dios. Sufre sin odiar; soporta la cruz sin huir de ella. La carga por amor a la verdad y a los crucificados por los que ha arriesgado la seguridad personal y la vida. Así hizo Jesús. Su seguidor sufre también como "maldito", cuando en realidad está siendo bendecido; muere "abandonado", cuando en verdad ha sido acogido por Dios. De este modo Dios confunde la sabiduría y la justicia de este mundo.

d) La cruz tiene una significación particular para los sufrientes, los oprimidos y sufridos. Para ellos, el mensaje de la crucifixión consiste en que Jesús nos enseña a sufrir y a morir de una manera diferente, no a la manera de la resignación, sino en la fidelidad a una causa llena de esperanza. No basta cargar la cruz; la novedad cristiana es cargarla como Cristo, llevando el compromiso hasta el extremo: "No hay amor más grande que dar la vida por los amigos" (Jn 15.13). Las dos palabras que quizás más utiliza el Nuevo Testamento cuando habla de la vida práctica son audacia y aguante. Aguante a prueba de bomba, como del que ya no espera nada. Audacia también a toda prueba, como del que ya ha pasado todo lo malo. La cruz, efectivamente, lleva a la resignación, pero es la resignación del que no se resigna.

e) No se puede cargar la cruz de Cristo si uno no se domina a sí mismo. "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga" (Mt 16,24). Porque estamos arraigados en el egoísmo y la tendencia al pecado, el camino para seguir a Jesús es un camino de superación, de "muerte al hombre viejo" (Rm 6,6), de renunciar a vivir "según la carne" (Mt 18,8). No es posible la cruz del compromiso, sin esta otra forma de cruz que es la renuncia a nosotros mismos. No es posible un amor extremo a los demás si uno no está totalmente descentrado de sí mismo. El centro ha de ser Dios, y no uno mismo; y eso no se consigue sin "negarse a sí mismo".

f) Sufrir y morir siguiendo de este modo al Crucificado es ya vivir. Al interior de esta muerte en cruz existe una vida que no puede ser aniquilada. Está oculta en la muerte. No es que venga después de la muerte, sino que está ya dentro de la vida de amor, de la solidaridad y de la valentía para soportar y morir. Por eso la elevación de Jesús en la cruz es también su glorificación. Vivir y ser crucificado de este modo por la causa de la justicia, que es la causa de Dios, es vivir. Por eso el mensaje de la pasión va siempre unido al mensaje de la resurrección. Los que murieron por la insurrección en contra del sistema de este mundo y se negaron a entrar "en los esquemas de este mundo" (Rm 12,2), son los que experimentan la resurrección. Pues la insurrección por la causa de Dios y del prójimo es ya resurrección.

Predicar hoy el seguimiento de Jesús en la cruz es anuncio de que se acerca la resurrección, la victoria que llegará por hacer cada vez más imposible el que unos hombres continúen crucificando a otros hombres. Es vivir a partir de una Vida que la cruz no puede ya crucificar. Lo único que la cruz puede hacer es convertirla en más victoriosa. Predicar la cruz, pues, significa seguir a Jesús. Y seguir a Jesús es per-seguir su camino, proseguir su causa y conseguir su victoria.

sábado, 26 de marzo de 2011

Letra 214, 27 de marzo de 2011


EVANGÉLICOS JAPONESES, ORA ET LABORA
Protestante Digital, 18 de marzo de 2011

La Asociación Evangélica Japonesa (JEA por sus siglas en inglés) empieza su comunicadodescribiendo “el enorme terremoto que sacudió a las 2.26 pm en la Costa de Sanriku, que afectó la región de Tohoku y otras áreas del este de Japón”. Se dan detalles sobre 4 de las prefecturas más afectadas por el tsunami (Iwate, Miyagi, Fukushima, and Ibaragi), y se recuerda que la tragedia ha dejado a la “gente llena de preocupación y de miedo”.
Entre toda la destrucción ha quedado dañado también el edificio donde la JEA tiene su sede, el Ochanomizu Christian Center, que ha sido “cerrado” temporalmente, se explica en el texto. “Por el momento, la JEA establecerá su oficina central en las afueras de el área metropolitana de Tokyo”.

Movilizando a voluntarios japoneses
“Aunque estamos en una situación peligrosa”, sigue el comunicado, “JEA ha creado un comité de auxilio para el desastre que trabajará con sus miembros, afiliados, iglesias locales y otras organizaciones de ayuda”. Este proyecto busca ayudar a “las iglesias afectadas por el terremoto de Tohoku-Kanto”, la región más afectada por el desastre natural. Esta ayuda se coordinará con otras organizaciones, nacionales e internacionales. “La JEA empezará a recolectar inscripciones para trabajadores voluntarios”.
Entre las organizaciones asociadas, hay la intención de cooperar activamete con la ONG CRASH, que informará a la JEA de la evolución de la situación en las áreas afectadas y que asesorará sobre qué tipo de apoyo y ayuda pueden ser ofrecidas por organizaciones internaciones. También existe la posibilidad de hacer donaciones económicas, para personas con deseo de colaborar desde el extranjero. En el mismo documento de la JEA se dan detalles de cómo hacerlo.

Reflexión ante lo ocurrido
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”. Con este texto bíblico (Salmo 46:1-3), el comunicado anima a “las iglesias en Japón a confiar en el Señor, orar conjuntamente, cooperar y superar este tiempo de dificultades”.
“Es un momento crítico para la nación de Japón”, sigue. “Que el consuelo del Señor esté sobre la gente afectada por el terremoto. Oramos que Él sostenga todo en sus manos firmes”. El texto está firmado por Norio Harada (presidente de la JEA) y Kiyoshi Gushiken (su secretario general) y Takao Nakadai (presidente de la Comisión de Ayuda en emergencias).

Alianza Evangélica Mundial también responde
Por su parte, la Alianza Evangélica Mundial (AEM) ha abierto una página especial para mostrar su condolencia por el terremoto y ofrecer guías de actuación frente al desastre. El Secretario General de la AEM, Geoff Tunnicliffe, ha dicho: “Estamos doliéndonos por la gente en Japón en este momento, conforme van afrontando la realidad del impacto de este desastre”. “Estamos orando por nuestros hermanos y hermanas”.
“Aunque Japón tiene un porcentaje bajo de cristianos, sabemos que muchos ya se han puesto en marcha para responder con amor y preocupación”.El texto de la AEM concluye pidiendo que se “ore” por Japón y se “responda con generosidad”. “Ahora es el tiempo de estar con la iglesia en Japón”, concluye.
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UN PAÍS CADA VEZ MENOS CATÓLICO (II)
Roberto Blancarte
Milenio, 8 de marzo de 2011

En contrapartida, el número de protestantes y evangélicos ha venido aumentando también significativamente. Para hablar sólo de porcentajes en esas mismas décadas los ahora mejor conocidos como “cristianos”, pasaron de 1.28 por ciento en 1950 a 1.65 en 1960, 1.82 en 1970, 3.29 en 1980, 4.89 en 1990, 5.21 en 2000 y ahora en 2010 casi 8 por ciento del total de la población, sin contar a testigos de Jehová y mormones.
No es este un fenómeno exclusivo de México. En otros países de América Latina, la región donde hay más católicos en el mundo, ha sucedido algo parecido, incluso de manera más aguda. En Brasil, por ejemplo, el país con mayor número de católicos en el planeta, según algunas encuestas realizadas en años recientes, su porcentaje es ya menor a 70 por ciento.
Los países centroamericanos tienen católicos que fluctúan entre 55 y 73 por ciento. En Chile o Venezuela sólo alcanzan 70 por ciento del total de la población, mientras que en Cuba o Uruguay ese porcentaje gira apenas alrededor de 50. ¿Qué significa y qué consecuencias tiene esta caída de la afiliación católica y el aumento de casi todos los otros creyentes, particularmente de los evangélicos, así como de las personas sin religión? Hay varias lecciones para el mundo católico. La
más importante es que, si bien es cierto que el catolicismo sigue siendo mayoritario, en términos culturales ya no puede reivindicar la centralidad que tuvo durante siglos.
Y esto se debe a la toma de conciencia de una triple transformación. La primera es el resultado de la drástica reducción de miembros de la Iglesia. La segunda se debe a la creciente secularización de la sociedad y se expresa en el hecho de que el ámbito de lo religioso cubre un área cada vez menor de la vida social. La tercera se refiere a la reducción del peso político de la institución católica, en el marco de un proceso de laicización de las instituciones del Estado.
El resultado es que México ha dejado de ser una nación católica, si es que alguna vez lo fue, y se dirige, como en muchos otros terrenos, hacia el camino de un creciente pluralismo, en este caso, religioso. Esta nueva realidad plantea retos jurídicos, sociales, políticos y culturales que muchos no están preparados para enfrentar. Por ejemplo, pensemos nada más en qué medida nuestros medios de comunicación reflejan en sus propuestas de programación esta creciente pluralidad
religiosa y la necesidad de un Estado laico que establezca las bases para una convivencia pacífica y armoniosa.
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EL CONSEJO PASTORAL COMO PRÁCTICA DE SABIDURÍA
Daniel Schipani
Visiones y Herramientas, 2004

En los últimos años hemos trabajado con una comprensión del consejo (o asesoramiento) pastoral como una práctica de sabiduría que debe estar orientada al crecimiento en sabiduría en el sentido de inteligencia moral y espiritual. En otras palabras, se trata de “sabiduría a la luz de Dios” como una manera de conocer integral o multidimensionalmente, incluyendo los aspectos de discernimiento, hacer las decisiones mejores dentro de las circunstancias personales, familiares y
sociales, y vivir bien en comunidad. Consideramos al consejo pastoral como un arte ministerial especial orientado a promover el emerger humano por medio de una forma de acompañamiento de personas, parejas, familias, o pequeños grupos quienes enfrentan desafíos y luchas existenciales particulares, tales como una decisión vocacional o la muerte de un ser amado, respectivamente. Así entendido, el consejo pastoral procura despertar, nutrir, y desarrollar la inteligencia moral y espiritual de las personas.
Cuando la sabiduría (en vez de la “salud mental”) así define a su principio guía, el consejo pastoral puede replantearse creativamente. El resultado de tal replanteamiento ilumina las siguientes características del consejo pastoral, aquí presentadas en forma de pistas en el sentido de hipótesis normativas: debe percibirse, practicarse, y enseñarse pastoralmente; debe contextualizarse eclesiológicamente; debe centrarse en Jesucristo como la Sabiduría de Dios; debe fundamentarse en la Escritura; debe percibirse, practicarse y enseñarse como un proceso creativo guiado por el Espíritu; y debe orientarse hacia el reino de Dios. En el resto del ensayo consideraremos, como ejercicio de teología pastoral, cada uno de esas seis características esenciales del consejo pastoral como ministerio de la iglesia. De tal forma responderemos a la pregunta, ¿en qué sentido es el consejo o asesoramiento realmente pastoral?

1. El consejo pastoral debe verse y practicarse pastoralmente
El consejo pastoral debe definirse y practicarse primera y principalmente como parte del ministerio de atención o cuidado pastoral y no como una rama de la psicoterapia o como ejercicio
profesional para la salud mental. La teología práctica y la teología pastoral son las disciplinas que proveen el contexto de reflexión crítica y constructiva en torno al consejo pastoral y las que informan su práctica normativamente.
Proponemos por lo tanto que las pastoras y los pastores sean llamados a trabajar como sabios consejeros. Con semejante identidad vocacional habrán de compartir la orientación y el propósito
general de todas las formas de ministerio, es decir promover el emerger humano a la luz de Cristo y el reino de Dios. Los pastores deben mantener en mente tal meta fundamental cuando atienden a las personas necesitadas de consejo. Desde allí considerarán los objetivos específicos de cada situación particular, derivados de las necesidades de asesoramiento y asistencia que las personas nos presentan.
Los pastores que hacen consejo pastoral deben ser por cierto competentes en cuanto al uso del lenguaje psicológico y el lenguaje de la fe. Por un lado deben conocer el lenguaje de la psicología y del aconsejamiento y la psicoterapia, incluyendo perspectivas sobre la personalidad y el desarrollo humano, los sistemas familiares, la psicopatología y la psicología clínica, etc. Por otro lado, en tanto consejeros, los pastores deben utilizar bien el lenguaje de la fe y la teología, y ser capaces de hacer “diagnósticos pastorales” y ayudar a las personas a articular su propia espiritualidad. Tales competencias “bilingues” son especialmente necesarias en nuestro tiempo debido al lugar prominente de la psicología y la psicoterapia en la cultura dominante.
Tanto vocacional como ideológicamente, los consejeros pastorales deben autopercibirse principalmente en términos del contexto eclesial y de la vida y el ministerio de la iglesia. Y esto aún cuando no ejerzan directamente en una congregación particular. Además, los consejeros pastorales representan explícitamente la realidad histórica y social de la iglesia, así como la vocación de esta de llegar a ser un acramento vivo del reino y de la sabiduría de Dios en medio de la historia., tal como se explica en la sesión que sigue. Por tal motivo, los consejeros pastorales son primeramente responsables ante la iglesia.

Avisos: 27 de marzo de 2011

Hoy, a las 17.30 hrs., tendremos la sesión de estudio y reflexión: "La espiritualidad del seguimiento de Jesús", como preparación para Semana Santa. Todos/as estamos invitados/as.

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CULTO DE ORACIÇÓN Y ESTUDIO
Martes 29 de marzo, 19 hrs.
ELIÚ RESPONDE A JOB (II) (Job 33)
Modera: A.I. Germán Fernández

JOB 33.1-22
Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy

Por tanto, Job, oye ahora mi discurso,
Y presta atención a todas mis palabras.
Ahora abro mi boca,
En mi paladar habla mi lengua.
Mis palabras proceden de la rectitud
de mi corazón,
Y con sinceridad mis labios hablan lo
que saben.
El Espíritu de Dios me ha hecho,
Y el aliento del Todopoderoso
(Shaddai) me da vida.
Contradíceme si puedes;
Colócate delante de mí, ponte en pie.
Yo, al igual que tú, pertenezco a Dios;
Del barro yo también he sido formado.
Mi temor no te debe espantar,
Ni mi mano agravarse sobre ti.
Ciertamente has hablado a oídos míos,
Y el sonido de tus palabras he oído:
‘Yo soy limpio, sin transgresión;
Soy inocente y en mí no hay culpa.
Dios busca pretextos contra mí;
Me tiene como Su enemigo.
Pone mis pies en el cepo;
Vigila todas mis sendas.’
Pero déjame decirte que no tienes
razón en esto,
Porque Dios es más grande que el hombre.
¿Por qué te quejas contra El,
Diciendo que no da cuenta de todas
Sus acciones?
Ciertamente Dios habla una vez,
Y otra vez, pero nadie se da cuenta de ello.
En un sueño, en una visión nocturna,
Cuando un sueño profundo cae sobre los hombres,
Mientras dormitan en sus lechos,
Entonces El abre el oído de los hombres,
Y sella su instrucción,
Para apartar al hombre de sus obras,
Y del orgullo guardarlo;
Libra su alma de la fosa
Y su vida de pasar al Seol (región de los muertos).
El hombre es castigado también con
dolor en su lecho,
Y con queja continua en sus huesos,
Para que su vida aborrezca el pan,
Y su alma el alimento favorito.
Su carne desaparece a la vista,
Y sus huesos que no se veían, aparecen.
Entonces su alma se acerca a la fosa,
Y su vida a los que causan la muerte.

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PRÓXIMAS ACTIVIDADES: ABRIL
2 – 3ª sesión de estudio, Toluca, México./ Curso de matrimonios: 4ª sesión
3 – Comunión
5 – Reunión de Consistorio

Presencia del Reino de Dios en el mundo actual, Lic. Raúl Méndez Y.

27 de marzo de 2011

Apocalipsis 11.15-18


El séptimo ángel tocó su trompeta, y en el cielo se oyeron fuertes voces que decían: "Nuestro Dios y su Mesías ya gobiernan sobre todo el mundo; y reinarán para siempre".
Y los veinticuatro ancianos que están sentados en sus tronos, delante de Dios, se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente y adoraron a Dios, diciendo: "Señor, Dios todopoderoso; tú vives y siempre has vivido. Gracias porque has demostrado tu gran poder, y porque has comenzado a
reinar sobre el mundo. Los pueblos que no creen en ti, están enojados, pero ha llegado el día en que los castigarás con todo tu enojo. Ese día juzgarás a todos los que han muerto, premiarás a los profetas, tus servidores, premiarás a todo tu pueblo, y también a los que te respetan; no importa sison poderosos, o humildes; tú los premiarás".

sábado, 19 de marzo de 2011

Letra 213, 20 de marzo de 2011


TRANSMITIRÁ TV UNAM SERIE SOBRE EL ESTADO LAICO
Publimetro, 18 de marzo de 2011

La serie “Estado laico: El espíritu de la libertad”, coordinada y conducida por Roberto Blancarte, que a través de cinco programas abordará esta temática a nivel mundial y en la sociedad mexicana, se transmitirá a partir del próximo martes por TV UNAM.
En entrevista con los medios, realizada anoche en la Casa Universitaria del Libro, Blancarte mencionó que esta serie, conformada por cinco programas, iniciará su transmisión en la semana dedicada a de Benito Juárez. Destacó que el programa, producido por TV UNAM, está conformado por: Estado laico, Presentación general, definiciones y conceptos cercanos; El surgimiento del Estado laico en México, Religión y política: Iglesia católica y libertad religiosa; Laicidad y bioética, y Estado laico y derechos sexuales y reproductivos.
El sociólogo e historiador subrayó que son cinco programas y cada uno de ellos abordará definiciones del Estado, explicará de qué se trata, cómo se ha construido, cómo se ha dado las relaciones entre religión y política, entre religión y bionética, así como el tema de los derechos sexuales.
“Vamos a tratar de cubrir a través de los cinco programas muchos de los temas con que tiene que ver el Estado laico, y una de las cosas que quisimos mostrar es que esto tiene mucho que ver con las libertades en la actualidad, desde ir a comprar un anticonceptivo, hasta de morir como uno quiere”, aseguró.
Blancarte resaltó que se trata de una serie didáctica y pedagógica, dirigida a los jóvenes para que entiendan un poco de qué se trata, de conectar la historia con el presente. Por su parte, Ernesto Velázquez Briseño, director general de TV UNAM, dijo que esta serie representa algo urgente y la confirmación del compromiso que tiene la Universidad Nacional Autónoma de México por propiciar una educación laica y una visión plural, libre, abierta y diversa con la garantía de todas las voces, principios e ideas.
“La reflexión que hace uno de los grandes especialistas en el tema como lo es Roberto Blancarte, dirigida por su hermano Oscar, se convierte en un momento excepcional porque es muy sana en estos momentos”, aseguró Velázquez Briseño. Apuntó que la UNAM es una muestra del concepto que ha tenido TV UNAM sobre la diversidad de ideas, como lo demuestran series como “Los retos de la democracia en México” y “La Reforma energética”, entre otros.
“Estado laico: el espíritu de la libertad” se transmitirá por TV UNAM, el Canal Cultural de los Universitarios, del 22 al 26 de marzo a las 21:30 horas, con repetición al día siguiente por diversos canales de televisión por cable en todo el país.
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UN PAÍS CADA VEZ MENOS CATÓLICO (I)
Roberto Blancarte
Milenio, 8 de marzo de 2011

Este país es cada vez menos católico y cada vez más plural en materia de religiones y creencias. Sin embargo, no todo mundo lo quiere reconocer. El Sistema Informativo de la Arquidiócesis
católica de México, por ejemplo, publicó hace algunos días la siguiente información: "El Presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) Eduardo Sojo presentó los
resultados del Censo de Población y Vivienda 2010, en el que se refleja un crecimiento en el número de católicos que hay en el país, que suman ya 92 millones 942 mil 489".
Dicho Sistema Informativo pretende ignorar así, de manera intencional, la realidad del País. Ésta en efecto refleja un creciente número de católicos en términos absolutos, en la medida que la población ha aumentado, pero más notablemente una disminución importante de la proporción de católicos y un aumento significativo de miembros de otras religiones, así como de personas que se autodefinen sin religión.
En efecto, según el censo de 2010, el porcentaje de personas que se declararon católicas fue de sólo 83.9 por ciento, mientras que hace apenas una década era de 88 por ciento. Es decir, una disminución de 4 por ciento en 10 años, lo que en México significa muchos millones. En efecto, si en población total en la última década pasamos de poco más de 97 millones a más de 112, o sea más de 15 millones, el número de católicos aumentó en 7.5 millones. ¿Dónde quedaron los otros casi 8 millones? Pues se fueron a otras Iglesias o hacia la indiferencia religiosa. Así por ejemplo, en la última década el porcentaje de personas que declararon no tener ninguna religión pasó del
3.5 al 4.6 por ciento. Son todos estos cambios enormes que no todo mundo está ni dispuesto ni preparado para aceptar.
El propio INEGI muestra algunas reticencias al respecto. En el capítulo relativo a "religión" de los resultados del censo de 2010 se señala: "El crecimiento y la diversificación de credos religiosos en el País han dado lugar a un escenario que presenta nuevos matices. La religión católica sigue siendo la que cuenta con mayor número de adeptos, aunque muestra una disminución en los últimos 20 años". En realidad, la disminución viene de manera constante desde hace por lo menos sesenta años. Si en 1950 el 98.21 de la población se declaraba católica, para 1960 ese
porcentaje bajó a 96.47, para 1970 al 96.17 por ciento, en 1980 se conoció una caída aún más brutal pues para ese entonces sólo el 92.62 por ciento de los mexicanos se declararon católicos y para 1990 el porcentaje disminuyó a 89.69. En el 2000, como se ha mencionado, ya había apenas un 88 por ciento de católicos en el país y ahora estamos debajo de 84 por ciento.
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MUJERES, EDUCADAS PARA DISCRIMINARSE
Renata Sánchez
El Universal, 11 de marzo de 2011

El problema de la educación diferenciada para hombres y mujeres es que mientras ellos pueden
arreglar los problemas, ya sea a golpes o con palabras, las mujeres deben tener una actitud más
pasiva y no se expresan Frases como "amigas y rivales" "las mujeres se visten para ellas" o "entre mujeres no hay amistad" son el reflejo de una cultura que enseña a sus mujeres a sentirse inseguras, desconfiar, envidiarse y por tanto discriminarse entre sí, explicó Matilde Matuk, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México.
En entrevista con El Universal la especialista explicó que la sociedad inculca la competencia como un valor que mueve tanto a hombres como a mujeres, sin embargo, mientras a los varones se les enseña que "tener problemas no es lo mismo que tener competencia con alguien, pueden ser amigos y competir en el trabajo y no pasaría a más. Para la mujer está más enfocada a cómo ser: la belleza externa e interna que en los hombres no. La envidia a la otra por que está flaca o porque tiene al galán guapo".
Matuk dijo que debido a la histórica opresión masculina sobre la mujer, las féminas debían esforzarse más para poder resaltar aunque fuera un poco. Si bien generalmente se centraba en cuestiones como tener al esposo más guapo o hacerlo más feliz, ser la más guapa o la más delgada, la incursión de la mujer en la esfera laboral reestructuró la competencia y por ende la discriminación femenina.
"Tenemos que seguir comprobando tanto a hombres como mujeres que sí podemos y a nosotras mismas, sin embargo el querer sobresalir sólo es individual, no nos vemos como compañeras. Se quiere sobresalir y obtener un lugar, pero sólo se piensa en que hay uno y ese debe ser para mí. "El problema es que se va a lo personal, por ejemplo en una empresa una mujer con puros hombres se desenvuelve perfecto, pero cuando entra una mujer aunque no tenga nada que ver con su puesto, lo empieza a ver como competencia no sólo laboral sino personal. Surgen las envidias y la discriminación", dijo la psicoanalista.

Incapacidad de expresión
Discriminar es hacer menos a una persona y devaluarla para así sentirse mejor con uno mismo al colocarse en una posición superior respecto de quién se discrimina. El origen de la
discriminación es la inseguridad que "no te permite ver lo bueno del otro porque significa que te lo va a quitar o lo tiene porque tu no lo tienes", entonces surge la envidia y la discriminación, explicó Matuk.
"La envidia es cuando en lugar de enfocar la energía a mejorar y envidiar positivamente, nos vamos a hacer a la otra menos para sentirnos bien. El no poder poner en palabras lo que sentimos no estar en contacto con las emociones hace que todo se convierte en enojo,
envidia y agresión", dijo la psicoanalista. El problema de esta educación diferenciada para hombres y mujeres es que mientras ellos pueden arreglar los problemas en el momento, ya sea a
golpes o con palabras, las mujeres deben tener una actitud más pasiva, por lo que se guardan lo que sienten hasta que explota. No verbalizar las emociones, la inseguridad y el necesitar
hacer menos a la otra para sentirse bien impide que muchas mujeres construyan relaciones interpersonales sanas.
"Cuando te enfocas sólo en la competencia y envidia no puedes confiar en nadie porque tampoco
confías en ti, eres tan inseguro que consideras que los demás van a necesitar algo de ti y por eso te están hablando entonces no creas lazos de amistad ni vínculos fuertes sino sólo actúas para quedar bien".

Cambiemos el chip, dejemos de discriminarnos
Desde la visión del psicoanálisis dependiendo de cómo elabore la niña un punto de identificación con su madres es cómo va a vivir. La primer competencia que se hace entre mujeres es madre-hija por el padre, depende de cómo elabore la niña a su madre como un punto de
identificación es cómo se relacionará con otras mujeres.
"El reto es criar a una hija que se acepte y aprenda a competir sin tomarlo personal. Son las primeras relaciones interpersonales que se tienen y los niños empiezan a relacionarse con los demás, por supuesto que se va moldeando la persona, pero en una base siempre vamos a encontrar la relación que tuvo con la madre y con el padre", explicó la integrante de la Sociedad Psicoanalítica de México.
Ahora bien, otra propuesta es hacer consciente estas actitudes discriminatorias hacia otras mujeres y analizar el origen de ellas y cómo te hacen sentir para poder eliminarlas poco
a poco.
"Debes conocerte, conocer tus partes buenas y malas, aceptarte, construir una autoestima alta y con seguridad en ti misma. Con experiencia y madurez y sabiendo que no porque la otra tiene
algo que tu quieres te lo quitó". "En lugar de desperdiciar esa energía en envidiar, ocúpala en generar cosas para tener lo que la otra tiene. En ese momento dejas de envidiar y te enfocas
en ti...la energía que tenemos es más fácil depositarla en los demás en lugar de voltear hacia nosotros y autoanalizarnos", concluyó Matuk. […]

Avisos: 20 de marzo de 2011

El próximo domingo, a las 17.30 hrs., tendremos la sesión de estudio y reflexión "La espiritualidad del seguimiento de Jesús". Todos estamos/as invitados/as.

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Culto de oración y estudio
Martes 22 de marzo, 19 hrs.
ELIÚ RESPONDE A JOB (I) (Job 32)
Modera: Hna. Lidia González

JOB 32.1-17
Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy

Entonces estos tres hombres dejaron de responder a Job porque él era justo a sus propios ojos. Pero se encendió la ira de Eliú, hijo de Baraquel el Buzita, de la familia de Ram. Se encendió su ira contra Job porque se justificaba delante de Dios. Su ira se encendió también contra sus tres
amigos porque no habían hallado respuesta, y sin embargo habían condenado a Job. Eliú había
esperado para hablar a Job porque los otros eran de más edad que él. Pero cuando vio Eliú que no había respuesta en la boca de los tres hombres, se encendió su ira.
Y respondió Eliú, hijo de Baraquel el Buzita, y dijo:

“Yo soy joven, y ustedes ancianos;
Por eso tenía timidez y me
atemorizaba declararles lo que pienso.
Yo pensé que los días hablarían,
Y los muchos años enseñarían sabiduría.
Pero hay un espíritu en el hombre,
Y el soplo del Todopoderoso
le da entendimiento.
Los de muchos años quizá no sean sabios,
Ni los ancianos entiendan justicia.
Por eso digo: ‘Escúchenme,
También yo declararé lo que pienso.
Yo esperé sus palabras,
Escuché sus argumentos,
Mientras buscaban qué decir;
Les presté además mucha atención.
Pero no hubo ninguno que pudiera
contradecir a Job,
Ninguno de ustedes que respondiera a sus palabras.
No digan:
‘Hemos hallado sabiduría;
Dios lo derrotará, no el hombre.’
Pero él no ha dirigido sus palabras contra mí,
Ni yo le responderé con los argumentos de ustedes.
Están desconcertados, ya no responden;
han faltado las Les palabras.
¿Y he de esperar porque no hablan,
Porque se detienen y ya no responden?
Yo también responderé mi parte,
declararé lo que pienso…

***

PRÓXIMAS ACTIVIDADES
21 – Invitación a marcha
22 – Reflexión sobre la figura de Juárez
27 – Cumpleaños/ “La espiritualidad del seguimiento" (Preparación para Semana Santa), 17.30 hrs.

Promover el Reino de Dios en la vida entera, L. Cervantes-O.

20 de marzo, 2011

1. Las interpretaciones reduccionistas del Reino de Dios
Una de las interpretaciones más riesgosas y eventualmente enajenantes del concepto bíblico de Reino de Dios consiste en ubicarlo únicamente en el futuro y en el más allá de la vida terrenal. A ello ha contribuido la aplicación, un tanto errónea, de la frase sinónima “reino de los cielos” que aparece en varios lugares del Nuevo Testamento (Mt la usa 34 veces), lo que sin duda ha ocasionado que al proyectar la esperanza de la presencia del Reino de Dios únicamente en el futuro se dejen de lado las diversas advertencias del propio Jesús acerca de que ya se había iniciado a través de los diversos signos con que él mismo contribuyó a hacerlo presente en el mundo. Uno de los aspectos más conflictivos, por ejemplo, de la comprensión de la venida del Reino lo constituye el hecho de que la comunidad privilegiada por su acceso al mismo está formada únicamente por aquellos que hayan asumido sus exigencias éticas y espirituales como razón de ser de su vida, según el modelo presentado por Jesús en el llamado Sermón del Monte. Allí, y en amplias secciones de los evangelios sinópticos, la condición única para participar de las bondades del Reino de Dios en la existencia presente es la metanoia, es decir, el arrepentimiento radical y el cambio de orientación de la mente hacia las posibilidades liberadoras, en todos los sentidos, de la acción de Dios en el mundo a través de la persona de Jesús de Nazaret. El seguimiento de los discípulos, hombres y mujeres, fue claramente en esa dirección, pues la transformación que experimentaron los llevó a participar de una forma de vida individual y comunitaria que rebasó, con mucho, lo que Jesús calificó como superación de las enseñanzas de los fariseos y de los escribas, o dicho en otras palabras, la primacía de la acción del amor sobre los preceptos únicamente teóricos o doctrinales de la Ley antigua.
La aparente sustitución del concepto en los Hechos de los Apóstoles y en las cartas apostólicas y, con ello, el advenimiento de la Iglesia como vanguardia y avanzada del Reino de Dios en el mundo, obligó a ésta a adaptarse a una nueva presencia comunitaria en el mundo y a relativizar algunos de los aspectos más comprometedores del Reino ya comenzado a vivir por Jesús y por sus seguidores. Es lo que el teólogo H. Richard Niebuhr (1894-1962) denominó la secularización y trivialización del Reino”, porque históricamente pareció que la Iglesia comenzó a verse como la encarnación del reino de Dios, siendo que, como sintetiza Ladd: “La Iglesia es el pueblo del Reino, pero no se puede identificar con el Reino”.
[1] Además, algunas corrientes teológicas como “liberalismo” minimizaron posteriormente las exigencias éticas fruto del esfuerzo de Dios por redimir a la humanidad y hacían del Reino apenas un anuncio de la forma en que los designios divinos podrían ser cumplidos gracias a ciertos esfuerzos humanos por hacerlos presentes en un mundo encaminado hacia el progreso y la felicidad, algo que sin duda no se cumplió en la época en que estas ideas florecieron. Como dice una frase clásica del mismo H.R. Niehbur, que caricaturizó sin piedad el “mensaje” de esta corriente religiosa: “Un Dios sin cólera conduciría a hombres sin pecado hacia un reino sin juicio por la mediación de un Cristo sin cruz”.[2] Este autor fue más directo aún, al criticar la presencia del Reino en un “país protestante” como Estados Unidos: “La soberanía de Dios fue institucionalizada en leyes, el reino de Cristo en denominaciones y medios de gracia, por lo que la tensión hacia la venida del Reino y la esperanza por esta venida fueron transformados en una sanción moral o en una creencia en el progreso. Como una esperanza del individuo, el Reino venidero se convirtió en un evento ultramundano sin ninguna relación orgánica con el presente”.[3]
Su hermano Reinhold se refirió al impacto histórico y cultural de estas ideas como sigue:

Su Reino de Dios significaba exactamente esa sociedad ideal que la cultura moderna esperaba realizar mediante el proceso evolutivo. La democracia y la Liga de las Naciones habrían de ser las formas políticas de esta idea [...]. El Cristo de la ortodoxia cristiana [...] se convirtió [...] en el símbolo de la bondad y las posibilidades humanas, sin reconocimiento de los límites del hombre y, en seguida, sin reconocimiento de la trascendencia.
El no reconocimiento de las cumbres condujo al cristianismo moderno a una ceguera igual hacia las oscuras profundidades de la vida. El 'pecado' de la ortodoxia cristiana fue identificado con las imperfecciones de la ignorancia, que pronto serían superadas mediante una pedagogía adecuada.
[4]

Afortunadamente, surgieron, en el seno mismo de la teología protestante, intentos muy efectivos (como el de Karl Barth) que vinieron a corregir esta visión reduccionista y que han contribuido también a recuperar la visión de la centralidad del Reino de Dios en el mensaje de Jesús.

2. La superioridad del Reino de Dios sobre las limitaciones religiosas
Ciertamente, las tendencias mencionadas y criticadas líneas arriba comenzaron a dar señales de vida ya desde el Nuevo Testamento, cuando el apóstol Pablo tuvo que advertir en su carta a los Romanos, que la creencia y el compromiso en la práctica con el Reino de Dios anunciado, vivido y promovido por Jesús no tenía que nada que ver con las prácticas rituales y religiosas ligadas a las formas exteriores, pues sus objetivos rebasan esos límites y pugnan por instalar en el mundo formas nuevas de convivencia y dignidad humana. Seguir atados a los ritualismos impuestos por jerarquías religiosas no solamente podía alejar de los propósitos específicos del Reino de Dios, sino que además puede desencaminar a los creyentes de la misión que han recibido, esto es, hacer visibles los signos del Reino de Dios a partir de sus vidas.
Por ello, el énfasis de la exhortación paulina en Romanos 14 recae en la capacidad y sensibilidad cristianos ante los hermanos/as débiles, quienes merecen toda la consideración para que su acceso efectivo a las bendiciones derivadas de participar del Reino de Dios en el presente no dependa de “comidas o bebidas” (v. 17) sino, por contraste, en la justicia, la paz y el gozo que, como señales del mismo, produce el Espíritu Santo en la vida de las personas. Esto habla, más bien de la plenitud de vida, bienestar (shalom) que Dios desea instaurar en el mundo, ya desde el presente, en camino hacia el encuentro final con la plenitud del Reino de Dios, tal como aparece después en la visión apocalíptica (Ap 11.15).
Las limitaciones religiosas con que se quiere en ocasiones encerrar las grandezas del Reino de Dios deben ser denunciadas con claridad para advertir los peligros de reducir la visión a la que Dios desea llamar a quienes voluntariamente se comprometen con la esperanza en la venida de esa era anunciada y vivida por Jesús. Sus signos visibles en cada situación humana deben hacer palpable pues el Reino de Dios puede ya vivirse en medio de la historia conflictiva, en una búsqueda que también implica conflictos continuos en la tarea de enfrentar los signos de las fuerzas contrarias a su implantación definitiva en el mundo. La vida cotidiana es, quizá, uno de los espacios más difíciles de “conquistar” para instalar los valores procedentes de la esperanza en la venida del Reino de Dios porque ahí es donde se exige una mayor integridad entre lo que se cree y lo que se vive. Tal vez por eso, también, plantea a la sociedad la duda acerca de los requisitos externos para participar de esta esperanza. Y eso es justamente lo que criticó San Pablo en su carta a los Romanos.

Notas

[1] G.E. Ladd, Teología del Nuevo Testamento. Terrassa, CLIE, 2002 (Estudios teológicos, 2), p. 88.
[2] H. Richard Niebuhr, The Kingdom of God in America. [1937] Nueva introducción de M.E. Marty. Middleton, Universidad Wesleyana, 1988, p. 193.
[3] Ibid., p. 182.
[4] R. Niebuhr, An Interpretation of Christian Ethics. Nueva York, Harper & Bros., 1935, pp. 23-28.

Romanos 24.17-20


Traducción en Lenguaje Actual

En el reino de Dios no importa lo que se come ni lo que se bebe. Más bien, lo que importa es hacer el bien, y vivir en paz y con alegría. Y todo esto puede hacerse por medio del Espíritu Santo. Si servimos a Jesucristo de esta manera, agradaremos a Dios y la gente nos respetará.
Por lo tanto, vivamos en paz unos con otros, y ayudémonos a crecer más en la nueva vida que Cristo nos ha dado. No permitan que por insistir en lo que se debe o no se debe comer, se arruine todo lo bueno que Dios ha hecho en la vida del hermano débil. La verdad es que toda comida es buena; lo malo es que por comer algo, se haga que otro hermano deje de creer en Dios.

sábado, 12 de marzo de 2011

Letra 212, 13 de marzo de 2011


EL MAYOR DEFENSOR DE LA MUJER
Gabriel María Otalora
Noticias de Navarra, 7 de marzo de 2011

De entre todas las personas que a lo largo de la historia han defendido a la mujer, su dignidad y derechos frente a toda explotación e injusticia, abriendo una puerta grande a su condición de seres humanos iguales en todo a los varones, Jesús de Nazaret es el que mejor lo ha hecho. Los relatos evangélicos no dejan resquicio a la duda.
En efecto, Jesús sigue siendo el mejor ejemplo porque actúa sin fisuras para erradicar cualquier rechazo humano o condena legal socio religiosa a las que, ya entonces, estaban abocadas las mujeres por serlo. En aquella Palestina, las mujeres estaban marginadas y se encontraban entre las más pobres (sobre todo las viudas); no podían sobrevivir a menos que fueran parte de un hogar patriarcal, con lo que eso significaba. No era bien visto que un hombre conversara con una extraña, y las reglas prohibían encontrarse a solas con una mujer, mirarla si estaba casada e incluso saludarla. Era un deshonor para un alumno de los escribas hablar con una mujer en la calle. No digamos para un escriba.
Los deberes de la esposa consistían en atender a las necesidades de la casa, pero una mujer casada no se podía oponer a que bajo su mismo techo vivieran una o más concubinas de su marido. En cambio, si ella era sorprendida en adulterio, el marido tenía el derecho de matarla (a pedradas). Estaba obligada a obedecer a su marido como a su dueño. Por su parte, los hijos estaban obligados a colocar el respeto debido al padre por encima del de la madre. Y en caso de peligro de muerte había que salvar primero al marido. La mujer tampoco servía como testigo (igual que los niños y los esclavos) salvo en casos excepcionales.
Las mujeres judías eran especialmente impuras durante su menstruación. Si inadvertidamente tocaban a un hombre durante la regla, estaban obligadas a someterse a un ritual de purificación que duraba una semana antes poder volver a orar en el templo. Las mujeres que padecían desarreglos menstruales estaban marginadas socialmente. Pero Jesús no se preocupa en absoluto acerca de este ritual ―ni de otros― de impureza cuando se trata de devolver la dignidad y la humanidad perdida injustamente, ni del tabú de quedar él también impuro.
En el templo y en la sinagoga varones y mujeres estaban rigurosamente separados, las mujeres siempre en lugares inferiores, secundarios. En el templo las mujeres solo tenían acceso hasta el patio reservado para ellas y solo podían escuchar. Ellas eran invisibles además de impuras e inferiores, y no tenían poder alguno. Solamente partiendo de este trasfondo de la época podemos apreciar plenamente la postura de Jesús ante la mujer como un acontecimiento inaudito.
Resulta impactante la actitud radicalmente inclusiva de Jesús con todas las mujeres que se cruzaron en su vida, cuasi invisibles y sin poder ni influencia sobre nadie. Jamás se le atribuye a Jesús algo que pudiera resultar lesivo, marginador de la mujer ni discriminatorio. Nunca se refiere a ellas como algo malo, ni en ninguna parábola aparece como persona inferior a pesar de las leyes existentes. Tampoco les previene nunca a sus discípulos de la tentación que podría suponerles una mujer, como entonces era frecuente. Para Jesús, la mujer tiene la misma dignidad y categoría que el hombre. Por eso, su círculo de amistades es mixto, en el que hombres y mujeres viven y viajan juntos, mantiene amistad con ellas y las defiende cuando son injustamente censuradas.
Contra todo pronóstico socio religioso, algunas le acompañaban en la predicación junto a sus discípulos: María la de Cleofás, Juana, mujer de Cusa, mayordomo de Herodes, entre otras. Algunas incluso eran mujeres a las que Jesús había curado de malos espíritus -como fue el caso de María la Magdalena-, lo que entonces se entendía por estar dominadas por las fuerzas del mal; es decir, gente sospechosa. Sin olvidar que la mujer samaritana -pagana, cismática y pecadora- es la única persona que recibe la revelación de Jesús como Mesías y se convierte en misionera consiguiendo que su pueblo crea en Él.
Por tanto, no es de extrañar que fuesen mujeres las más fieles seguidoras de Jesús hasta cuando sus discípulos lo abandonaron. Son varias las mujeres a las que Jesús atendió y curó, como la suegra de Pedro, la madre del joven de Naín, la mujer encorvada, la siro fenicia (pagana) o la mujer que llevaba enferma doce años. Tuvo que llamar poderosamente la atención que Jesús curase a mujeres (impuras) y que les pusiese como ejemplos de fe mientras dejase a hombres honorables y cumplidores de la Ley de Dios sin experimentar en carne propia sus prodigios. Entre estos gestos de amor, la curación a una hemorroísa tiene un gran valor simbólico, ya que las mujeres cargaban sobre sus hombros su corporeidad en forma de pecado. Pero con esta curación Jesús redime a la condición femenina del oprobio de pecadora. Jesús percibe su toque en el manto, un toque a todas luces impuro según la tilde de la ley, quedando sana en público mientras escuchaba por boca de Jesús como le llamaba hija y le devuelve la paz.
Curiosamente, a Jesús no le acusaron de ser un libertino o mujeriego. A Jesús lo acusaron de blasfemo, de agitador político, de endemoniado, de estar perturbado y loco, a pesar de su amor lleno de ternura, compasión y misericordia infinitas, de delicadeza, que busca la fraternidad como signo de su Reino. Jesús escandaliza a los fariseos al valorarles menos que a las prostitutas, porque ellas creyeron en el amor mientras que ellos solo estaban pagados de sí mismos. Suena muy actual.
Pero si algo rompe aún más los moldes es su actitud con las pecadoras. Aquellas leyes protegían únicamente a los hombres, mientras la mujer repudiada o divorciada quedaba en una situación humillante que solía degenerar en la prostitución. Una vez más, Jesús se muestra sorprendente por su actitud con las mujeres: se puso a defender el corazón de aquella conocida prostituta en casa de su invitado marcando la distancia enorme que había entre el legalismo fariseo y el Reino de amor que propugna Jesús. Y se deja tocar y ungir los pies a pesar de que caía en impureza legal. Más impactante aún es el incidente de la mujer sorprendida en adulterio. A Jesús le ponen entre la espada y la pared: o la misericordia o la justicia, y si se quiere condenar a aquella mujer, se ha de condenar lo mismo al hombre que estaba con ella. No la condena, en contra de la legislación vigente de lapidación, discriminatoria y abusiva para la mujer. Estas actitudes de Jesús significaron una inmensa novedad en el marco de aquella época: la defensa de la mujer reivindicada como igual al varón, en todo, e igual ante Dios.
Este principio liberador que Jesús practicó hasta el final fue una audaz semilla sin que las consecuencias históricas fuesen inmediatas excepto en su pronta eliminación física, ajusticiado como un vulgar delincuente. Pero ahí quedó el poderoso germen, su ejemplo de amor que ha resistido a la Historia, y que ahora tiene más valor que nunca como acicate para que hagamos lo mismo, cuando tantas mujeres siguen discriminadas a pesar de que ahora algunas leyes les sean más favorables.
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LA PASTORAL ES COSA DE TODOS
Gabriel Moyano
Lupa Protestante, 17 de enero de 2011

Nos encontramos ya muy adentrados en el s. XXI y los cambios que se han originado en la vida han sido grandes y muy vertiginosos. A nivel científico, político, económico, pero sobre todo a nivel social. Y puesto que en el tejido social es donde más cambios se han producido, pienso que deberíamos enfocar correctamente la visión que debemos tener sobre la pastoral porque, a estas alturas donde nos encontramos y sin haber dedicado tiempo a plantearnos si nuestra pastoral es o no eficaz, pienso que posiblemente pueda estar algo desenfocada. Hemos estado mucho tiempo conviviendo con unos esquemas acerca de la pastoral, y se hace necesario, debido a los tiempos en que vivimos, a las herramientas de que disponemos y por la edad que ya tenemos, que seamos más críticos, no destructivos, con algunos planteamientos al respecto de dichos esquemas.
El primer planteamiento que me gustaría realizar tiene que ver con el concepto en sí: "pastoral".
La propia definición de "pastoral" nos dice que tiene que ver con todo lo relativo al pastor, y en este caso sería correcto el sentido que se le da a dicho concepto, ya que dentro del campo evangélico hemos entendido desde siempre que es el pastor quien debe encargarse de dicha función. Aunque existen puertas traseras que utilizan otros para realizar esta tarea, bien por que se creen maduros o bien porque les interesa el protagonismo, oficialmente el responsable ante la congregación de realizar la pastoral, es el pastor. El es la representación de la madurez delante de la congregación. Y así las cosas, todos contentos. Porque a todos nos gusta que haya alguien que se ocupe de realizar esta
tarea, ya sea porque le pagamos o bien porque sienta esta necesidad. Sin embargo, cuando leemos el N.T. nos encontramos con una realidad bien distinta. Y es que en ningún caso se menciona el hecho de que el pastor debe realizar "la pastoral" (salvo casos concretos en que debe visitar a los enfermos y a las viudas). Los autores de las cartas ni mencionan el concepto "pastoral" y mucho menos que sea algo que deben hacer los pastores. Por lo tanto, tenemos un serio problema de praxis comunitaria, ya que, nos guste o no, todos los miembros debemos ser responsables de preocuparnos los unos por los otros. Y esto no puede estar delegado en un asalariado o en alguien elegido para hacerlo. Esto sí que se encuentra bien detallado por los escritores de las cartas, ya que el concepto "los unos por los otros" está a flor de piel en todos los escritos. En esto consiste la verdadera pastoral comunitaria: en que sintamos vocación de preocupación los unos por los otros. Fuera de esto, la pastoral no es ni más ni menos que una mera asignatura en un seminario. Porque son los miembros de la comunidad los que deben tener este sentimiento de pasión por las vidas de aquellos que conforman el pueblo de Dios. Por supuesto esto no es óbice para que el pastor sea el primero en hacerlo y nos motive a realizar este ejercicio tan sano y enriquecedor para la vida de la comunidad.
Para llevar a cabo este planteamiento, se hace necesario que prestemos atención a un concepto que, a veces, parece más mundano que espiritual, y se trata del concepto amistad. Y digo esto porque, desde que nos convertimos el énfasis recae siempre en la hermandad que hemos recibido en Cristo. Somos hermanos y eso es indiscutible. Y esta idea que se repite una y otra vez tal vez haya asfixiado un poco el término amistad. Y a eso nosotros mismos hemos contribuido algo, ya que incluso a veces se nos exhorta a dejar la amistad que tenemos con aquellos que no son creyentes. El concepto amistad, a veces está más ligado al mal que al bien: amistad con el mundo, amistad con el dinero, con la fama, con el pecado. Y eso no es verdad, ya que la amistad es un concepto hermoso, digno de ser compartido con los demás.
Es por ello, que para realizar una buena pastoral, deberíamos recuperar la amistad que debe existir entre nosotros. Solo así podríamos conocernos los unos a los otros y saber cuáles son nuestras necesidades y aquellas cosas que nos agobian. Pero esto no puede llevarse a cabo mientras no entendamos que no podemos conocernos por vernos dos horas a la semana, y eso si es que llegamos a vernos. ¿Qué amistad puede existir con unos planteamientos así?. Es por ello que debemos entender la importancia de la amistad, porque solo así podremos ser estimulados a ejercer la pastoral los unos con los otros. Entendiendo que la pastoral no debe abarcar solamente a la comunidad, sino también a aquellos que nos rodean en nuestro día a día. Personas que están a nuestro lado y no les prestamos la más mínima atención y a las que tenemos el gran privilegio de poder echarles una mano en sus problemas.
Con la llegada de la Reforma, se abrió un nuevo mundo para el creyente al dársele la importancia que cada uno tiene, como indivíduo, dentro del pueblo de Dios. Es por ello que, en el sentido de la pastoral, si obviamos dicho descubrimiento, estaremos permitiendo que nuestra existencia comunitaria vaya empobreciéndose cada vez más, porque no existe nada más enriquecedor que nuestra vida se abra al otro. Y esto es tarea tuya y mía.

Avisos: 13 de febrero de 2011

Hoy, a las 17.30 hrs., tendremos la mesa redonda: "Amor cristiano y acción social: perspectivas". Todos/as están invitados/as.
***

Martes 15 de marzo, 19 hrs.
RESPUESTA FINAL DE JOB A SUS AMIGOS (V) (Job 31)
Modera: Hno. Pablo F. Sandoval
JOB 31.1-16, Nueva Versión Internacional
Yo había convenido con mis ojos
no mirar con lujuria a ninguna mujer.
¿Qué se recibe del Dios altísimo?
¿Qué se hereda del *Todopoderoso en las alturas?
¿No es acaso la ruina para los malvados
y el desastre para los malhechores?
¿Acaso no se fija Dios en mis caminos
y toma en cuenta todos mis pasos?
Si he andado en malos pasos,
o mis pies han corrido tras la mentira,
¡que Dios me pese en una balanza justa,
y así sabrá que soy inocente!
Si mis pies se han apartado del camino,
o mi corazón se ha dejado llevar por mis ojos,
o mis manos se han llenado de ignominia,
¡que se coman otros lo que yo he sembrado,
y que sean destruidas mis cosechas!
Si por alguna mujer me he dejado seducir,
si a las puertas de mi prójimo he estado al acecho,
¡que mi esposa muela el grano de otro hombre,
y que otros hombres se acuesten con ella!
Eso habría sido una infamia,
¡un pecado que tendría que ser juzgado!
¡Habría sido un incendio destructor!
¡Habría arrancado mi cosecha de raíz!
Si me negué a hacerles justicia
a mis siervos y a mis siervas
cuando tuvieron queja contra mí,
¿qué haré cuando Dios me llame a cuentas?
¿qué responderé cuando me haga comparecer?
El mismo Dios que me formó en el vientre
fue el que los formó también a ellos;
nos dio forma en el seno materno.
Jamás he desoído los ruegos de los pobres…
***

PRÓXIMAS ACTIVIDADES
18 – Culto de crecimiento espiritual
19 – Curso para matrimonios, 4ª sesión
20 – 1ª Clase unida; Relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento
27 – "La espiritualidad del seguimiento de Jesús" (Preparación para Semana Santa)

La espiritualidad del Reino de Dios

13 de marzo de 2011
Cuando doy de comer al pobre me dicen que soy un santo; cuando pregunto por qué pasa hambre, me acusan de comunista.
Hélder Cámara

1. El reino de Dios, utopía y proyecto de Jesús
Puede decirse, con apego al testimonio de los Evangelios (sobre todo los tres primeros) que la gran utopía de Jesús fue el reino de Dios, al que dedicó todas sus fuerzas y pensamientos, pues además se ser su utopía también fue el proyecto que promovió en palabra y en obra, el cual, por estar en marcha fue la razón que lo llevó a la cruz. En otras palabras, la fidelidad de Jesús al proyecto del Reino de Dios lo condujo a la muerte. Y todavía más: la espiritualidad con que asumió ese plan divino, la espiritualidad del Reino de Dios, fue lo que lo sostuvo y mantuvo en medio de la incomprensión y el rechazo. De ahí que a la hora de sentar las bases espirituales requeridas para asumir el compromiso con esta nueva manera de entender y vivir la acción de Dios en la historia en el famosísimo “Sermón del Monte” (aunque en la versión del evangelio de Lucas es más bien el “sermón del valle”), Jesús estableció no sólo formas de comportamiento y obediencia acordes con las exigencias del Reino de Dios sino también, y de manera más extensiva, una espiritualidad y una ética consecuentes con el horizonte utópico demandado por la esperanza y la práctica de las nuevas condiciones de vida anunciadas por él. El desafío para nosotros hoy, según la formulación de José María Vigil, es “creer como Jesús creyó en el Reino”, es decir, hacer nuestra la plataforma espiritual con que Jesús de Nazaret asumió la tarea de vivir de acuerdo con los lineamientos del Reino de Dios ya presente en el mundo, aunque siempre de manera conflictiva: “Creer hoy, nosotros, en nuestro mundo actual, como Jesús creyó en medio de aquel mundo de la imperial pax romana. Eso es ser cristiano, ser seguidor de Jesús. Y, por eso, porque se trata de creer como él, ha de hacerse con su mismo Espíritu, con aquella su ‘espiritualidad del Reino’”.
[1]
El “Sermón del Monte” es la nueva carta magna del Reino de Dios para la vida de los seguidores, hombres y mujeres, de Jesús, y el anuncio profético de las nuevas condiciones mediante las cuales se da la presencia de ese reino en el mundo, a contracorriente de las tendencias ideológicas predominantes. En primer lugar, hay que preguntarse sobre cuál es la imagen de Dios, del Dios del Reino, que brota de ese mensaje de Jesús. Como resume Vigil:

Muchos creen en Dios, pero son ya menos los que creen en el Dios de Jesús, o lo que es lo mismo, son menos los que creen en Dios «como creyó Jesús». El no creyó en un Dios ajeno a la historia, ni creyó en él como algo en sí mismo, de lo que se pudiera hablar como separado de nosotros. El Dios de Jesús es un Dios del que hay que hablar siempre como de una realidad dual: Dios y el Reino. Dios del Reino, y Reino de Dios. Un Dios sin Reino (lamentablemente tan común entre cristianos) nada tiene que ver con la fe de Jesús […]
Si una vivencia religiosa o un texto (aunque sea un documento eclesiástico) hablan de Dios sin hablar del Reino, no reflejan la espiritualidad de Jesús […]
El Dios de Jesús es siempre un Dios con una voluntad, con un proyecto, con una utopía: Dios “sueña” un mundo distinto, nuevo, renovado, digno del ser humano y digno de Dios. Y ese proyecto, esa utopía se llama -en las mismísimas palabras de la boca aramea de Jesús- malkuta Yahvé, Reinado de Dios.
[2]

Jesús enseña en este gran “sermón” a conectar la existencia con una manera nueva y libre de ver y vivir a Dios ya no como una “realidad doctrinal”, pues se trata más bien de experimentarlo como un Dios activo y actuante en el mundo conflictivo para instaurar su Reino de paz, justicia y armonía, como verdadera utopía divina: “Un cristianismo sin el Reino como utopía, como Causa por la que vivir y por la que morir, un cristianismo que crea que las utopías -o la historia- ya llegaron a su final... poco o nada tiene que ver con Jesús. Él creyó muy de otra manera” (Idem).

2. Una espiritualidad del Reino en acción
Si, en efecto, el Reino de Dios, centro de la fe y acción de Jesús, “no era de este mundo” (Jn 19.36), eso no significa que no deba hacerse realidad en la historia y en la existencia humanas, ya se encuentra en medio del mundo impulsando procesos emancipadores en distintos niveles y en todos los aspectos. Jesús se refirió a eso cuando dijo: “Si expulso los demonios es que el Reino de Dios ha llegado y está en medio de ustedes” (Mt 12.28; Lc 7.18-23). Al retrato de quienes desean vivir según los valores del Reino de Dios esbozado en las llamadas “bienaventuranzas” (Mt 5.1-12), le sigue la afirmación del sabor y la luz que deben dar al mundo, a la sociedad que resiste la acción bienhechora de Dios (5.13-16).

Los cristianos no podemos pronunciar las bienaventuranzas sin preguntarnos cómo somos instrumentos de paz, desde dónde luchamos por el reino de Dios y su justicia, cómo compartimos con los pobres o en qué se traduce la persecución del mundo que el evangelio nos asegura a los seguidores de Jesús. Estos temas no son algo accesorio del cristianismo; no son menos espirituales que el tratar de la oración, de la limosna o los ayunos; constituyen un reto, una tarea y una interpelación que llama al discernimiento personal y eclesial.
[3]

Inmediatamente, Jesús se sitúa frente a la Ley antigua con toda libertad (5.17-20), como todos/as después de él también, a fin de denunciar proféticamente el abismo existente entre la doctrina y la práctica por parte de los representantes de la religión organizada. A partir de allí, Jesús va a radicalizar la ley mediante la fuerza intrínseca de la fraternidad profunda (5.21-26), al grado de que, cuando confronta esta radicalidad con las exigencias espirituales del Reino de Dios, no vacila en proponer una “espiritualidad desde la discapacidad voluntaria”, con tal de acceder a la aplicación de los valores de ese proyecto (5.27-32).
Sobre los juramentos (la verificación de la autenticidad de palabras y acciones), Jesús también es radical: la verbalización expresa la fidelidad a la verdad (5.33-37). Y en su relectura ética y espiritual de la Ley, tampoco cede espacio a la venganza, pues propone, ya desde ese momento, “un camino más excelente”, el de la humanización absoluta, sin margen para negociaciones: es la “ley del amor” (5.38-48), adonde Jesús se planta ante el Levítico y plantea la superación de una fraternidad restringida para subrayar la hermandad universal y concreta, lo cual ya es un esbozo de programa de acción para el ejercicio del amor cristiano: “La convergencia cristiana entre Dios y el prójimo exige pasar de la caridad con el individuo a la solidaridad colectiva, e integrar la justicia como mediación fundamental de la paz y del orden social. Hay que pasar de la caridad asistencial y puntual, siempre necesaria, a la estructural; del prójimo individuo al prójimo colectivo; de la denuncia de los pecados a la lucha contra las cristalizaciones del pecado en la sociedad”.
[4]
En otras palabras, el Reino de Dios nos demanda más imaginación y solidaridad con las causas humanas auténticas para así lograr desmitificar la imagen de una religiosidad inoperante y pasiva, que existe sólo para adormecer voluntades y producir falsas seguridades. La espiritualidad del Reino nos exige sumarnos a las luchas y procesos que contribuyan a la humanización más plena. Por ello Jesús denuncia la espiritualidad exterior y sugiere una búsqueda de Dios que produzca verdaderos “solitarios solidarios” desde la experiencia de la oración del Reino, porque eso es el llamado “Padre Nuestro” (6.1-5) y el verdadero ayuno tampoco debe ser un acto de presunción espiritual (6.16-18), en la línea de la crítica profética de Isaías 58.3-7. Ya con la mente en la necesidad de dar instrucciones histórico-escatológicas para los discípulos/as en su peregrinaje por el mundo, Jesús exhorta a no preocuparse demasiado por las posesiones ni por el dinero (6.19-21), y en lenguaje simbólico, los llama a ser verdadera luz en el mundo (6.22-23).
Finalmente, la preocupación existencial exagerada (merimna, en griego) sería como el mal de nuestro tiempo, causante del estrés, algunas formas de depresión e incluso del trabajolismo (por los trabajólicos o “adictos al trabajo”) es aludida directamente por Jesús en la sección final del cap. 6 (vv. 24-34). La espiritualidad del Reino, debido al tipo de prioridades que coloca en nuestras vidas, es capaz de ayudarnos a salir de esta ansiedad. Si “los afanes de este mundo” (y no los del otro, los del mundo deseado por Dios) dominan nuestra conciencia, se restará en gran medida nuestra capacidad para acceder a los designios divinos para el crecimiento de los signos de su reino en el mundo y también para ser verdaderos y constantes promotores de dicha presencia. Si se busca, como principal preocupación el Reino de Dios (6.33) todo lo demás encuentra su lugar en una nueva escala de valores, igual que Jesús puso ese criterio en primer lugar para fundar su fe, su espiritualidad y, sobre todo, su práctica cotidiana. Por lo demás, el sabor a literatura sapiencial en las palabras de Jesús es inconfundible.
El sermón cierra con una serie de exhortaciones para vivir con la llamada “regla de oro” como premisa básica (7.7-14), a atender los signos de los tiempos en el discernimiento de los falsos profetas (7.15-20) y a fundamentar la vida entera en la roca que, una vez más, son los valores expuestos previamente, los del Reino del Dios de la vida, todo ello para instalar un cambio en las relaciones humanas, aunque ahora nos vengan a decir que Jesús fue todo, menos un revolucionario.
[5]
Notas
[1] J.M. Vigil, “Creer como Jesús: la espiritualidad del Reino. Elementos fundantes de nuestra espiritualidad latinoamericana”, en Revista Electrónica Latinoamericana de Teología, http://www.servicioskoinonia.org/relat/191.htm.
[2] Idem.
[3] J.M. Castillo, La espiritualidad de los laicos: en una iglesia de comunión. Madrid, Paulinas, 1992, p. 283. Énfasis agregado.
[4] Ibid., p. 282.
[5] Cf. M. Mora, “El Papa combate en su nuevo libro la idea de un Jesús revolucionario”, en El País, 11 de marzo de 2011, www.elpais.com/articulo/sociedad/Papa/combate/nuevo/libro/idea/Jesus/revolucionario/elpepisoc/20110311elpepisoc_6/Tes. El título del libro es: Jesús de Nazaret. Desde la entrada en Jerusalén hasta la resurrección.

Mateo 6.27-34


Traducción en Lenguaje Actual

¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más? Aprendan de las flores que están en el campo. Ellas no trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas.
Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios!
Ya no se preocupen preguntando qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes no se desesperen por esas cosas. Su Padre que está en el cielo sabe que las necesitan. Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Todo lo demás, él se los dará a su tiempo.
Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día.

Instalación pastoral, 6 de marzo de 2011

PALABRAS PARA UNA INSTALACIÓN PASTORAL
Leopoldo Cervantes-Ortiz

Hace exactamente 21 años fui instalado por primera vez en una iglesia. Ésta es la segunda ocasión en que recibo una bendición semejante, sólo que, más allá de cualquier nostalgia y sentimiento, es preciso reconocer que, en medio de las luchas eclesiásticas donde, en ocasiones, ha privado más la incomprensión, la continuidad producida por la reflexión teológica constante ha sido el baluarte en muchos de estos años, siete para ser exactos, en los que la tarea pastoral tuvo que ser postergada involuntariamente. Ahora, a partir de julio de 2007, en que esta comunidad tuvo a bien recoger mis pedazos para caminar juntos en nuevas jornadas de peregrinaje espiritual, levanto la mirada, como Dios siempre espera que lo hagamos, únicamente hacia el futuro, ese tiempo desconocido que comienza cada mañana…
La supuesta oposición entre pastoral y teología, tan lastimosamente tomada como bandera por algunos sectores de nuestra iglesia, no debería ser vista como un dilema sino, en la línea de nuestros maestros y antecesores, en especial, Calvino y Karl Barth, como una necesaria interacción crítica, cotidiana, al servicio del crecimiento y la edificación de la Iglesia en todos los órdenes. Sin la teología, la pastoral corre el riesgo de extraviarse por rumbos inciertos, y sin ésta, la teología puede volverse sólo una teoría exquisita y elitista para el degustamiento hedonista de unos pocos.
En estos momentos, la única palabra que acude a mi mente es gracias: a Dios, en primer lugar, porque en los pliegues insondables de su gracia siempre tiene escondidas muchas sorpresas para sus hijos e hijas; a Rocío, Helena y Leopoldo, por su constante estímulo y desafío para seguir ejerciendo una labor teológica y pastoral más auténtica y liberadora, sin dobleces ni una falsa conciencia; y, por supuesto, a la propia iglesia Ammi-Shadday, por su infinita paciencia ante los diversos planteamientos bíblico-teológicos expuestos y que, inevitablemente, al menos para mí, ya no pueden ni deben pasar por el lugar común ni por la superficialidad, aunque con ellos se pongan en entredicho nuestras verdades no escritas y universalmente aceptadas. Por otra parte, mal haría en no recordar, también, los lejanos años en que mi madre marcó, con su mirada visionaria, un futuro pastoral no tan remoto, pero eso sí, plagado de dudas e incertidumbres ante el perfil con que se asumiría esa tarea. Ella contribuyó decididamente a darle un rumbo más concreto.
Los colegas y amigos cercanos, algunos de ellos discípulos/as dentro y fuera de las aulas, a quienes se han agregado nuevos rostros, con una fidelidad digna de reconocimiento fraterno, han acompañado estos años, especialmente desde 1999, cuando comenzamos soñamos a soñar con mayor firmeza en una iglesia nueva, como parte de una veta de productividad, diálogo e intercambio  que no imaginábamos en otras épocas, sobre todo porque aún no habíamos tenido el valor de invadir los diversos espacios a los que Dios nos estaba empujando y en donde, sin duda, nos esperaba para darnos a conocer otras miradas, otras rutas y esperanzas… Allí hemos encontrado compañerismo y nuevos retos en las diversas trincheras.
Por todo ello, esta nueva etapa de compromiso pastoral representa asumir la labor de animación, coordinación y participación comunitaria como una de esas trincheras en las que Dios nos coloca al lado de otros actores en la común búsqueda de su voluntad y de una práctica cristiana que refleje efectivamente el grado variable de avance en la comprensión de las exigencias de ser portadores de una eficaz manera de vivir, experimentar y promover el Reino de Dios, meta suprema de los individuos y las colectividades que dicen seguir a Jesús de Nazaret. Los planes, proyectos y programas que se fijen como eje fundamental esta misión tendrán que estar acordes con los valores y los principios éticos emanados de una sólida comprensión de la lectura reformada de las Escrituras y de su visión de las necesidades espirituales y humanas de nuestros días, en diálogo crítico y fecundo.
Sólo me resta retomar como consigna para este periodo que hoy inicia, las palabras de alguien que practicó una pastoral sin fingimientos ni intereses mezquinos: “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. […] Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos” (I Corintios 9.19, 22).

Soli Deo gloriam.

sábado, 5 de marzo de 2011

Letra 211, 6 de marzo de 2011


IGLESIAS DEBERÍAN ROMPER SILENCIO EN TEMAS DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
Susana Barrera
ALC Noticias, 4 de marzo de 2011
San Ramón, El Salvador. Las iglesias deberían ayudar a romper el silencio en el tema de las violaciones hacia las mujeres… “porque, tradicionalmente, han sido cómplices”, dijo Julia Evelyn Martínez, economista y ex secretaria del Instituto de Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), en alusión a sectores conservadores y fundamentalistas religiosos.
En el llamado mes de la mujer, Martínez expuso, ante una audiencia de religiosos anglicanos, la situación de la mujer en El Salvador, y denunció que el principal problema de este sector es la violencia que, actualmente, llega hasta el feminicidio.
En el año 2010, cifras oficiales destacan casi 4 mil denuncias de agresiones sexuales hacia las mujeres, especialmente en niñas y adolescentes. De esas, 204 recibieron sentencias condenatorias. “¿Qué pasó con el resto?”, cuestionó la economista, “No se investigó, no se recabaron pruebas, simplemente no le importaron al sistema de justicia y esto genera más impunidad”, afirmó. Martínez, ahora catedrática de la Universidad de la Compañía de Jesús, exhortó a las pastorales de las iglesias a romper el silencio, incluso a denunciar a sus miembros cuando cometan este tipo de delitos.
Según informe del ISDEMU de 2010, son personas conocidas las principales
agresoras de las mujeres, entre ellas pastores y sacerdotes. “Cuando a estos sectores religiosos se les pide ayuda para mujeres colaboran en talleres productivos, pero no quieren ayudar erradicando las causas de la violencia hacia ellas o temas relacionados con los derechos sexuales y reproductivos”, expresó.
En El Salvador, población mayormente católica, la influencia de la Iglesia Católico-romana en políticas de Salud Sexual y Reproductiva es importante. Julia Evelyn Martínez ejerció como secretaria de ISDEMU por 18 meses y fue destituida, “por pérdida de confianza”, luego de apelar por una ley que despenalice el aborto.
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TALLER BÍBLICO INTERESA A LA ONU COMO MATERIAL PARA ERRADICAR LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Comunión Mundial de Iglesias Reformadas
ALC Noticias, 28 de febrero de 2011

Un taller para mujeres realizado en el Caribe sobre cómo leer la Biblia puede contribuir de manera significativa a acabar con la violencia masculina contra la mujer ha captado la atención de la agencia de Naciones Unidas responsable del programa de mujeres. Toni-Ann Brodber, representante de ese organismo, participó en un taller celebrado recientemente en Granada para probar nuevos modelos de estudio de la Biblia, y tomó nota de la importante contribución de las comunidades de fe en la erradicación de la violencia contra la mujer.
Brodber expresó su interés en apoyar una campaña de acción contra la violencia que esté conectado al estudio de la Biblia.
La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (WCRC) y la Iglesia Presbiteriana en Granada, en colaboración con el Consejo de Misión Caribe y América del Norte (CANACOM), organizó este taller a finales de enero. Aproximadamente 25 personas asistieron al taller.
Las participantes fueron líderes y escritores, pastores, pastoras, laicos, laicas, adultos y jóvenes, tanto de la región-de las comunidades del Caribe- como de otros países.
El proyecto está formado por tres componentes y procesos: un taller sobre estudio de la Biblia; una campaña en contra de la violencia contra la mujer; y un libro de estudio de la Biblia.
El libro incluye historias de las mujeres, una guía de estudio, la reflexión sobre las nuevas "Hermenéuticas" (interpretación de los textos) del Caribe, liturgias, recursos para la campaña contra la violencia contra la mujer, poemas cortos y oraciones.
La coordinadora del Taller, Patricia Sheerattan-Bisnauth , dijo: "La prevalencia de la violencia contra la mujer, las dificultades económicas, el cambio climático, la inestabilidad política y la crisis de liderazgo requieren un movimiento profético de personas lideradas por mujeres." Sheerattan-Bisnauth , quien dirige la Oficina de Justicia de la WCRC, observa: "Las mujeres han desempeñado un papel importante en la supervivencia de las personas y han encontrado formas de resistir las injusticias, aportando sanación, proporcionando alimentos, refugio, hospitalidad, confort, y caminos para la paz y la reconciliación.
Han adquirido habilidades de supervivencia frente a la pobreza, la violencia, y la inestabilidad social y política".
Marie-Claude Julsaint de la Asociación Cristiana de Jóvenes afirma que el proyecto "será muy útil" para explorar "un enfoque teológico de cuestiones de salud sexual y reproductiva, los derechos, el VIH y la violencia contra la mujer".
El libro de estudio de la Biblia o se publicará en abril de 2011 y estará disponible a través del sitio web www.wcrc.ch.
La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) reúne a 80 millones de cristianos reformados en todo el mundo. Las 230 iglesias miembros son iglesias Congregacionales, Presbiterianas, Reformadas y Unidas con raíces en la Reforma del siglo XVI liderada por Juan Calvino, Juan Knox y otros reformadores. La CMIR tiene su sede en Ginebra, Suiza.

Traducción: Claudia Florentín

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DISMINUYE NÚMERO DE CATÓLICOS EN MÉXICO
El Universal, 3 de marzo de 2011

Según el Censo de Población y Vivienda 2010, el número de personas protestantes y evangélicas aumentó en la última década, además creció el porcentaje de mexicanos que dijeron no pertenecer a ninguna religión. El número de personas protestantes y evangélicas aumentó en la última década, mientras que los practicantes de la religión católica disminuyeron, dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Eduardo Sojo Aldape, titular del organismo, presentó hoy por la mañana los resultados definitivos del Censo de Población y Vivienda 2010, e informó que el
número de católicos pasó de 88% del Censo del 2000 al 83.9% en 2010. De acuerdo con el conteo de 1990, 89.7% de los mexicanos eran católicos. No obstante que la religión católica continúa siendo la predominante entre la población, el porcentaje de evangélicos y protestantes pasó del 5.2% del año 2000 al 7.6% al 2010.
Además, en los últimos 10 años creció el porcentaje de los mexicanos que dijeron no pertenecer a ninguna religión, toda vez que esta cifra pasó del 3.5% al 4.6% en el Censo del año pasado.
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“ME DICEN QUE SOY UN ALCALDE ALELUYO”: ALCALDE DE CUAUHTÉMOC, CHIHUAHUA
Rodolfo García
El Mexicano, 1 de febrero de 2011

Ciudad Juárez, Chihuahua. El alcalde de Cuauhtémoc, Israel Beltrán Montes, dijo que a pesar de su formación cristiana evangélica, que le ha ganado el mote del “aleluyo”, ha logrado dar respuesta a las necesidades de una población plural y con una enorme diversidad religiosa. "Me escogieron como alcalde, por segunda ocasión, porque el pueblo sabe que un evangélico maneja mejor los recursos económicos... se puede confiar en él".
El alcalde consideró que Cuauhtémoc es una ciudad segura. En cuestión de seguridad personal, camino por las calles sin un escolta a mi lado. Beltrán Montes se reunió con pastores y líderes evangélicos de Ciudad Juárez.
Durante el evento, permitió que los dirigentes de organizaciones religiosas hicieran preguntas en torno a su actividad como alcalde y político.
Con más de treinta años en la función pública, estuvo este pasado sábado, dando testimonio, a los líderes cristianos evangélicos, acerca de la motivación espiritual que tiene, para dirigir la obra, al servicio de los ciudadanos cuauhtemenses.
Dice que ha sido privilegiado con anterioridad en diputaciones locales y federal, más otros cargos públicos, asumió 100 días atrás, por segunda vez, la presidencia municipal, de Cuauhtémoc.
Sabedor de que es la ciudad que menos problemática tiene, exhortó a los líderes cristianos, a tener en un parabién las peticiones, que logren un beneficio a sus consideraciones. En su reciente experiencia, reconoce, que a pesar de no tener un control completo personal en la policía y tránsito, está consciente de los problemas, sabe que existen delitos, de los cuales han sido resueltos algunos, lo que hace que la ciudadanía, tenga la paz requerida.
El edil serrano, contestó a varias preguntas del pastorado, entre ellas, la influencia que pueda tener un presidente municipal, al otorgar beneficios de desarrollo social y urbano a todas las clases sociales independientemente de su religión o su ideología. Aclaró que existe un programa específico, para la edificación de templos y demás que soliciten, lo grupos que esperan servir de manera correcta dentro del ámbito espiritual que usarán para la enseñanza de principios y valores, eso ayuda a mantener un respeto entre los individuos, eso ayuda a que la seguridad social, se mantenga en un equilibrio sano.
A otra pregunta sustancial evangélica, sobre su testimonio como edil, dejó claro que, al ser elegido por segunda vez, el pueblo sabía quién era él, y muchos lo conocen por “el aleluyo”, y que tendrían un presidente evangélico, por eso votaron, para tener confianza en el trabajo que emprendería.
Ya de lleno en las respuestas clarificó que los futuros políticos evangélicos no deben perder en la inquietudes negativas, para afrontar las luchas diarias, que no son pocas, el político, sobretodo el joven, batalla en un campo minado, de deshonestidad y corrupción, etcétera. Ganando esto, el pagador de impuestos, sabrá que su dinero le será devuelto en obras servicios a la comunidad entera.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...